#MAKMAArte
‘Centro de Gravedad Permanente’, de Costa Gorel
Apertura de Dr. Robot Gallery
Adressadors 11, València
Hasta el 18 de enero de 2025
Desde 2022, cuando participó por primera vez en Art Madrid, Dr. Robot ya se presentaba como una galería valenciana, aunque hace décadas que Alexander Khromov y Andrey Bartenev –los directores de Dr. Robot– participan en festivales, representan artistas, organizan y comisarían exposiciones internacionales. Y hace tan solo unos días que la galería inauguró su sede física en la ciudad de València, entre las calles Adressadors y D’Escolano.
El nuevo espacio expositivo nace con el objetivo de «crear y alimentar constantemente una conexión inspiradora y fuerte entre artistas, coleccionistas y espectadores no profesionales».
No nos parece casualidad, por lo tanto, que Dr. Robot abra sus puertas con la exposición ‘Centro de Gravedad Permanente’, de Costa Gorel. El título de la muestra no es una declaración de intenciones expresada directamente por los galeristas, sino que lo definió el artista. Aun así, parece tener intensa relación con el objetivo de este nuevo centro de arte, dispuesto a atraer miradas, reflexiones y actores varios del mundo del arte y de otros universos.
Alexander Khromov nos contó, antes de empezar la celebración de su apertura, sobre su trayectoria de colaboración con Andrey Bartenev: «Trabajamos mucho con performance, con exposiciones, con espectáculos de teatro, y conocemos a muchos artistas. También tenemos experiencia en diferentes países: Estados Unidos, Inglaterra, Alemania… Y siempre hemos trabajado en esta configuración».
Bartenev, el director artístico de Dr. Robot, es artista plástico y performer. Horas después, se presentó con un pintoresco traje de diseño autoral, atrayendo todas las miradas y flashes. A su vez, Khromov, el director de la galería, es gestor cultural y fotógrafo. Durante nuestra entrevista y la posterior inauguración, mantiene todo el tiempo un gesto simpático a la par de comedido.
La combinación de las personalidades de los galeristas parece tan equilibrada como los papeles que cumplen al frente del negocio. Además, tienen potencial para ampliar sus miras como galeristas. Unas miras que ya abarcan muchos espacios.
«Andrey y yo siempre hemos estado en esa esfera de nuevas tecnologías, robots, extraterrestres… Nos gusta explorar lo desconocido, lo extraño, lo inusitado», dice Khromov. De ahí el nombre de la galería, un apelativo que se vio reforzado por los vídeos divulgados previamente a la inauguración, generados por inteligencia artificial, en que las obras de Costa Gorel ganan vida, se mueven.
«Creemos que uno de los papeles principales de la galería es influir en los artistas con ideas frescas y brillantes, explicando las nuevas tecnologías. Esto permite que los artistas sientan y trabajen con gran entusiasmo y mentalidad avanzada», apuntalan desde la web de la galería.
La paleta de artistas representados por Dr. Robot es tan contemporánea como su alias: acoge desde aquellos que tienen antecedentes en el arte callejero hasta otros con antecedentes clásicos, artistas figurativos, abstractos, geométricos, fotógrafos, escultores y performers.
La obra de Costa Gorel es figurativa. Bebe de la expresividad de Egon Schiele, del colorido de Oskar Kokoschka y Emil Nolde, y del interés simbolista de Ferdinand Hodler. Es notable que el artista sigue los principios del Renacimiento, además, incorpora elementos de la arquitectura gótica y barroca, y juega también con elementos de moda e interiorismo.
«Yo soy director de cine y he trabajado mucho tiempo también en la industria de la moda, como estilista, y en televisión, produciendo escenarios. Fue ahí, a los 18 o 20 años, que empecé a pintar, creando los planos de fondo para la composición de cuadros en la tele. Pero lo que más me inspira es la mezcla de literatura y música», revela Gorel.
«Crecí en Alemania y tengo muchos recuerdos de los conciertos de la música de Wagner, de Mahler. También me influyen muchos autores como Kafka, Schnitzler, Karl Marx. Esa literatura que es teosófica o filosófica, que habla de cuando no puedes entender lo que está pasando y tratas de buscar algún punto de gravedad en medio a esta carrera de ansiedad», remata el artista.
Alexander Khromov le hace una seña a Gorel para que nos enseñe el cuadro que lleva el mismo título de la muestra. «Sí, este cuadro es ‘Centro de Gravedad Permanente’ porque, paradójicamente, no hay gravedad, el personaje está levitando y tiene que encontrar su propio centro de gravedad en su imaginación, en su alma. El mío, como artista, es poder crear, poder pintar. Creo que cada persona tiene su centro individual».
El espacio de Dr. Robot va de la mano con las obras de Gorel; con sus dos salones de reducida magnitud y sus amplios escaparates, la galería es, a un solo tiempo, íntima y exhibicionista. Las piezas artísticas se encuentran precisamente en esta dimensión, entre el público y el privado.
Los personajes, trazados con formas sinuosas, presentan poses torpemente elegantes; se encuentran en ambientes ora nobles ora diáfanos, impregnados de símbolos. Desde la tela, lanzan miradas directas al espectador. A través de lo que enseñan y lo que ocultan, entablan un diálogo sugerente. Nos hablan de pasiones, del deseo vital, de sexualidad, del encuentro con uno mismo y con el otro, de aceptación, de reconocimiento, y de la búsqueda de la estabilidad en medio al caos.
En algunos casos, utilizan el erotismo como un camino real del alma, según propuso Dalí. «No puedes estar desnudo sin estar vulnerable. Es como una expresión de sinceridad, de que no hay mentiras de por medio», propone ahora Gorel.
Y añade: «El cuerpo de cada persona y de cada animal es una forma que contiene algo psíquico, y trato de expresar, a través de los colores y los detalles, las relaciones internas de cada personaje con su propio mundo, porque cada día el mundo puede cambiar y tienes que empezar de nuevo, equilibrando las circunstancias».
A raíz de semejantes observaciones, nuestra conversación llega al personaje Orlando, de Virgina Woolf, una escritora muy influyente para el artista. «Virgina Woolf es como una Biblia para mí, sobre todo dos novelas: ‘La señora Dalloway’ y ‘Orlando’. La biografía de Orlando, principalmente, creo que nos habla sobre el alma. Porque nos muestra que no importa tu sexo o tu género, da igual con quien te relaciones, el amor es lo más importante. Y los tiempos pueden cambiar, pero nuestra esencia se mantiene».
Al contemplar las obras de Gorel, teniendo en cuenta ese contexto, apreciamos con mayor nitidez la esencia interior de los personajes creados por el artista, plena de risa y de angustia, con una conciencia de la muerte que les da fuerzas para vivir (como propuso Lacan). Asimismo, para los que somos igualmente admiradores de Woolf, contemplar las obras ‘Orlando’ y ‘Al faro’ resulta especialmente evocador.
La fuerza de atracción que ejerce la obra de Gorel se justifica por el planteamiento de temas y sentimientos tan mundanos como humanos, tan graves como comunes. Así que no nos extraña que el artista haya nombrado la exposición ‘Centro de Gravedad Permanente’ con base, en parte, en la teoría de la gravedad, ya que, como dijo Isaac Newton, todos los cuerpos gravitan unos hacia otros.
Por otra parte, Gorel comenta que también tuvo en cuenta «la canción de Franco Battiato del mismo nombre, que fue cantada en español también, y es sobre la búsqueda de la paz dentro de tiempos caóticos, sobre buscar un lugar para relajarse, para tener un tiempo tranquilo, sobre buscar tu espacio propio y un poco de estabilidad».
Por suerte, muchos encontramos en la cultura, en obras de arte como las de Costa Gorel y en espacios como la nueva galería Dr. Robot esos centros de gravedad, que nos atraen y nos permiten disfrutar de la belleza y reflexionar más allá del tiempo y las circunstancias presentes.
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