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‘El bufó de la reina’
Capella de Ministrers y TransferMove
Intérprete: Toni Aparisi
Música: Carles Magraner y Robert Cases
Textos: Vicent Josep Escartí
Día Internacional de la Danza
Sala Russafa
Denia 55, València
Del 29 de abril al 1 de mayo de 2022

La figura del bufón, cuyo origen histórico se remonta al antiguo Egipto, pose muchos matices. No solo es un tipo grotesco de estrafalaria vestimenta que cuenta chascarrillos y hace payasadas, sino también esa voz osada que desafía al poder. En las cortes pretéritas, el bufón era el único que, además de aliviar el tedio de los monarcas y sus acompañantes, tenía bula para decir alto y claro las verdades que nadie se atrevía a formular. Un oficio arriesgado que requería altas dosis de ingenio, inteligencia y buena suerte para no acabar con la cabeza clavada en una pica.

Recrear el espíritu de este personaje del pasado inmortalizado por Velázquez en algunos de sus lienzos, en clave artística y por partida triple, es el objetivo de ‘El bufó de la reina‘, un espectáculo singular que se estrena este fin de semana en Sala Russafa con motivo del Día Internacional de la Danza.

Una pieza que aúna música antigua, teatro, danza y referencias históricas, fruto de la colaboración de la compañía TransferMove de Toni Aparisi y el grupo Capella de Ministrers, dirigido por Carles Magraner. «Hace años que conozco a Magraner, trabajamos juntos en ‘El Cortesano’, y a raíz de esa obra sugirió la idea de profundizar en la figura del bufón», explica Aparisi. «El proyecto ha madurado a lo largo de dos años hasta configurar un montaje en el cual el teatro, la danza y la música renacentista se ponen al servicio de uno de los mitos más curiosos de la historia».

Capella de Ministrers. El bufó de la riena

Aquejados con frecuencia de alguna deformidad o discapacidad, los bufones poseían un aura muy particular en la que se fundía el poder con la superstición, el humor y la crueldad. Presentes en las cortes europeas durante la Edad Media y el Renacimiento, gozaban de cierto prestigio pese a ser objeto de mofas, y algunos incluso despertaban la simpatía y la confianza de los reyes que los mantenían como una especie de mascotas parlantes.

Correveidiles y chismosos de palacio, acopiaban información privilegiada y usaban el humor para trasgredir los límites en una sociedad clasista, donde el linaje marcaba de por vida. Moviéndose entre dos aguas, entre luces y sombras, aprovechaban su singularidad para ganarse la protección de los poderosos y adentrarse en ambientes de acceso restringido.

‘El bufó de la reina’ se inspira en un personaje real, el Canonge Ester del que habla el escritor Luis Milà en su obra ‘El Cortesano’. El dramaturgo Vicent Josep Escartí ha escrito los textos en los que en una serie de monólogos relata sus andanzas al servicio de la reina Germana de Foix y del Duc de Calabria. También hace referencia a otros personajes históricos de la época para los que no trabajó para mostrar así con mayor amplitud el ambiente y los temas que trata el espectáculo: el Papa Alejandro VI, el monarca Carlos VI y el escritor Jaume Roig.

En el último episodio de su vida, el Canonge Ester hace repaso a su vida en cinco monólogos teatrales en los que habla del amor y la poesía, del poder, las intrigas o de la muerte, pasando de la comedia al drama. Cada uno enlaza con una canción interpretada por Carles Magraner y Robert Cases, a la viola de gamba y laúd, respectivamente.

Carles Magraner y Robert Cases. Fotografía cortesía de Capella de Ministrers.

«Muchos se van a sorprender al verme interpretar un monólogo completo porque los bailarines rara vez tenemos textos complejos», dice Aparisi. «Pero mis orígenes están en el teatro, en un grupo de aficionados que montamos cuando era muy joven. Al poco comencé en la Escuela Superior de Arte Dramático, donde cursé todo un año, aunque al entrar en el mundo de la danza se eclipsó todo lo demás».

Junto a Magraner ha dirigido este espectáculo en el que danza, música y teatro interactúan y se enriquecen mutuamente. «Son disciplinas que tienen muchas conexiones: un sentimiento de base y una historia que contar. Cada una lo hace con sus herramientas y cuando colaboran, el resultado es maravilloso».

Las partituras seleccionadas por Magraner abarcan desde la música profana a la religiosa incluyendo danzas satíricas, gallardas, pavanas u otros géneros de los siglos XV y XVI. Sobre ellas, el actor y bailarín interpreta sus propias coreografías de danza contemporánea, que sirven para completar la narración de la vida del personaje que representa. Según el compositor y musicólogo, ayudan a que los espectadores conecten con la música antigua y la época en que se ambienta el espectáculo.

«El triángulo simbolizaba la perfección en el Renacimiento y aquí tenemos tres disciplinas artísticas sobre el escenario y también a tres personas porque no necesitamos nada más para retratar qué era un bufón, un personaje que despertaba fascinación y repulsa a partes iguales», reflexiona Magraner.

Belleza, comedia, crítica, historia y sátira conviven en esta pieza que cierra la programación de abril en Sala Russafa. ¿Quiénes son los bufones del siglo XXI? «Posiblemente los cómicos y humoristas, aunque no lo tienen nada fácil porque hoy día nos ofendemos de una forma hipócrita por todo», concluye Toni Aparisi.