David Lynch

#MAKMAAudiovisual
Programación febrero 2025
Ciclo de David Lynch
Filmoteca de Cantabria Mario Camus
Calle Bonifaz 6, Santander

Al cine se le ha ido uno de sus iconos más representativos. Una de esas personas que a nadie dejaba indiferente, pues a su cine lo podías amar u odiar, no existía un término medio para David Lynch, artista fallecido el pasado 15 de enero a quien la Filmoteca de Cantabria dedica un ciclo con sus películas.

Nacido en Missoula, Montana, fue capaz, junto con Mark Frost, de dejar a la audiencia televisiva de todo un país expectante durante más de una temporada y media antes de conocer al verdadero asesino de Laura Palmer, en la serie ‘Twin Peaks’.

David Lynch meditaba todos los días de su vida, durante más de treinta años, algunas de cuyas reflexiones dejó escritas en su libro ‘Atrapa el pez dorado’: “Yo busco un tipo particular de pez importante para mí, uno que pueda traducirse al cine (…). Todo, cualquier cosa, surge del nivel más profundo. La física moderna denomina a ese nivel campo unificado. Cuanto más se expande la conciencia, más se profundiza hacia dicha fuente y mayor es el pez que puede pescarse”.

Es innegable que Lynch buscó en aguas muy profundas esa captura, pues los universos de sus películas son tan individuales y personales que el término ‘lynchiano’ ha pasado a formar ya parte indisoluble de nuestra cultura popular.

Su cine ha dejado huella en los espectadores imantados por tan singular universo fílmico: sus estructuras narrativas atrapan la mirada del público sumergiéndolo en las profundidades de sus aguas turbulentas, tal y como sucedía con el asesinato de una adolescente en ‘Twin Peaks’ o con el misterio que rodeaba a una pequeña caja azul y su contenido invisible en ‘Mullholland Drive’.

Planos tan perturbadores como el del inicio de ‘Terciopelo azul’, donde se nos presenta un amplio y despejado cielo azul, con unas cuantas rosas rojas despuntando sobre la blancura de una valla, mientras deja ver una especie de bandera de los Estados Unidos. La melodía de ‘Blue velvet’, obra de Bobby Vinton, acompaña a estas imágenes de ensueño de un idílico pueblo norteamericano donde parece que la perfección no necesita llegar, pues ya está allí.

Es entonces cuando Lynch da un giro, para, bajando la cámara hasta el suelo, mostrarnos el submundo que se encuentra a ras de tierra, donde vemos la lucha por la supervivencia que se libra entre las hierbas de un apacible jardín, mientras un hombre sufre un infarto cayendo al suelo.

Fotograma de ‘Blue velvet’ (‘Terciopelo azul’), de David Lynch.

Luego, un joven se encontrará en un descampado con una oreja cortada en cuyo interior una marabunta se da un festín con el cartílago humano, dejando claro Lynch que ese submundo -tan existente como invisible- será un personaje más de la película, sirviendo como punto de inicio de esta emblemática película y del universo fílmico del propio director.

Pero hablar de David Lynch no es solo hablar de sus mundos surrealistas y oníricos. En sus películas, cualquier palabra, gesto o situación desencadenan el misterio, desde el más leve murmullo del viento escondido tras una sórdida esquina nocturna, hasta el movimiento de una enorme cortina roja que sirve de fondo al personaje imperturbable sentado en un sillón de cuero.

No podemos dejar de lado los acompañamientos musicales en las cintas de Lynch, porque sin ellos las atmósferas no serían las mismas. De manera que, para conseguir esos ambientes etéreos y cuasi angelicales, el director ha contado con Angelo Badalamenti, cómplice con sus melodías y tonadillas del enigmático clima que atraviesa su cine.

Desde que se encontró con Badalamenti en la citada ‘Terciopelo azul’ (1986), su colaboración ha sido estrecha y constante, pues en todos los títulos de crédito, desde la película protagonizada por Kyle MacLachlan e Isabella Rosellini hasta la última temporada de ‘Twin Peaks: The return’, aparecen las melodías armoniosas de Badalamenti, subrayando el hipnotismo del universo lynchiano.

En ‘Atrapa el pez dorado’, el propio director explica ese trabajo conjunto: “Yo hablo y Angelo toca. Toca mis palabras. Pero a veces no las entiende y toca muy mal. Entonces le digo, “no, no, no, no, Angelo”. Cambio un poco las palabras y él toca de otra forma. Y de algún modo, mediante este proceso, acaba dando con algo y le digo: “¡Eso es!”. Y entonces sigue con su magia por el camino correcto”.  

Por estas y otras muchas razones, la Filmoteca de Cantabria Mario Camus se hace eco del legado cinematográfico que deja Lynch para la posteridad, otorgándole un ciclo propio durante los próximos meses, abriendo esta retrospectiva la inquietante y, a veces, agobiante ‘Carretera perdida’ (1997), donde veremos cómo el director ahonda en la vertiente más psicológica y surrealista del género del thriller.

Fotograma de ‘Mulholland drive’, de David Lynch.

‘Mulholland Drive’ nos mostrará hasta dónde le puede llevar la imaginación a una actriz despechada, con una caja y una llave sirviendo de vehículo metafórico para recorrer el circuito de un Hollywood corrupto, llegando hasta el club ‘Silencio’ repleto de canciones que se representan en playback.

De esa caja y de esa llave habla el propio Lynch en el mencionado ‘Atrapa el pez dorado’: “No tengo ni idea de lo que son”, dejando que sea el espectador quien saque sus propias conclusiones.

La última oferta lynchiana de este mes de febrero será la menos lynchiana de las tres:  en ‘Una historia verdadera’, el cineasta rodó el drama de un anciano que pretende recorrer 500 kilómetros en un cortacésped para ir a visitar a su hermano.

Un claro ejemplo de que no solo es el thriller psicológico lo que el artista de Montana privilegiaba en sus trabajos, sino que también acaparaban su interés las cuestiones relacionadas con la vejez y la fraternidad, ya que, en este último film, la distancia entre ambas es solo cuestión de palabras, dada la primacía de la voluntad como el camino más corto entre ambas.

Fotograma de ‘Carretera perdida’, de David Lynch.

Este ciclo, como explicó el director de la Filmoteca, Christian Franco, “se desarrollará en los próximos meses y explorará etapas concretas de la producción del cineasta, sin ceñirse a un desarrollo plenamente cronológico”.

Junto a David Lynch, los ciclos ‘Del cine negro al thriller posmoderno’ y ‘AntiÓscar’ estudiarán el género del thriller desde diversos puntos de vista. “Durante el próximo mes, la sala explorará diferentes vías de evolución del thriller desde la última década del siglo pasado a los primeros años de éste”, apuntó Franco.

‘Uno de los nuestros’ (1990), de Martin Scorsese, dará el pistoletazo de salida al primero de los ciclos antes mencionados, al que seguirá ‘Muerte entre las flores’ (1990), en el que los hermanos Coen revisan el cine de gánsteres.

Los ‘AntiÓscar’ contarán con directores tan aclamados como Cronenberg y su ‘Promesas del este’ (2007), David Mackenzie con su ‘Comanchería’ (2016), Steven Spielberg, contándonos la historia de los juegos olímpicos de 1972 en ‘Múnich’ (2005), o Stanley Kubrick, mostrándonos la ultraviolencia de la banda de drugos que siembran el terror en una Gran Bretaña distópica en ‘La naranja mecánica’ (1971).

Las retrospectivas de Agnès Varda y Pere Portabella continúan este mes de febrero con ‘La pointe courte’ (1955), en el caso de la primera, y ‘El sopar’ (1974), ‘Informe general’ (1977), ‘Informe general II: el nuevo rapto de Europa’ (2015) y ‘El cochecito’ (1960), en lo que respecta al segundo.

Por otro lado, la asociación La Llave Azul coorganiza junto con el Instituto de Física de Cantabria la celebración el 11 de febrero del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, proyectando cintas como ‘La cosa’ (2011), versión de Matthijs van Heijningen del clásico de los 80´ dirigido por John Carpenter, ‘Próxima’ (2019), de la directora francesa Alice Winocour, y ‘Ralph rompe Internet’ (2018).

La llave azul, esta vez en solitario, presentará la película ‘Rock Bottom’ (2024), dirigida por María Trenor y nominada al premio Goya a mejor película de animación. Por su parte, la Alianza Francesa ha elegido el filme belga ‘Continuar’ (2018), del director Joachim Lafosse.

Mientras, la asociación CineInfinito contará este mes de febrero con dos de sus ‘noches en vilo’ con las proyecciones de ‘El superviviente’ (1981), de David Hemmings, y ‘Sole survivor´’ (1984), del director Thom Eberhardt.