Mujer y Cine: En torno al deseo femenino
XIII Jornadas de Hª y Análisis Cinematográfico
Carmen Carceller, psicoanalista
Aula de Cultura La Llotgeta
Plaza del Mercado, 4. Valencia
Martes 10 y Miércoles 11 de diciembre
Pregunta.-Mujer y cine, en torno al deseo femenino. ¿Es diferente al masculino? ¿En qué sentido?
Respuesta.-Si tomamos las fórmulas de la sexuación que Lacan escribe en Encore (72) podemos decir que el deseo masculino es perverso estructuralmente. El varoncito para separarse de la madre y procurarse objetos debe parcializar el cuerpo femenino y ahí tenemos toda la imaginería e industria que gira alrededor del cuerpo de la mujer parcializado (pornografía, moda).
El deseo dividido entre la madre y la prostituta. Esta división se mantiene en los varones por eso la infidelidad masculina tan clásica.
El deseo siempre se dirige a una parte del cuerpo: los senos, las nalgas o sencillamente a «ese brillo en la nariz» que aísla el propio Freud para hablar del fetichismo. Por eso, y hay que insistir en este punto, el fantasma masoquista femenino es un fantasma netamente masculino. Tanto Freud como Lacan exploran estos temas para concluir que se trata del varón. Y muchas mujeres ceden por amor o dinero a colocarse en el lugar de objeto en el fantasma del hombre.
El deseo es fetichista. Se dirige a la mujer en el lugar del pequeño objeto «a». El macho fetichiza su objeto imponiéndole cierto número de condiciones tipificadas. El deseo masculino requiere el plus de gozar. El deseo femenino, aquí se trata del amor, de este lado no hay serie. Y el amor tiene diferencia con el fetiche, la condición fetichista, puede tener soportes múltiples, mientras que el amor no está del lado de lo múltiple. La niña aspira a obtener el reconocimiento y el amor del padre esa es su salida edípica.
Si oponemos plus de gozar y amor en su definición lacaniana: dar lo que no se tiene, se apoya en la anulación completa del tener y es así como se puede apuntar al ser. Este más allá del tener nos introduce en lo ilimitado, infinito, en la demanda sin fin, el amor loco, el estrago como reverso del amor, en la erotomanía…Lacan en su texto «Ideas directivas para un Congreso… «coloca la perversión del lado masculino y la erotomanía del lado femenino.
Bien, hasta aquí algunas consideraciones y, por supuesto, hay que tener en cuenta que son dos modalidades que a veces corresponden a los dos sexos pero no siempre.
Respecto al cine, dos ejemplos: por una parte, un director emblemático por sus planos de detalle y su forma de filmar me parece podría ser Hitchcock que encarne el modo masculino, y Kechiche, que es un hombre, con su «Vida de Adele» que encarna un hacer femenino. Son hipótesis. Y me viene a la cabeza Agnes Varda con su finura a la hora de filmar tan femenina.
Pregunta.-El incomprendido deseo femenino por parte de los hombres, que desemboca en muchos casos en la llamada violencia de género, ¿se soluciona con más educación o intervienen otros factores a tener en cuenta? ¿Como cuáles?
Respuesta.- Los malos tratos estan muy ligados a ese no entender «el otro goce» femenino y a resultar insoportable, pero justamente al golpear a la mujer, golpean el odio a su propio goce, a eso desconocido. Igual al racismo se intenta eliminar lo que en el Otro aparece como lo más intimo e ignorado de uno mismo.
También la caída de los ideales y la caida estrepitosa del Nombre del Padre hace que los hombres más indefensos e inseguros maten por miedo, por eso luego se suicidan. Algunos. El feminicidio habla de la fragilidad masculina en muchos casos. Es la prueba de su debilidad, no hablamos de fuerza bruta.
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