‘Sistema Operativo. Colecciones’, de Daniel G. Andújar
Centro Cultural Las Cigarreras
C / San Carlos, 78. Alicante
Hasta el 13 de julio de 2019
Las itinerancias de las exposiciones del artista Daniel G. Andújar siempre esconden algún recoveco que no se ha visto, alguna pieza creada ex profeso y una muy cuidada capacidad moldeadora del espacio. Parece que con ayuda del espacio y del contexto nunca hay dos exposiciones iguales. Gracias a la colaboración de diferentes instituciones como son el Centre del Carme de València, La Virreina Centre de la Imatge de Barcelona y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, podemos ver en Las Cigarreras de Alicante una exposición que reúne tres décadas de trabajo del artista Daniel G. Andújar, un recorrido más que reconocible por algunos de los proyectos más característicos de su trayectoria.
Este hecho deriva de la labor del Consorcio de Museos por expandir las grandes exposiciones de mayor repercusión y calado expuestas en València hacia otros territorios. Pero, como decíamos, nunca hay dos exposiciones iguales y el aliciente que fomenta la visita en el caso de Alicante es un audiovisual de reciente creación que referencia a la letra y a la voz del poeta Miguel Hernández. ‘Sistema operativo. Colecciones’ es un recorrido por la historia de este país, por el espacio público reconvertido a través de internet y por esas estructuras casi repetitivas que enmarcan los conflictos sociales actuales.
A la entrada de la nave de Las Cigarreras podemos observar ‘Dirigentes’, una instalación que podría pasarnos desapercibida –o peor, convertirse en una especie de extraño photocall– y cuya intención es precisamente reflexionar sobre el bombardeo de imágenes que recibimos de manera continua. Observando las imágenes dispuestas, casi estirando el cuello hacia lo incómodo, se viene a la cabeza una de esas frases casi apocalípticas y estremecedoras leídas en el libro de José Antonio Palao, ‘La profecía de la imagen-mundo’, en el explícitamente explica que “el mundo se convertirá en imagen”, si es que no lo es ya…
Términos como ‘aldea global’ o ‘sujeto digital’ fundamentan el paradigma informativo y en su mayoría incoherente en el que vivimos. Por ello, las acciones de Daniel G. Andújar pretenden dotar al espectador de herramientas a través de las que reflexionar sobre lo que le rodea. Ejemplo de ello son las intervenciones recabadas por Technologies To The People (TTTP), compañía ficticia creada por el artista a mediados de los 90, y, en concreto, TTTP Photo Collection, un compendio de imágenes de todo tipo que nos lleva a preguntarnos por el copyright, los procesos digitales y las colecciones. La problemática radica aquí en la manera en la que la esfera pública de Habermas se ha visto proyectada en el ámbito de lo digital, pero sigue resultando parcial y sesgada por la derivada capacidad para el acceso de cada individuo.
En la obra de Andújar la observación e investigación del momento, la localización y la influencia del contexto son claves y desencadenan una serie de proyecciones en, prácticamente, todos los trabajos que realiza. En ‘Democraticemos la democracia’ genera un discurso filosófico bajo un lema y lo encaja en un espacio que ha sido destrozado en las últimas décadas, contextualizándolo a través de estrategias reales, externas a lo artístico y que insisten en crear conciencia sobre el espacio público.
Un espacio quizá más interno, pero también público, es el del museo, y con la instalación ‘Master Pieces. Hack the Museum – El museo del pueblo’ continúa con la cuestión de la copia, ahora basada en la reproducción de la obra de arte como sujeto y sobre el acceso a esas obras, al igual que ya hizo con el acceso a la información digital. El concepto de espacio público se retransforma y deja de ser el lugar donde ocurre o donde se instala el hecho artístico, para convertirse en el propio espacio a considerar: qué ocurre, cómo ocurre, cómo se utiliza y cómo, según qué elementos se introduzcan, subvierte los hechos previamente apostados.
Especial atención, como decíamos, derivado del contexto quizá, es, sin duda, la reciente creación del audiovisual ‘Campo de concentración en Albatera’, un adelanto de su trabajo y una apuesta por reconocer hechos históricos que han sido en muchas ocasiones ignorados. La pieza rescata la voz del poeta Miguel Hernández mientras entona su poema ‘Canción de joven esposo soldado’, único documento sonoro que registra la voz del poeta. Mientras puede leerse la letra en la pared, la entonación y las imágenes cenitales que se muestran logran trasladar al espectador y generar conciencia del horror y la necesidad de memoria histórica.
Son más de 50 los proyectos que han sido escogidos para mostrarse en este espacio y, derivado de esta intención, algunas piezas poseen una mayor significación: por ejemplo, las que hablan de especulación inmobiliaria en la costa mediterránea. Tras mucho tiempo sin exponer en su lugar de origen, Daniel G. Andújar ha regresado para proporcionar los utensilios necesarios que nos permitan discurrir sobre cuestiones de lo informativo, lo digital, sus derivadas afecciones a lo social, y sobre los cambios derivados de las decisiones políticas y económicas. Las asociaciones conceptuales que se producen en su obra son, sin duda, escaparates al conflicto, al análisis, e invitaciones, imposibles de rechazar, al pensamiento reflexivo tan necesario en este momento de constante bombardeo informativo.
María Ramis
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