Deconstructing ab Borjas
Sant Domènec, 7 (Convent de Sant Domènec). Xàtiva (Valencia).
Miércoles a domingo de 10 a 14h y 18 a 20h.
Clausura domingo 29 de mayo.
Todo empezó con los preparativos del congreso sobre los Borja a celebrar en Xàtiva. En la configuración de calendario y ponentes alguien reparó en la idea de complementar las jornadas con una exposición de artes plásticas y surgió el nombre de Alfredo Pardo.
De él, el artista y crítico Jesús Andrés, -dijo-: “Si Alfredo Pardo estuviera exponiendo en Londres arrasaría”.
Y es cierto, pero nadie en su pleno juicio se atreve a cuestionar la importancia de los lobbies -también- en el mundo del arte contemporáneo, en donde además de talento, es definitivo tener respaldo de críticos, galeristas, marchantes, medios de comunicación y coleccionistas, no puede fallar ni uno solo de los elementos.
En cualquier caso, Alfredo Pardo declinó la propuesta de hacer una exposición individual. “Hace tiempo que no pinto” –confesó-, pero a la vez, se sintió comprometido con su municipio. “De los Borja no hay nada en Xàtiva que tenga continuidad y prevalezca en el tiempo”, “forman parte de nuestro patrimonio histórico”, -afirma-.
Así, excluyéndose él mismo como artista, -aunque ejerce como creativo principalmente en materia de diseño- se comprometió en hacer una exposición colectiva que tuviera a los Borja como protagonistas. No había presupuesto para su trabajo, pero aún así, se comprometió en sacar el proyecto adelante. En artes plásticas siempre hay alguien así, aunque su actitud sería difícil de entender en otros foros. Akira Kurosawa lo definiría muy bien. “En un mundo loco, solo los locos son cuerdos”
Tiró de agenda e hizo una selección de compañeros con quienes compartió en la Facultad de Bellas Artes, en el máster, o en becas, talleres y convivencias artísticas. Esa condición de antiguo compañero lo convierte en un gran conocedor de las diferentes trayectorias de cada uno de ellos. Con estos mimbres, completó una lista de cincuenta nombres, lista que poco a poco fue depurando hasta quedarse con los perfiles adecuados. A ellos sumó dos nombres más, artistas a los que sigue con la admiración de quien cree en el oficio de hacer arte pensando.
Pasado el plazo, y una vez cumplidas las fechas de entrega, el propio Alfredo Pardo se encargó de retirar las obras de cada artista pieza por pieza -con su vehículo- para trasladarlas posteriormente al Antic Convent de Sant Domènec, (sensacional edificio, s. XIV, ubicado en el centro histórico de Xàtiva). Visto lo visto, el resultado del proyecto da lugar a afirmar que hay dos hilos conductores en la exposición, el apellido Borja y el propio Alfredo Pardo.
“De Chema López me habló Sergio Luna, lógicamente conocía su trabajo, no lo voy a descubrir ahora al público», pero no había coincidido con él en ninguna fase de formación ni en ningún proyecto artístico”
En cuanto a Juan Daniel Sanz, -dice- “Es el prototipo de artista que realiza obra y la guarda en su casa detrás del armario”. “Crea por vocación, apenas muestra lo que hace ni a los amigos”, “Fue alumno mío, y en ese tiempo descubrí su talento”
Sanz, propone “Roderic. l’home llapisera”, -un personaje propio que emplea en buena parte de su obra y que interpreta al papa Alejandro VI. Su pieza es una reflexión sobre las luces y las sombras que siempre ha rodeado la figura de Rodrigo de Borja.
Exaltación, crítica, bulo, poder, fantasía, traición, amor, sexo e intrigas, son locuciones con las que se relaciona a los Borja, un linaje que llegó a Italia originario de las tierras de Xàtiva, y que a lo largo de medio siglo daría a dos Papas y más de diez cardenales. Personajes que desafiaron al poder más asentado y recalcitrante, y que después de llegar a lo más elevado del mismo, cayeron en una leyenda negra forjada por la infamia y la destrucción de la memoria.
La Familia Borja, para Joan Francesc Mira, era una familia excepcionalmente misteriosa y polémica a la que se le han endosado muchos mitos. A veces, leyendas y habladurías a las que las generaciones han ido sumando y engordando sin rigor alguno, como en el dicho de la hormiga y el elefante.
El personaje más apetecible para la interpretación es Lucrecia, que sirve de inspiración a artistas como Paco Montañés (1980, Alcalá la Real, Jaén). En sus creaciones, Lucrecia Borja se entrega a su hermano César. Montañés plasma una imagen de Lucrecia en la noche que hipotéticamente se entrega carnalmente a su hermano César, divina, sensual y exquisita.
Pol Coronado (Águilas, Murcia, 1966) muestra en “Lucrecia Borgia” las diferentes facetas del carácter del personaje, a pesar de que no es razonable atribuirle responsabilidad alguna, -por ejemplo- de su primer matrimonio con Gasparo de Procida cuando tan solo tenía 11 años, y que da razón, de todo lo que podría venir después, aunque de ella, ha sobrevivido durante siglos lo mencionado anteriormente, es decir, la leyenda negra y el morbo.
Por su parte, Miguel Carlos Montesinos (Vall d’Uixó, 1978) centra su obra en el embarazo que produjo la muerte a Lucrecia en el parto, y en la que aparecen dos figuras que se funden con el fondo de la obra como dos fantasmas que vuelven del pasado: su padre Rodrigo y su hermano Juan.
También Marta Pina parece haber pensado en Lucrecia para representar alguna de las piezas que enriquecen el proyecto. Collages de acreditada solvencia, y que de forma muy sutil abordan el tema de la apariencia y de la realidad, de lo que la sombra es capaz de proyectar.
Por su parte, Daniel Coves, de técnica tradicional y audaz en ejecución, representa a una Lucrecia Borgia con la belleza propia de la infancia, inocente y desconocedora del futuro que le espera.
Sergio Luna (Archena, Murcia, 1979), participa con una composición pictórica de varios retratos con imágenes extraídas de diferentes perfiles de redes sociales. Imágenes de individuos que tienen en común el apellido Borja en dichas redes sociales, y de las que ha extraído también los datos identificativos de estos perfiles.
En cuanto a «Alejandro VI, rara avis«, es una representación alegórica en la que se aprecia una figura antropomórfica con el escudo de la familia Borja. Pieza de grandes dimensiones realizada por Ivan Izquierdo que recaba en las formas e iconografía centrada en el poder papal.
MADAFAKA & The Toxic Kiwis han concebido la pieza titulada “By the dis-Grace of God” (Dios nunca tuvo el poder). Los MADAFAKA & The Toxic Kiwis son un colectivo de creadores surgido en Xàtiva, y están dirigidos por Fran Pons y Sandra Moscardó, ambos profesionales de diseño, comunicación y sociología.
Jesús Herrera Martínez (Petrer, 1976) evoca el tema de la vanitas y lo relaciona también con la leyenda negra de los Borja. Por medio de una cabeza cortada, autorretrato del artista, dispuesta sobre una bandeja, con los ojos y boca cosidos. La imagen, recuerda a “Salomé con la cabeza del Bautista” (Caravaggio, 1607) y sostiene la idea de mantener el poder mediante la violencia, y el miedo.
Por su parte, Antonio Velfin, realiza una aproximación a la espiritualidad y abre debate sobre lo que fueron aquellos años de excesos renacentistas que vivió la familia Borja. En su obra, surge de la abstracción un cuerpo desgarrado que retrotrae a «La noche oscura del alma» (San Juan de la Cruz), y con él, nuevamente aparece la referencia a Caravaggio, y también a Rembrandt.
Yann Leto, bajo el título “Cold Deep Waters”, retrata a la familia de los Borja aportando una visión fresca, pero sin renunciar a la crítica, como en su conocido trabajo “Congress Topless” expuesto en la edición de la madrileña feria ARCO 2014. Francés afincado en España, Leto empezó su formación de BBAA en Burdeos y abandonó para dedicarse a la música, hasta que se trasladó a vivir a España y encontró el marco ideal para su carrera como artista plástico, ocupación que compatibiliza con la música, a la que no renuncia.
Juan Antonio Baños, (Linares, Jaen, 1980), da parte de su inspiración “borgiana” con una pieza rectangular de grandes dimensiones, “Majestuoso Illuminatti Borja”, realizada con técnica mixta y a la que ha incorporado elementos luminosos muy atractivos.
Daniel Galván (Valencia, 1978), con su “Juego de Manos” completa una secuencia realizada con tres pinturas donde las manos de Rodrigo de Borja están representadas en plena acción pelando una naranja. Galván, recurre a la cinematografía, y en concreto a escenas de la trilogía The Godfather (Francis Ford Cópola) donde la naranja aparece en varias secuencias de forma premonitoria para anunciar un suceso violento.
La exposición Deconstructing ab Borjas, custodia la filosofía de un proyecto didáctico que acerca la creación contemporánea al público a través de la historia y viceversa, pero tras lo visible, hay mucho más, como la relación entre artistas que hace posible su culminación, en este caso, la amistad del comisario, Alfredo Pardo, con muchos de los participantes.
«El sol es nuestro padre, pero a veces nos portamos mal y llora».
Dersu, al capitán Vladimir Arseniev. (Dersu Uzala,1975. Akira Kurosawa)
Vicente Chambó
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