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‘El amor en su lugar’, de Rodrigo Cortés
Romance / Musical
Estreno: 3 de diciembre de 2021
En 1940, tras la ocupación nazi de Polonia, se crea en Varsovia un gueto. Cuatrocientas mil almas apiñadas, confinadas entre muros sobreviviendo a duras penas al invierno, el hambre y las balas. Si eres carnicero estás de suerte, tienes carne con la que poder negociar con tus vecinos y ganar algo de tranquilidad. Lo mismo si eres dentista, le quitas a la gente sus dientes de oro y los vendes. Otra opción es hacerte espía, trabajar para los alemanes denunciando y espiando a tu familia. Pero también puedes ser actor, músico o dramaturgo. Gente cuyo trabajo es hacer reír a los demás y, cuando la felicidad es algo que ha sido extirpado de este mundo, ¿qué es lo que haces? Evidentemente, lo único que sabes hacer.
Rodrigo Cortés presenta su nueva película ‘El amor en su lugar’. Un homenaje al teatro, la comedia y las ganas de vivir incluso en las peores situaciones. Se trata de la adaptación de una obra de teatro polaca escrita en el gueto donde, a través del humor, se recrean las duras condiciones del espacio confinado de Varsovia.
En palabras del propio Cortés, “buscaba recrear este humor pesimista, pero lúcido”. Recreación que bebe de directores como Billy Wilder y su ‘Berlín occidente’,cuya frase, “vivo a tres ruinas de aquí”, es sintetizadora de este film. También podemos encontrar a Ernst Lubitsch y obras suyas como ‘Ser o no ser’, ‘Uno, dos, tres’,o incluso ‘Cisne negro’,de Darren Aronofsky.
“El gueto no es un campo de concentración. Era una sociedad enormemente compleja y jerarquizada con ricos y pobres. Los había que hacían contrabando y vivían bien, mientras otros morían en las calles y eran recogidos en carro dos veces al día”, señaló Cortés.
Todo esto se puede apreciar en la película. Incluso el papel de la policía judía, los llamados kapos, que colaboraban con los nazis. Pero como dice el director, esta no es una película sobre un lugar terrible, en una circunstancia terrible, es una película sobre personas: “Sobre un grupo de actores que representan un musical en una circunstancia muy concreta”.
Rodrigo Cortés, que se inició en espectáculos de café teatro, retrata los nervios, la energía del público o las tensiones entre actores que deben hacer una escena juntos. Todos los problemas que pueden surgir y que, sin embargo, no deben afectar a la obra, porque, pase lo que pase, debe terminar.
‘The show must go on’ puede ser el lema de esta película. Da igual que en la calle la gente muera de frío, que en cualquier momento un oficial nazi introduzca una bala en tu cabeza o los kapos te muelan a palos en un callejón. Todo eso da igual, porque como actor tu deber es seguir. Distraer a los demás y, durante un momento, hacer que la muerte y el dolor solo sean una sensación lejana.
Y es precisamente esta la gran virtud del film: somos partícipes de su diégesis. Incluso cuando los nazis acaban con uno de los músicos, el espectáculo sigue y nosotros seguimos con ellos. “Dirigir es conseguir que algo funcione. Conseguir que el público, que no son actores, ponga toda su carne para vender emocionalmente las escenas”, resume el propio Cortés.
Antes he dicho que esta es una película de personas. Una cinta muy humana que invoca una de las temáticas más humanas posibles: el amor. El eterno dilema de amar o ser amado. El film no contesta a esta pregunta, sino que deja sitio al espectador para que introduzca sus propias respuestas. ‘El amor en su lugar’ como título acerca de dónde se deja el amor, dónde debe estar y en qué situaciones. Preguntas que cada uno debe contestarse.
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