El diseño desde la arquitectura | Ramón Esteve
MAKMA ISSUE #05 | Diseño
MAKMA, Revista de Artes Visuales y Cultura Contemporánea, 2022
Para entender la relación entre arquitectura y diseño debemos remontarnos, como mínimo, a los orígenes de las vanguardias del siglo XX. El desarrollo del diseño moderno a lo largo de este siglo estuvo absolutamente ligado al desarrollo de la arquitectura moderna. Muchos de sus maestros son autores también de reconocidas piezas de mobiliario. Aunque esta situación aún se da puntualmente en la actualidad, el desarrollo de la industria con la aparición de la figura del diseñador industrial acabaría, paradójicamente, por segregar estas dos disciplinas.
La primera etapa comprende desde el siglo XVII al XIX, cuando era habitual que la figura del arquitecto coincidiera con la del decorador de interiores; aunque sería el movimiento Arts & Crafts el que llevaría a los arquitectos a dedicarse plenamente al diseño de objetos para la vida cotidiana. Sin embargo, a lo largo del siglo XX, los arquitectos dejaron de estar al servicio exclusivo de una clientela de élite para involucrarse en la construcción masiva de viviendas, con lo que perdieron la capacidad de encargarse de los detalles del interior de la mayor parte de sus obras, mientras que la industria pasaba a ser la responsable de proporcionar los elementos necesarios para amueblar estas viviendas.
Con la llegada de la arquitectura de las vanguardias en los años 20 se detecta la necesidad de crear un mobiliario acorde con los nuevos principios de la modernidad y accesible a todas las clases sociales. En la mayoría de los casos esta accesibilidad no pasó de la teoría, ya que, por un lado, las condiciones de la industria no permiten una producción masiva y económica y, por otro, estos nuevos diseños no recogen el favor unánime del público.
De esta manera, muebles como los de la Bauhaus, pensados para la producción en serie y su uso por todas las clases sociales, acabaron convirtiéndose en artículos de lujo únicamente al alcance de una élite culta y adinerada que actuaba como mecenas del nuevo arte. A pesar de esto, estas experiencias abrieron el camino a la relación entre diseño e industria y, por lo tanto, a la difusión del diseño moderno por todas las capas de la sociedad.
En una segunda etapa que coincide con el fin de la Segunda Guerra Mundial, en parte gracias a los avances tecnológicos producidos en la industria militar y la expansión económica tras el conflicto, se inicia una industrialización efectiva de la producción del mobiliario junto a la expansión de la arquitectura moderna por todo el mundo. Por ende, se produjo el paso de prototipos aplicables solo en exposiciones o en villas de lujo a piezas producidas industrialmente a gran escala por empresas como Knoll International en Estados Unidos o Fritz Hansen en Dinamarca.
Esta industrialización trajo consigo también la aparición y profesionalización de la figura del diseñador industrial, inicialmente asociada a la figura del arquitecto. En este proceso es paradigmático el caso de Italia, donde un buen número de arquitectos acabó desarrollando una prolífica carrera como diseñadores industriales. A pesar de esto, la disciplina se fue especializando progresivamente y separándose del mundo de la arquitectura hasta adquirir su forma actual.
En la actualidad, no solo una élite económica y cultural consume diseño contemporáneo, ya que grandes empresas producen y venden mobiliario de diseño contemporáneo a precios asequibles para amplias capas de la población. Empresas como Zanotta o Vitra mantienen también en producción piezas de referencia en la historia de la arquitectura y el diseño modernos, ahora convertidas en clásicos. De esta manera, tanto los arquitectos como los usuarios tienen a su disposición mobiliario desarrollado de acuerdo con los principios de la arquitectura moderna que encaja sin estridencias en cualquier obra de arquitectura contemporánea.
Por otra parte, el mobiliario sigue teniendo una importancia notable en el desarrollo de propuestas arquitectónicas innovadoras. Algunos arquitectos actuales continúan desarrollando un mobiliario diseñado ad hoc para un proyecto específico, partiendo, así, de la escala de la arquitectura para llegar hasta el desarrollo del menor detalle. En sus propuestas, el mobiliario sigue los mismos códigos que la arquitectura y actúa como catalizador del proyecto arquitectónico, que necesita estos elementos de menor escala para desplegar toda su capacidad expresiva y vincularse al usuario.
También algunas de las propuestas más interesantes de los últimos tiempos utilizan el mobiliario como elemento generador de su propuesta arquitectónica, partiendo, así, de la escala del objeto para llegar a la escala de la arquitectura. Esto se traduce en varios proyectos en la idea de la arquitectura como campo de objetos, una evolución a partir del concepto del mobiliario como organizador y definidor de un espacio neutro y diáfano en la que se disponen los muebles necesarios para cubrir los distintos usos y la arquitectura se materializa directamente como envolvente.
En proyectos como la Mediateca de Sendai de Toyo Ito o los apartamentos en Okurayama de SANAA puede verse cómo la disposición del mobiliario, que en este caso es lo mismo que decir la organización de las funciones, genera a su alrededor un campo que la envolvente se encarga de materializar, de manera que el espacio interior es la solidificación de este campo de objetos. También la innovación más atractiva de la Naked House de Shigeru Ban consiste en resolver los distintos habitáculos como piezas móviles que pueden situarse aleatoriamente dentro de una planta libre, por lo que el espacio interno de la casa puede reconfigurarse continuamente, como un campo de objetos totalmente cambiable.
En estos proyectos podemos comprobar la vigencia del mobiliario como elemento proyectual de primer orden en la arquitectura, de manera que una aproximación diferente y no convencional a la relación entre arquitectura y mobiliario permite desarrollar propuestas con las que responder a nuevas formas de habitar.
Este recorrido por la historia de la arquitectura y el diseño pone de manifiesto la estrecha vinculación que existe entre ambas disciplinas. Esa relación natural y lógica entre contenedor y contenido que permanece siempre constante, por supuesto a través de un enfoque distinto en cada momento y propuesta arquitectónica.
Ramón Esteve
Arquitecto y diseñador
Este artículo fue publicado en MAKMA ISSUE #05 | Diseño (junio de 2022).