Carrera de Bellas Artes
Escuela Superior de Arte y Tecnología (ESAT)
C / Viciana, 5. Valencia
A partir de septiembre

Del mismo modo que los Hermanos Marx nunca dijeron literalmente aquello de “más madera, esto es la guerra”, tampoco la Escuela Superior de Arte y Tecnología (ESAT) de Valencia reclama más dibujo, para fomentar cierta guerra con la Facultad de Bellas Artes. Ni mucho menos. De hecho, la Facultad de Bellas Artes tiene sobrados motivos para presumir de ser la mejor de España en su especialidad. Lo que ESAT dice, eso sí, es que los alumnos llegan a su escuela con una paupérrima formación académica en materia de dibujo. “Hay quien termina Bellas Artes y viene con nosotros a hacer la carrera de Diseño y Arte para Videojuegos con un nivel paupérrimo”. Vamos, que “no saben dibujar”. Así lo explica Carlos Romero, director de Estudios de Arte y Diseño de ESAT, para justificar la puesta en marcha de la carrera de Bellas Artes en su centro de la calle Viciana durante el próximo curso académico.

Cartel de la joven de Vermeer para la carrera de Bellas Artes. Imagen cortesía de ESAT
Cartel de la joven de Vermeer para la carrera de Bellas Artes. Imagen cortesía de ESAT

La Escuela Superior de Arte y Tecnología es la primera en España que imparte una carrera sobre videojuegos. La programación de videojuegos se encuentra en alza y ESAT cubre esa demanda. Está a la altura de las circunstancias, no así los alumnos que cursan la carrera. “La gente, cuando aborda las nuevas tecnologías, no viene formada en dibujo”, subraya Romero. Y dicho y hecho. “Enfocaremos la carrera de Bellas Artes con una metodología clásica, mediante la transferencia de conocimiento entre maestro y discípulo”. Fundamentada en el sistema de educación británico, pero identificada “con el academicismo francés”, ESAT tiene un “enfoque transversal” de materias y un taller “donde los alumnos trabajan juntos, creando competencia entre ellos”. Y, a partir de ahora, con el dibujo como materia prima.

MENOS HARDWARE Y MÁS DIBUJO

“Se trata de volver al academicismo, porque creemos que el esfuerzo es fundamental”, señala Alberto Adsuara, director del Curso de Fotografía Digital. De manera que menos hardware y más saber dibujar. O el mismo hardware, pero más dibujo. No está claro, sin embargo, que la Facultad de Bellas Artes de Valencia esté en el origen de esa carencia. “La formación clásica no se la puede saltar nadie bajo ningún concepto”, indica David Heras, ilustrador y profesor de dibujo en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia. Los datos que aporta dicen todo lo contrario, con alumnos premiados a nivel nacional e internacional por sus dibujos e ilustraciones. “Puede haber quien acabe la carrera sin ser un buen dibujante, pero no será por falta de clases de dibujo en la facultad”.

Fotografía marina, de Alberto Adsuara. Imagen cortesía de ESAT.
Fotografía marina, de Alberto Adsuara. Imagen cortesía de ESAT.

Chema López, artista y profesor de pintura en Bellas Artes, afirma que en primer y segundo curso “los alumnos se pasan dibujando todo el rato; tienen un montón de horas”. Por eso dice que “generalizar es peligroso”, lo mismo que apunta David Heras: “Por una parte no se puede definir el todo”. Sí es cierto que el dibujo es una disciplina que se aprende “machacando, y eso no gusta”, precisa López, que sabe de lo que habla porque, cuando él estudiaba, “había muy pocos que se dedicaran a lo figurativo; yo era un bicho raro”.

REVIVAL FIGURATIVO

Javier Chapa, artista y también profesor en la Facultad de Bellas Artes, asegura que oportunidades de practicar el dibujo “tienen todos”. Otra cosa es que haya alumnos que, “pensando en que su futuro está en los videojuegos, haya descuidado el dibujo”. A juicio de Horacio Silva, que durante 30 años enseñó en Bellas Artes, “tenía que haber más rigor en los primeros cursos; enseñar a pintar sin faltas de ortografía”. La libertad de cátedra (“yo en mi clase enseño lo que quiero”) ha podido tener como consecuencia, según Horacio Silva, que algunos profesores “no hayan tenido en cuenta el dibujo, influidos por el empuje de lo nuevo: instalaciones, performances…”.

Retrato de niña, de Carlos Romero. Imagen cortesía de ESAT.
Retrato de niña, de Carlos Romero. Imagen cortesía de ESAT.

“En términos generales, la gente dibuja bastante mal”, explica Rocío Villalonga, artista y profesora de la Facultad de Bellas Artes de Altea. “El dibujo se ha abandonado, porque ha habido bastante complejo en el profesorado con las nuevas tecnologías”, agrega. En su opinión, los alumnos que mejor lo dominan “son los graffiteros, acostumbrados a la destreza de la calle”. Quizás el boom que, según Chema López, vive la ilustración, esté propiciando ese “revival” figurativo. Una vuelta a los orígenes que bien pudiera revelar el propio Master de Ilustración impartido por David Heras, en el que dice buscar “la conexión entre cabeza y mano, y sin ordenadores de por medio”. Luego, el dibujo en la Facultad de Bellas Artes resulta materia obligada y de primer orden, al margen del interés mayor o menor de los estudiantes.

El dibujo, en medio de pantallas táctiles, teclados y ordenadores, parece por tanto animarse más allá de un primer aluvión tecnológico. Es lo que pretende la Escuela Superior de Arte y Tecnología, que impartirá la carrera de Bellas Artes con ese espíritu reivindicativo. Frente al poder de la imagen, el contrapunto del trazo, la mano y la escritura gráfica a flor de piel. Ninguna guerra de por medio, al grito de “más dibujo” lanzado por la ESAT. Más dibujo, a tenor de la insistencia en la Facultad de Bellas Artes, si cabe. La ESAT viene a profundizar en ello, jamás a polemizar con la que encabeza el ranking de las Bellas Artes en España.

Chica del cartel de la carrera de Videojuegos. Imagen cortesía de ESAT
Chica del cartel de la carrera de Videojuegos. Imagen cortesía de ESAT

Salva Torres