#MAKMAEntrevistas | MAKMA ISSUE #02
Merche Medina | Ana Serratosa: “El arte es conversación y los galeristas somos un filtro”
MAKMA, Revista de Artes Visuales y Cultura Contemporánea, 2019
Viernes 7 de agosto de 2020
Para la galerista Ana Serratosa su licenciatura en Historia del Arte no hizo más que dotar de argumentos la sensibilidad, el aprendizaje, la investigación, el entusiasmo y la inquietud por transmitir su apasionada relación con el arte a todo el que se acercase, directamente o de manera periférica, a su lado.
En los albores de los 90, junto a la artista plástica Marisa Casalduero (València, 1961-2013) y sus respectivos cónyuges, emprendía en València la Galería Bretón. Un espacio a pie de calle que plantearon de un modo convencional, al uso de las galerías de arte de la época. Inauguraban con el pintor y escritor Antón Patiño – miembro fundador del grupo Atlántica, renovador del arte gallego durante los años ochenta–, que, según confiesa Ana Serratosa, “fue un impacto para amigos y clientes”.
Desde la Galería Bretón también apostaron por jóvenes creadores como José Luís Albelda, seducidos por su figuración en las pinturas sobre tabla y su toque casi realista y mágico, que evidencia una evolución técnica superior en sus obras –actualmente Albelda es profesor de la UPV–, y otros de la talla del mallorquín Bernardí Roig.
“Al principio, trabajar con artistas conocidos es difícil. La galería abre la mente y trabaja para el futuro, y esto es satisfactorio porque vas viendo que la gente va entrando en las propuestas.
“Con Bretón acudíamos a ferias, como las de Estocolmo, Chicago, ARCO y Basilea. Vimos lo que se hacía en otros países y llevamos a artistas jóvenes fuera de València. Las ferias nos abrieron una ventana al exterior; entonces no existían las redes sociales”.
A mediados de los 90 y tras una crisis económica que asolaba a todo el país, la Galería Bretón cerraba sus puertas. No obstante, Ana Serratosa apostaba por abrir otro espacio, “pero no a pie de calle. Quería poder estar con el cliente y transmitirle qué es el arte contemporáneo, darle más profundidad a lo que es la parte teórica y lo que es el arte, no solo a la parte venal. Los que estamos vinculados al mundo del arte disfrutamos mucho con todo esto, así que por qué no hacer disfrutar a la gente que viene a visitarnos, dándoles conocimiento y ponernos de igual a igual”.
De este modo, la Galería Ana Serratosa se inauguró en el año 2000, cobrando forma en un penthouse de la calle Pascual y Genís de València. “Quería hacer algo distinto, venía de otra etapa que me había dado un bagaje de cómo funcionaba una galería, cómo relacionarse con los artistas y los galeristas”. Al situar la galería en un ático “me interesaba la relación de calidad con el arte, el artista y el cliente. El arte es conversación y los galeristas somos un filtro. Yo ya tenía un fondo importante de antes y, después, los artistas me cedían obra para hacer exposiciones, puesto que ya me conocían. Ahora me llaman artistas cada vez mas importantes”.
‘Decatrás’, de Pedro Castro Ortega, abrió la línea expositiva del nuevo espacio. Si bien Serratosa ya había apostado por el artista ciudadrealeño en su anterior etapa, en tanto que “algunos artistas y nosotros hemos crecido a la par”, confiesa. Con esta propuesta, la galerista pretendía hacer “un homenaje al mundo del arte –artistas, comisarios y coleccionistas–. Traje toda la obra vendida en aquellos diez años. Invité a los coleccionistas y luego Castro Ortega explicó qué había pasado con él en todo ese tiempo. Fue una exposición muy simbólica”.
Más tarde continuó solidificando el vínculo con autores con los que ya había trabajado, como el mencionado Bernardí Roig y su obra en blanco y negro de telas rasgadas, y otros internacionales.
En paralelo a la trayectoria de la galería y con el fin de refrendar su criterio, en 2011 materializa Fondo Arte AS en una zona apartada del centro y del circuito habitual del gremio, próxima al cauce del río Turia, en cuya vaguada asienta en 2012, y de la mano del avilesino Javier Riera, ‘Alameda Llum’, el primero de sus proyectos artísticos al aire libre, mediante la instalación de once proyecciones que modificaron el espacio público, recurriendo a la intervención de la geometría en el paisaje.
Así, tras el impacto visual y social que esta propuesta supuso, Ana Serratosa formuló en 2014 ‘Eclosión en Valencia’, junto a la pareja de escultores alemanes Venske&Spänle y sus Smörfs, criaturas marmóreas que fueron diseminadas por la ciudad a comienzos de ese año. Algunos para quedarse.
Tiempo más tarde, Serratosa conoció a Bob Verschueren, artista belga de land art y académico de las Artes en Bruselas, quien tras una visita a València junto a su mujer y poeta Dominique Sintobin, queda impactado por el traslado del río fuera de la ciudad. De este modo, Verschueren investiga acerca del devenir histórico del Turia y crea un conjunto de instalaciones vinculadas con la huella del antiguo afluente, dando lugar a ‘Ecos de la Memoria’ –de noviembre de 2015 a febrero de 2016–.
Una vez finalizado este último proyecto, Ana Serratosa consideró que había concluido una fase y quiso hacer balance de ello junto a todos los actores que intervinieron en los tres proyectos emprendidos, convocándoles a un coloquio conjunto a modo de puesta en común y reflexión acerca de dichas acciones, en el que Marc Wellmann -–comisario de ‘Eclosión en Valencia‘ y actual director artístico del Berlin Kunstverein– apuntaba que “existen dos posicionamientos frente a la creación del proyecto: los proyectos permanentes y los efímeros crean una conciencia positiva al espectador. Hacen que el espectador esté alerta, observando el territorio, dándose cuenta de lo que hay en el lugar que habita, estableciendo conexiones entre ambos”.
Tras esta etapa, para Ana Serratosa continúan siendo de gran relevancia la formación, los viajes, las visitas a ferias nacionales e internacionales, la reflexión de sus acciones, así como la interacción con todos y cada uno de los agentes del mercado. Durante todo este tiempo, además de los mencionados, han complementado sus contenidos artistas como Jorge Pardo, Kara Walker, Kiki Smith, Carmen Calvo, Joana Vasconcelos, Carmen Jabaloyes y Helena Almeida, entre otros, siendo Carlos Franco –en cuya exposición ‘Pintura Fruta’ se exhibía una selección de los últimos trabajos del artista madrileño– y la creadora iraní Shirin Salehi, mediante ‘Dentro de un agua extraña, mi sombra’ –comisariada por la historiadora del arte Ana Martínez de Aguilar– sus más recientes apuestas expositivas durante la temporada 2018-19.
A la postre y tras este repaso por su trayectoria como galerista, Ana Serratosa concluye que “me gusta estar cerca del arte y crear cosas nuevas, dar a conocer lo que se está haciendo fuera y presentarlo de forma distinta. Tiene mucho aliciente y la gente también lo agradece”.
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