‘La entropía de los relojes rotos’, de Ximo Rochera
Ediciones Canibaal, 2018
Neus Flores entrevista para MAKMA al escritor Ximo Rochera (Castellón, 1968) con motivo de la presentación de ‘La entropía de los relojes rotos’ (Ediciones Canibaal, 2018), en la Clínica Arvila Magna de Barcelona –un acto que hubo presentado la escritora y periodista Roser Amills, con la presencia del artista Antonio Beneyto–.
¿Cómo surge la necesidad de escribir ‘La entropía de los relojes rotos’?
Este libro obedece a una necesidad de escribir casi diaria. En realidad, se trata de una recopilación de relatos, por lo que, para ser preciso, es el resultado de muchas necesidades a lo largo de estos últimos doce años. El orden de estos relatos en el libro no sigue, sin embargo, ningún tipo de cronodeterminación, sino más bien un impulso temático que lo muestra más coherente.
¿Cuál ha sido la parte más difícil de la escritura del libro? ¿Alguna anécdota?
Como digo, es un libro lleno de momentos. Doce años dan para muchos momentos y unas cuantas anécdotas. Pero me parece interesante la argucia familiar que utilizo algún domingo para refugiarme y escribir poemas: lleno la bañera de agua y, una vez dentro, subo la temperatura (seguramente busco algún tipo de respuesta corporal, como una bajada de tensión), cojo un lápiz y comienzo a escribir poemas. Mis hijos saben que en esos momentos no pueden molestarme y lo respetan. Los dos poemas del libro están escritos de esta forma.
¿Por qué decidiste estructurarlo en capítulos descriptivos?
Algo que caracteriza a todos los relatos es el final. La mayoría de las veces (me refiero a los relatos más cortos) la historia la tengo determinada antes de comenzar a escribirla. El final condiciona el relato. También ocurre lo mismo con el título (en muchas ocasiones viene condicionado por el final). Otras veces, cuando la historia es más larga, ocurre como en las novelas: son los personajes los que se adueñan, de alguna forma, de la escritura y no sabes muy bien en qué va a acabar todo (una especie de antideterminismo literario).
¿Cuál es la idea más directa que quieres que la gente entienda de ‘La entropía de los relojes rotos’?
Marga, mi pareja, siempre me dice que busco la justicia universal. Como científico, analizo demasiados datos diarios y cotidianos que forman un cuadro muy colorido en mi mente. Es de ahí de donde cojo los personajes, las ideas y las retuerzo, llevándolas un poco hacía el surrealismo o el postismo. Quizá también como científico no me dejo influir por los resultados y puedo llegar a ser despiadado con los personajes. Esto puede llevar al lector a reflexionar sobre lo que somos y el camino que recorremos. Si eso ocurre, ya me siento satisfecho.
Tus títulos anteriores ya dibujan tu genérico perfil literario. ¿Crees que esta nueva publicación marca una distancia al respecto o, por lo contrario, sigue fiel a tu estilo?
En el mismo libro se puede encontrar una evolución. Aquellos relatos más antiguos tienen otro pulso diferente a los más actuales. El estilo quizá sea similar en todos ellos: relatos delirantes, absurdos en ocasiones, con toques de humor y, en general, desgarradores en cuanto a la capacidad de diseccionar la condición humana y su cotidianidad.
Respecto a los otros libros, diría que se trata de un libro más maduro y, quizá, el estilo, con el paso de los años, lo he ido depurando, aunque la esencia es la misma.
Habiendo presentado el libro en Barcelona, ¿volveremos a verte durante San Jordi para que nos firmes algunos ejemplares?
Siempre es agradable pasarse por Barcelona, recorrer las Ramblas y visitar a los amigos que tengo en la ciudad. Desde 2013, en el que, junto al escritor y artista chileno Aldo Alcota y al poeta Fran Amador, fundamos la revista de arte y literatura Canibaal, es obligada nuestra visita a Barcelona para presentar alguno de los números de la revista o de la editorial. Ahora voy solo, pero siempre que me acerco a Barcelona voy a Canaletas a dar un trago de agua (es una tradición que he copiado de mi amigo Aldo Alcota y que mantengo para recordar los principios de Canibaal). Así que yo creo que es posible que pase el día de Sant Jordi en Barcelona.
¿Qué significaría para ti ganar un premio literario en Cataluña?
Nunca me he planteado qué significaría ganar un premio. Miento; hace quince años, cuando comencé a escribir soñaba con ganar un premio literario. Yo venía del mundo de la química y me dedicaba a crear y fabricar azulejos cerámicos. En la industria cerámica el resultado de tu esfuerzo casi siempre se veía recompensado en un modelo nuevo o en una excelente fabricación, así que fue natural pensar que todo seguiría igual con la literatura. Pero eso ocurrió solo al comienzo. No obstante, la pregunta me ha retrotraído a esos años y un cosquilleo recorre mis brazos mientras contesto, así que imagino que ganar un premio sería maravilloso.
¿Con qué escritores te gustaría colaborar?
La revista me ha dado la oportunidad de colaborar (más bien colaborar ellos en Canibaal) con infinidad de escritores, artistas, fotógrafos. Pese a que son cientos, destacaría, por supuesto, a Antonio Beneyto –además ha colaborado en ‘La entropía de los relojes rotos’ con una colección de 6 maravillosos dibujos– o a Roser Amills, con la que desde que colaboramos nos une una amistad muy bonita; por supuesto a Vila Matas y recuerdo con especial cariño al poeta Raúl Zurita. Pero por ceñirme exactamente a la pregunta: creo que tengo el gusanillo de poder colaborar en alguna ocasión con Arrabal (con el que mantengo contacto) y con Houellebecq.
¿Cuál es el nuevo proyecto en el que estás trabajando? ¿Puedes contarnos algo?
Sí, aunque son varios. Por un lado, acabo de poner en marcha otro sello editorial, Libros del Baal, con el que espero publicar varios títulos al año; por otro, en 2019 me gustaría publicar un poemario en el que he estado buceando en la bañera todo un año: ‘Nacimiento, vida y muerte del pájaro-apóstol’. También he acabado una novela que espero que se publique este año, ‘Teoría de cuerdas’. Y quizá algún proyecto más que de momento está en fase embrionaria.
¿Qué le dirías a un estudiante de literatura que quiera convertirse en escritor? ¿Algún consejo?
Mi consejo a cualquier estudiante o cualquier chico o chica que quiera dedicarse a la escritura es el mismo: lee siempre cuatro veces más de lo que escribes, pero no dejes de hacer ninguna de las dos cosas ningún día del año. Lo otro: el éxito, los premios, la edición, llegarán más adelante.
Neus Flores
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