Centro del Carmen

La presencia y la figura

Valencia

Hasta abril de 2013

Para hablar de La presencia y la figura, título de la exposición del Centro del Carmen, su comisario José Saborit echa mano de este verso de San Juan de la Cruz: “Descubre tu presencia, y máteme tu vista y hermosura; mira que la dolencia de amor, que no se cura sino con la presencia y la figura”. Pues bien: haríamos mal en confundir presencia y figura. La presencia para el místico es el fondo que ningún objeto imaginario puede tapar. De ahí su carácter letal (“máteme tu vista”). La figura, como mal menor, acudiría al rescate (cura) de esa mirada angustiada. Pero no se detiene aquí el poema: San Juan de la Cruz, contra la tendencia actual de mostrar un fondo siniestro, termina proponiendo una palabra simbólica que transforme esa presencia letal en experiencia sublime.

Para darse cuenta de ello se hace necesario una lectura atenta del poema. Como atención reclama el propio Saborit para su exposición, en la que 95 obras de 29 artistas valencianos se exhiben para una mirada paciente. Sin negar las “ventajas y facilidades” que proporcionan las nuevas tecnologías, José Saborit propone con La presencia y la figura otra cosa. Frente a “la rapidez, la sustitución y el relevo” inherente al universo tecnológico, “la espera, la lentitud, la duración o la permanencia” que ofrece la pintura. Y para demostrarlo, ahí está el casi centenar de obras de una exposición dividida en tres apartados: retratos, figuras y paisajes.  Seleccionamos a Chema López, Gabriel Alonso y Mery Sales para que nos introduzcan en cada uno de ellos.

RETRATOS: CHEMA LÓPEZ

“Reivindicar la pintura en cuanto medio, además del contenido” es, para Chema López, el objeto de la exposición en su conjunto. Ciñéndose a los retratos que aparecen en la Sala 1 del Centro del Carmen, el artista dice: “Son rostros desde diferentes puntos de vista”. El suyo es “fantasmal”. No oculta la técnica, pero los retratados por Chema López son figuras trazadas bajo una “atmósfera de efecto fantasmal”.

En La Danza. Black Rolling Head, el efecto fantasmal proviene de la “figura anónima de una niña bailando”. Y en Gospel Show (La fe y el crédito), parte de una foto de grupo de la Junta Directiva del BBVA para que sobre sus cabezas caiga una “lluvia de ranas apocalíptica”, ya sea a modo de ¿fenómeno natural? o directa provocación del propio poder. Se trata, en cualquier de los casos, de “crear un ambiente a partir de los rostros”. Y más rostros: Irene Grau, Javier Palacios, Sergio Luna, Alberto Gálvez, Tania Blanco, Daniel Coves, Robert Garay y Andrea Garay.

FIGURAS: GABRIEL ALONSO

“Están las figuras del toreo, del cine, del deporte, y la presencia a la que alude la exposición que son los cuadros que hay que ver poniéndote delante de ellos, para disfrutarlos”. Gabriel Alonso diferencia entre “el eco, la resonancia” que proporcionan aquellas imágenes, y el “hecho físico” de la pintura contemplada “directamente, no mediatizada”.

La suya es “pintura de relato”, donde impera la narración y cierto mensaje, como en La América soñada o Lady Yellow. “Hablamos de figuras como seres vivos, frente a la huella y el ser inanimado”. Por eso entiende como pertinentes los tres apartados de La presencia y la figura. “Por un lado el ser y, por otro, los espacios por donde se mueve el ser”. Más figuras: Nuria Rodríguez, Rosa Artero, Jesús Herrera, Abel Segura, Ismael Fuentes y Daniel Jordán.

PAISAJES: MERY SALES

“Me gusta la referencia a San Juan de la Cruz porque en estos cuadros se hace necesario presenciar la obra para ver su valor”. Mery Sales apuesta por la pintura como forma “reposada” de contemplar una obra, frente al “consumo rápido”. “Hay que acudir a los sitios y destinar tiempo a ello”, añade. De los tres aspectos que a su vez incluye el paisaje (urbano, vegetal y metafísico), Sales se inclina “por lo abstracto, aunque sea realista”, en tanto “metáfora de lo invisible”.

No pretende representar el paisaje, sino “un estado emocional”, aquel que tiene siempre que ver “con las personas y sus conflictos”. De manera que en el “espacio poético” de sus Cosmos, el espectador puede hallar esa “perspectiva de acercamiento entre las personas”. Proximidad que Mery Sales trenza y hace fluir como “corriente luminosa”, cuya “lucidez” permite “mejorar el entorno en el que vivimos”. Más paisajes: Ana Sansano, Alejandro Marco, Eva Borrás, Inés Navarro, Jesús Rivera, Marcelo Fuentes, Lorena Beferull, José Albelda, Daniel Pareja, Rafael Carralero, José Luis Urbán y Ernesto Casero.

¿SIN REMUNERACIÓN?

Los 29 artistas de La presencia y la figura no han cobrado por su trabajo. Es algo tan habitual en el mundo de la cultura que merece, una vez más, un toque de atención. “Hay que variar estas prácticas”, dice Chema López, porque muchos entienden “que te lo pasas bien, que te autopromocionas”. Mery Sales no comprende que se pague al montador, al transportista, al diseñador del catálogo, “y al artista no”. Gabriel Alonso, remuneración aparte, señala la importancia que ha de tener el objeto artístico “más allá de la exposición, de su almacenamiento”. Y que conste, subrayan todos ellos, que la crítica “no va contra nadie”, sino contra la práctica general que “resulta ofensiva”. José Saborit entiende la polémica, siempre y cuando sea una denuncia extensible y no una crítica particular.

Salva Torres

mery sales