#MAKMAAudiovisual
Festival Internacional de Cortometrajes de Radio City
‘Saudade’, de Alberto Adsuara; ‘Culminación’, de Nastya Almina y Pablo Quevedo; ‘Las heridas de mi casa’, de Claudia Estrada; y ‘Heurtebise’, de Octavio Guerra y Elisa Torres
Radio City
Santa Teresa 19, València
Hasta el 27 de mayo de 2022
La oportunidad que suponen los festivales como el de Radio City se vuelve a hacer plausible en esta sección, donde convergen cortos que no tendrían cabida en el circuito comercial del consumo masivo. Requieren sosiego, paciencia e incluyen dosis de reflexión que distan de la arrebatada dinámica que normalmente transitamos.
Carl Sagan titulaba ‘La persistencia de la memoria’ a uno de los capítulos que recoge su libro ‘Cosmos’. Expone desde una perspectiva científica la imposibilidad de leer todo cuanto se ha escrito, pero arroja luz a quien sufre la obsesión: “La clave está en saber qué libros leer”. Totalmente extrapolable al mundo audiovisual; a nuestra disposición encontramos todo, pero donde radica la sabiduría es en la elección.
Y ahí fuera, lejos de la compulsión de engullir contenidos para estar al día de todo cuanto sucede y lejos de lo que dicta el consumo y la tendencia de inmediatez que nos supedita, se enmarcan proyectos como ‘Heurtebise’, ‘Las heridas de mi casa’, ‘Culminación’ o ‘Saudade’. El director de este último, Alberto Adsuara, enfatiza: “Hay una anorexia analítica de fagocitar cine para verlo todo. Esto que propongo yo es otra cosa; distinta”.
En su proyecto nos presenta a una mujer que dice no soñar y tiene un sueño recurrente. Con ligeras variaciones, el sueño entra en bucle en una búsqueda insaciable que arroja al espectador a una inevitable reflexión sobre lo que acaba de ver. De nada sirve preguntarle a Adsuara por la esencia del corto porque para él “estas cosas deberían hablar por sí mismas. Si necesita alguien una explicación es que no ha funcionado”.
Un guion que, confiesa, está “milimétricamente medido”, pero que obliga al espectador a desacostumbrarse de lo obvio, forzándole a ver algo que, en principio, no capta. Muestra a través de lo onírico los anhelos más profundos del ser y desata interpretaciones de lo mas variopintas por doquier; tantas como espectadores.
‘Culminación’ es el trabajo de Nastya Almina y Pablo Quevedo. Pablo recupera el legado que dejó su abuela Carmen en forma de escritos para convertirlo al audiovisual con una sutileza que honorifica las vivencias de Carmen. Rompe los tabúes sobre la sexualidad femenina y mira atrás para recuperar herencias de otras generaciones que marcan las nuestras. El proyecto concluye: “Mujer que rompiste oscuridad, hoy nos acercas a un mundo mejor, en diversidad e igualdad”.
Al pasado también mira Claudia Estrada con su trabajo ‘Las heridas de mi casa’. En solo dos minutos es capaz de abrir una ventana al diálogo, casi al debate, en un reencuentro con la casa que habitó en su infancia y donde sufrió violencia vicaria.
Sin embargo, el corto no nos ofrece tantos datos y Claudia rememora con un único objetivo: sanar. Ve su reflejo en aquella casa agrietada y rota en un viaje de retorno para cicatrizar las heridas abiertas. La oportunidad de despedirse hace que todo el dolor que guarda florezca, al igual que aquella casa que otra familia disfrutará y otra historia contará.
Las vivencias de la directora son solo suyas, todos tenemos la nuestra y, en esos dos minutos que dura el corto, junto con los siguientes en los que la idea perdura en nosotros, se produce una introspección personal, distinta y única, evocada a partir de la idea de Claudia y expandida a todos los espectadores para sembrar la tierra donde un día pisamos.
‘Heurtebise’ es la propuesta de Octavio Guerra y Elisa Torres, un paseo por el ciclo de la vida donde convergen tres generaciones en el mismo espacio, pero con las limitaciones que el tiempo presenta. Enfatiza, sobre todo, los extremos: una mujer de edad avanzada cuya vida se apaga junto con un niño que comienza a experimentar.
A través de planos poéticos, muestra el paso del tiempo y la irrefrenable existencia humana que acaba conduciendo a la muerte a la par que otros comienzan el viaje. Cada plano contiene la fuerza de evocar profundas sensaciones, como un sillón vacío que imperiosamente añora la ausencia.
Lo audiovisual se muestra como un medio de expresión para compartir y gestionar emociones que, junto con el contenido de calidad y el trabajo bien hecho, forman el cocktail perfecto para obtener piezas que suponen auténticas obras de arte. Cada proyecto, con su función, contribuye a una especie de terapia audiovisual para despertar la memoria emocional y, en consecuencia, reflexionar.