Negro humo, de Cristina Ramírez
II Premio de Dibujo DKV MAKMA
Galería del Tossal
Plaza del Tossal s/n. Valencia
Hasta el 8 de enero de 2017
“En torno al fuego hay luz y más allá está lo desconocido, los temores y los miedos”. Así resume Cristina Ramírez la obra que expone en la Galería del Tossal bajo el título de ‘Negro Humo’, proyecto ganador de la segunda edición del Premio de Dibujo DKV-Makma. Y de fuego está encendido su trabajo, hasta el punto de asolar los diversos paisajes abriendo agujeros en su naturaleza. “Me interesan mucho los agujeros negros”, y cita a Charles Burns, proyectando esas oquedades en dirección a cierto vacío existencial. Es la suya una meditación sobre el apocalipsis entendido como destrucción y advenimiento. “Devastación que puede ser fecunda”, subraya.
“Me apropio de los recursos del dibujo y de la tradición oral para evocar historias utilizando la repetición y la variación”, explica rodeada del intenso e inquietante ‘Negro Humo’ de su exposición. Fijando su mirada en el primitivismo de las pinturas rupestres, Ramírez va construyendo un universo futuro con huellas del pasado. Todo ello alrededor del fuego que, desde tiempo inmemorial, sirve para arrojar luz en medio de la oscuridad, al tiempo que las sombras convocan ciertos fantasmas inconscientes.
“Me atrae la tradición romántica de lo sublime”, agregando la artista que ya no es de la naturaleza de donde proviene la amenaza destructiva, “sino de fuerzas que vienen de otro mundo”. Hacia ese otro mundo apunta su obra, allí donde ésta se abre por efecto del intenso fuego que dice ser “elemento central” de su proyecto. El fuego y sus sombras, la luz y la oscuridad manteniendo un tenso diálogo: “Me interesa la capacidad del ser humano de fabular con lo que no ve”. Interrogada por esa capacidad visionaria lindante con la locura, Ramírez señala tajante: “Fabular sin llegar a la enfermedad, con cierto control, apelando al mito”.
Esa mezcla de arte rupestre (expresión gráfica) y mito (expresión oral) es lo que confiere potencia a su ‘Negro Humo’, que fue lo que cautivó en definitiva al jurado formado por el crítico de arte Óscar Alonso Molina, Inmaculada Corcho (Museo ABC), Alicia Ventura (DKV), Vicente Chambó (Makma) Juan Peiró y Antonio Alcaraz (Universidad Politécnica de Valencia). Si los hombres proyectan mediante símbolos aquello que han perdido y añoran, el trabajo de Cristina Ramírez, apelando al fuego primigenio, hurga en los orígenes para interrogarse sobre la devastación que atraviesa su obra.
En este sentido, Ramírez revela aquello que se encuentra en las bases mismas de la convocatoria del Premio de Dibujo DKV-Makma: la importancia de los cuentos, de la tradición oral, a la hora de conformar nuestra subjetividad. Relatos que, como señaló Antón Pardo, en representación de la compañía de seguros, suponen “un desafío para los artistas porque los metemos en un berenjenal”. De manera que lejos de entender tales cuentos como signo de “infantilización o aplanamiento del discurso”, Pardo subrayó su carácter interrogativo y procesual. El individuo, a través de ellos, camina desconcertado en busca del sentido.
“Fuego para dar calor y luz que facilita la construcción de historias a su alrededor”, explicó Chambó. Esa vinculación entre el calor que abriga y, por exceso, aniquila, es la que lleva a Cristina Ramírez del pasado al futuro; de la añoranza por esas historias alrededor de la hoguera, al mundo que se avecina próximo a su destrucción. De ahí el apocalipsis como recurso fabulador de la vida condenada al agujero negro, tras el cual quepa la esperanza de su regeneración. Historias, evoca Chambó, “que piden paso cuando el fuego se apaga y tras ello se alimentan leyendas de tinieblas y dudas”.
Tomás Ruiz, gran coleccionista de dibujos, agradece que existen premios como el otorgado a Cristina Ramírez, “porque a los coleccionistas nos dais a conocer artistas nuevos, cuando estamos cansados de ver siempre lo mismo”. Repetición y variación viniendo otra vez a cuento como parte ineludible del proyecto ‘Negro Humo’, que hasta el 15 de enero se exhibe en el Tossal. Repetición del mismo fuego cautivador, objeto de luces y sombras, y variación del mundo ahora amenazado por inquietantes fuerzas. El “espíritu crítico e inconformista” (según los organizadores) de Cristina Ramírez asumiendo el reto del apocalipsis mediante el dibujo.
Salva Torres
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