Diseños y egos | Álex Selma – Yonoh Studio
MAKMA ISSUE #05 | Diseño
MAKMA, Revista de Artes Visuales y Cultura Contemporánea, 2022
El diseño es un proceso colaborativo, o, al menos, así lo entendemos en el estudio. Consideramos que esta es la forma más honesta y menos superficial para llegar a un buen producto. Ya sea una colaboración entre varios miembros de un mismo equipo o entre varios equipos diferentes, esta relación suele ser gratamente favorecedora para el producto final: varias voces y varias cabezas aportan opiniones enriquecedoras para posibles soluciones.
En nuestro sector, el ego es un buen acompañante para la búsqueda de la excelencia. Muchas veces querer destacar ayuda a generar más y mejor. Pero, en muchas otras ocasiones, ciega el criterio del diseñador y le hace pensar que su concepto, diseño o idea inicial, tal cual, es lo más adecuado, algo que, creemos, está lejos de la realidad. Para nosotros, el diseñador debe saber huir de sí mismo para encontrar las mejores y más variadas soluciones. Debe, en definitiva, saber colaborar. Esta idea de cooperación es una herramienta fundamental en el desarrollo de nuestro trabajo.
En Yonoh, desde hace más de 15 años, decidimos aunar esfuerzos, dejar de lado egos personales y crear un estudio basado en la suma de dos mentes totalmente distintas, dos formas de ver la creatividad y el desarrollo técnico que nos han convertido en lo que somos. Y por eso decidimos llamarnos Yonoh, una especie de ambigrama que muestra que el nuestro es un estudio dual, con dos formas de trabajar muy distintas, pero con un mismo objetivo: un diseño inteligente que mejore tanto los procesos como el bienestar de los usuarios de los producto que diseñamos.
Pero no solo creemos que la suma de nuestras mentes es la clave, también lo es la colaboración con todos aquellos que nos rodean. Nuestros clientes o los proveedores aportan, también, mucho al diseño…
Por otro lado, en un entorno en el que el prestigio se gana con likes, parece que el diseño razonable, el coherente con la industria, el entorno y el usuario, queda cada vez más lejos. Hoy en día todo es efímero, las modas van y vienen a velocidades de vértigo y las piezas, muchas veces, son demasiado inmediatas y poco perdurables. Lo que hoy está de moda, mañana está pasado, y un gran error que cometemos es sumergirnos en esa ola para ganar audiencia.
¿Es ese realmente el trabajo del diseñador?, ¿del buen diseñador? Nosotros no lo creemos. El gran problema es que, muchas veces, para sentirnos más queridos, más valorados, nos vemos tentados de entrar ahí y perder de vista el verdadero fin de nuestra profesión.
Un buen diseño, a nuestro modo de ver, es aquel que soluciona una necesidad específica, de una forma funcional, pensando en la industrialización y generando el menor impacto posible a nuestro alrededor, con buenos materiales y fabricación de calidad. Apostamos por diseños atemporales, que puedan acompañarnos durante mucho tiempo y, así, generar menos residuos, ya sea tanto por rotura del producto como por longevidad estética. Por supuesto, siempre tenemos en cuenta la estética, pero esta, normalmente, acompaña a las buenas soluciones.
Lo importante es aprender a escuchar, esa es la parte fundamental para el buen diseño, el que se hace con criterio. La industria habla al diseñador, y el entorno también lo hace. Nosotros tenemos la obligación de oírlo, adaptarlo y convertirlo. Nuestro objetivo es juntar todas esas voces y ser capaces de aportar soluciones nuevas a problemas ya existentes. Dar una nueva solución a un problema que ya se ha resuelto miles de veces es difícil, pero ahí está el reto.
Un buen producto es el resultado de sumas y un buen creativo sabrá resolver el resultado de la operación de un modo preciso. El concepto creativo nace de una necesidad. Una buena idea es, simplemente, una buena idea a la que le queda mucho camino para ser un buen producto. En ese intervalo, es necesario colaborar tanto en la parte técnica como en la parte formal.
El trabajo en equipo es indispensable. Nosotros siempre decimos que nuestros mejores productos han sido los que, después de haberlos pensado concienzudamente de manera interna, se han topado con impedimentos en la industrialización. La creatividad en la resolución de estos problemas han sido los que han marcado el carácter a nuestros mejores diseños.
Así que aparquemos el ego, aparquemos ese orgullo y huyamos de todo aquello que nos hace peores diseñadores. Deja de pensar en ti mismo y piensa más en cómo puedes ayudar a crear un mundo mejor, más amable, más sostenible.
Álex Selma
Diseñador y director de Yonoh Estudio Creativo
Este artículo fue publicado en MAKMA ISSUE #05 | Diseño (junio de 2022).