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‘Dobles lecturas. Identidades y ficciones’
Colecciones Circa XX y Nueva Colección Pilar Citoler
Fundación Municipal de Cultura, Educación y Universidad Popular del Ayuntamiento de Gijón/Xixón
Centro de Cultura Antiguo Instituto (CCAI)
Sala 2
Jovellanos 21, Gijón
Hasta el 26 de enero de 2025
El coleccionismo se basa en la curiosidad que nos impulsa a buscar objetos que tienen una historia que contar y con los que establecemos una vinculación sentimental. Francisco Calvo Serraller decía que una colección privada es una autobiografía resumida.
Pilar Citoler Carilla define al coleccionismo de arte como “un gen extraño” que no se hereda, que pertenece a nuestro ADN. Lo concibe como una forma de vida y un aprendizaje que le ha dado muchas satisfacciones. Se muestra muy agradecida de compartir su pasión con el público a través de las diferentes exposiciones que van mostrando las obras que integran sus colecciones Circa XX y Nueva Colección Pilar Citoler.
Semíramis González subraya que, desde la transición democrática, el silencio acompañó al coleccionismo privado de arte contemporáneo frente al coleccionismo público, pero que en los últimos años se va revelando su importancia en el apoyo a la creación contemporánea.
Partiendo de esta premisa, Circa XX y Nueva Colección Pilar Citoler reúnen en ‘Dobles Lecturas. Identidades y ficciones‘ en torno a 1.600 obras que conforman dos de las colecciones más destacadas de arte contemporáneo nacional e internacional que existen en España, con una destacada presencia de artistas asturianos.
La exposición, comisariada por Semíramis González en el Centro de Cultura Antiguo Instituto (CCAI) de Gijón, nos muestra, hasta el 26 de enero de 2025, una selección de obras de las dos colecciones, en la que predominan mujeres artistas de diferentes generaciones y nacionalidades.
En un hábil tejido de comisariado, se entrelazan las propuestas de figuras consagradas como Grete Stern, Graciela Iturbide, Louise Bourgeois, Francis Bacon, On Kawara, Esther Ferrer, Concha Jerez o Carmen Calvo con las de artistas más jóvenes como Doris Salcedo, Pippiloti Rist, Priscilla Monge, Dalila Goncalves, Marina Vargas, Erika Nyholm o Estefanía Martín Saénz. Y una nutrida representación asturiana con Soledad Córdoba, Sandra Paula Fernández, Federico Granell, Avelino Sala y Javier Riera.
El conjunto de obras refleja la variedad de géneros que componen las colecciones de Pilar Citoler: pintura, escultura, obra gráfica y vídeo, aunque destaca la presencia de la fotografía. La imagen fotográfica como ficción verdadera nos invita a descubrir las posibles dobles lecturas de la realidad. Los sueños, el símbolo y la imaginación se despliegan para atrapar la vida como proponía Brassaï.
Partiendo de un texto de Joan Rivière de 1929, ‘Womanliness as a mascarade’, que define la feminidad como simulación, la comisaria ahonda en las líneas de sus investigaciones: la identidad, el género, el cuerpo, la ficción o la teatralidad y performatividad.
La imagen de la exposición es una fotografía de Marina Vargas de una doble máscara africana de clarividencia. En ella, la artista vuelve a dotar de significado simbólico al objeto y conjura a las fuerzas de lo visible e invisible invitándonos a ver más allá.
Las máscaras, además de su papel ritual mágico-religioso, se convierten en elementos transgresores de la identidad. La representación de un rostro sin cuerpo nos oculta o cambia nuestra visión ante el mundo.
Graciela Iturbide utiliza la máscara y el disfraz para mostrar la relación entre la vida y la muerte. Sus imágenes trascienden lo documental y nos abren las ventanas de la imaginación. Soledad Córdoba personaliza el ritual autorretratándose como chamana purificadora o sanadora tras la devastación del cuerpo.
Las obras de Grete Stern y Carmen Calvo se encuentran en un universo de ficción fotográfica onírica y surrealista. Louise Bourgeois huye de lo explícito con una pintura enigmática donde unas familias de formas indefinidas se relacionan entre sí y se confrontan en la sala con otra familia ficticia de Erica Nyholm. Junto a ellas, la escultura de Federico Granell, una vanitas contemporánea que ahonda en el misterio del tiempo y la existencia.
Un autorretrato aleatorio de Esther Ferrer cuestiona la firmeza de la identidad y reflexiona sobre su vulnerabilidad. El enmascaramiento de la imagen fotográfica de Priscilla Monge o la ilegibilidad del texto autocensurado de Concha Jerez nos remiten a la ambigüedad individual y a la autocensura que nos imponemos y que incluye, también, la voz silenciada de las mujeres.
La distorsión de la figura humana en un interior indefinido y el juego de espejos que nos interpela como espectadores en la obra de Francis Bacon nos remite a la soledad del individuo que se debate entre la apariencia y la realidad.
El artista conceptual On Kawara ejemplifica el enigma de la identidad. A pesar de su silencio y de ocultar su personalidad tras la obra artística, su obsesión por el paso del tiempo construye su autobiografía visual mediante el ritual de la “lectura de los días” de su propia existencia.
En la obra de Javier Riera, la geometría se impone en la naturaleza y, a pesar del contraste entre los lenguajes geométricos y orgánicos, podemos percibir la armonía que se establece e intuir lo que permanece oculto.
Avelino Sala, por su parte, vuelve su mirada al pensamiento clásico para incitarnos a pensar y cuestionar la realidad. Sandra Paula Fernández reflexiona con ironía sobre el presente en un collage fotográfico en el que rompe los límites entre lo real y lo onírico. Introduce pequeñas pantallas donde aparece la propia artista como una humanizada Blancanieves que desempeña diferentes roles que, a veces, se alejan de la dulzura del personaje. La obra de Estefanía Martín Sáenz, a través de imágenes en apariencia ornamentales, representa la ambivalencia del imaginario y los arquetipos femeninos.
Los textos que acompañan las obras son breves e invitan a nuevas interpretaciones. Semíramis González prefiere proponernos preguntas para las que no existen respuestas unívocas y nos presenta las obras de los artistas como libros abiertos donde obtener nuestras propias lecturas. Nos recuerda que Esther Ferrer, coetánea de Pilar Citoler, concibe el arte como su único espacio de libertad.
En este sentido, la comisaria reivindica las posibilidades que el arte nos ofrece para reflexionar sobre el presente e imaginar múltiples futuros y agradece que esa “bendita locura” del coleccionismo nos permita ahora acercarnos a estas obras del siglo XX y XXI.
Pilar Citoler Carilla
Pilar Citoler Carilla (Zaragoza, 1937) es miembro de honor del Patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía del que fue nombrada presidenta en 2007. En el 2005 recibe el Premio ARCO al coleccionismo y en 2007 la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes. Es Doctora Honoris Causa por la Universidad de Córdoba (2013) y en 2014 recibió el Premio Arte y Mecenazgo al Coleccionismo Privado en España.
Semíramis González
Semíramis González (Gijón, 1988) es comisaria independiente, afincada en Madrid. Es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo y Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual en el Museo Reina Sofía, por la Universidad Complutense.
Actualmente, es comisaria de ‘Visión y presencia’, un ciclo de performances de artistas mujeres en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y es docente en el Máster PHotoESPAÑA de Proyectos Fotográficos, en el Máster en Art Business de la Universidad CEU San Pablo y en el Máster de Gestión Cultural de La Fábrica. En 2021, recibió el Premio Fetico Aequalitas por la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. En 2024, ha recibido el Premio Mejor Aliada de la Asociación Blanco, Negro y Magenta.