‘Auto Sacramental Invisible. Una representación sonora a partir de Val del Omar’, del Niño de Elche
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Eficio Sabatina, Espacio 1
Santa Isabel 52, Madrid
Hasta noviembre de 2021
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía acoge la exposición temporal ‘Auto Sacramental Invisible. Una representación sonora a partir de Val del Omar’, fruto de la colaboración entre el Área de Colecciones del museo y el Niño de Elche. La muestra ofrece una relectura desde el presente de la obra sonora del fotógrafo y cinemista Val del Omar.
La pieza, originalmente inconclusa y presentada una única vez en 1952, ya anticipaba lo que una década más tarde se conocería como arte sonoro y supone una fusión de voces, música y ruidos proyectados simultáneamente a través de catorce altavoces.
Niño de Elche (Francisco Contreras) recoge el testigo de Val del Omar y realiza una interpretación de esta obra gracias a la producción y composición de Miguel Álvarez-Fernández, la creación objetual y arquitectónica de Lluís Alexandre Casanovas, la ingeniería sonora de Juan Andrés Beato, el diseño lumínico de Carlos Marquerie y David Benito, y la investigación del archivo de Gonzalo Sáenz de Buruaga y Piluca Baquero.
‘Auto Sacramental Invisible. Una representación sonora a partir de Val del Omar’ lucha contra la concepción del tiempo a la par que nos ayuda a “pensar el museo desde una perspectiva musical”, en palabras de Niño de Elche. Supone, por ello, una instalación sonora en la que música y voces entran en diálogo con las luces y una escenografía que explora las tensiones presentes en el trabajo de Val del Omar, “las dicotomías modernidad-antimodernidad, control-emancipación, poder-contrapoder, cultura oficial-cultura popular”, como afirma Lluís Alexandre Casanovas Blanco.
Así lo vemos en el telón que da acceso a la instalación, en el que se aprecia un estampado en el que se contrapone la historia natural de la Alhambra con fotografías de las pruebas nucleares realizadas en Nuevo México en 1945.
El espectador más atrevido se animará a deambular anonadado bajo las curiosas lámparas votivas de las que parece emanar la música, inmerso en una especie de trance que le impedirá apartar la vista de esa sucesión de luces y sombras. Las canciones se siguen una a otra, intercaladas con esas voces extraídas de diálogos descontextualizados que crean un ritual en el que pieza y público se fusionarán en un todo, dejándose llevar por los golpes rítmicos visuales y auditivos. Una exploración de la percepción inconsciente del espectador a partir de este ir y venir de imagen y sonido muy propia del cine de vanguardia.
Este diálogo con la arquitectura y el espacio en el que se ubica la obra sonora ya fue sugerido por el propio Val del Omar, tal y como se ha podido observar en diversos libretos escritos por él mismo. La obra original de Val del Omar lleva por nombre ‘Auto Sacramental Invisible. El mensaje de Granada’ y, como tal, hace eco de los autos sacramentales, en relación con el misticismo y la férrea religiosidad valdelomarianos. Sin embargo, esta interpretación se aleja de la representación teatral propia de los autos sacramentales, tomando como elemento central el componente sonoro y convirtiéndose, así, en una pieza ‘invisible’.
Asimismo, las referencias a la cultura granadina también están presentes en la obra, que reivindica el flamenco como expresión elemental de la música popular, algo que ha sido de gran importancia para Niño de Elche, quien afirma que sus incursiones experimentales en el flamenco y la electrónica no se pueden entender sin la labor sonora emprendida por el creador granadino. Esto se ve patente en el disco ‘La distancia entre el barro y la electrónica. Siete diferencias valdelomarianas’ publicado el pasado año por Niño de Elche, un disco vinculado con la presente exposición.
Además de la instalación sonora, también se expone parte del archivo que ayuda a contextualizar la obra de Val del Omar en la España de los 30 y 40, con la introducción de la electroacústica y radiofonía como instrumentos de propaganda política, a partir de la repetición, amplificación y difusión de la voz. Así se ve en el Circuito Perifónico de Valencia que ideó Val del Omar en 1939 como medio de difusión de propaganda franquista y publicidad comercial, y que aparece expuesto en la muestra.
El recurso de las repeticiones y amplificaciones acústicas de que se hacía servir la propaganda política es también la base técnica de esta pieza que transmite la nostalgia valdelomariana por Granada, una yuxtaposición de ruidos y sonidos aparentemente aleatorios, pero detalladamente registrados en los documentos de los que se sirvió el equipo para la interpretación.
Con esta pieza, la electroacústica se abre paso como medio de expresión artística, estableciendo un polémico diálogo entre pasado y presente. En palabras de Miguel Álvarez-Fernández: “Lo antiguo, lo primitivo, lo primigenio… nunca se opone a lo moderno, a lo vanguardista o, incluso, a lo que aún está por llegar”. De este modo, Niño de Elche recupera con esta interpretación la producción sonora del cineasta granadino y, a su vez, pone de relieve las implicaciones políticas de la misma, incitando al espectador a reflexionar críticamente sobre qué escucha y cómo lo escucha.