‘Aproximación a la geometría valenciana’
Museo de la Ciudad
Plaza del Arzobispo, 3. València
Del 18 de julio al 22 de noviembre de 2020
Martes 21 de julio de 2020
Larga es la tradición que se hace cargo de una frase de Platón, grabada en la entrada de su Academia y que venía a decir lo siguiente: “No entre aquí nadie que no sepa de geometría”. El Museo de la Ciudad, enmendándole la plana al gran filósofo griego, no solo rompe con ese mandato, sino que anima al público en general, sepa o no de geometría, a que entre en sus salas para admirar el conjunto de obras expuestas hasta el 22 de noviembre. Lo hace, en este caso, siguiendo la estela de otro pensador que puso también la geometría en el frontispicio de su obra, relacionándola extrañamente con la ética: de ahí su libro ‘Ética demostrada según el orden geométrico’.
Ligando a Platón con Spinoza, diríase que el Museo de la Ciudad violenta al primero, acogiendo una selección de obras de artistas valencianos dedicados a explorar las posibilidades de esas formas geométricas, adentrándose en los confines misteriosos del segundo, quien propuso tratar los afectos humanos como si estuvieran hechos de líneas, curvas, superficies y colores diversos. De manera que la naturaleza, sin estar escrita con el lenguaje matemático al que aludió Galileo, sí es verdad que se muestra pletórica a través de las distintas figuras geométricas trabajadas por artistas como Manolo Gil, Vicente Castellano, Eusebio Sempere, Monika Büch, José María Yturralde, Anzo, Encarna Sepúlveda, Patricia Bonet o Javier Calvo.
Artistas todos ellos reunidos en la muestra ‘Una aproximación a la geometría valenciana’, que la Fundación Chirivella Soriano presenta en el Museo de la Ciudad, en colaboración con la Concejalía de Patrimonio y Recursos Culturales del Ayuntamiento de Valencia, y que completan Salvador Victoria, Joaquín Michavila, Jordi Teixidor, Martín Noguerol, Salvador Montesa, Ferrán Gisbert, Oliver Johnson y Robert Ferrer. Un total de 17 artistas enganchados a esas formas para dar vida al sinfín de afectos vehiculados mediante esa geometría. Geometría, por tanto, ligada a los principios racionales de la matemática, asignatura eliminada por el actual Ministerio de Educación como materia obligatoria para los estudiantes de Bachilerato que se decanten por Ciencias y Tecnologia o por Humanidades y Ciencias Sociales, al tiempo que vinculada a las pasiones humanas que Spinoza trató con igual devoción geométrica.
Esa mezcla de objetividad y subjetividad, de razón y altura emotiva, se conjuga en la obra de los 17 artistas valencianos reunidos en el Museo de la Ciudad como si de un todo se tratara. Un todo dividido en tantas partes como avenidas tomaron cada uno de ellos, por mucho que la etiqueta de arte geométrico los enfilara por un similar sendero de caminos que se bifurcan. “España se enganchó tarde, a mediados de los 50, a las corrientes vanguardistas del siglo XX”, explica Manuel Chirivella, presidente de la Fundación Chirivella Soriano, que añade: “En ese proceso de asimilación, el fragmento geométrico español no se puede entender sin los artistas valencianos; su importancia es enorme”.
Como enorme es la variedad de formas utilizadas por esos artistas a la hora de expresar sus afectos por la vía geométrica. Emociones como el amor, la ira, el temor, la alegría o la tristeza son sometidas, sin que tal palabra signifique sumisión de los afectos al concepto que los vehicula, a patrones de visión e interpretación modelados a través de figuras que exigen tanto rigor a la hora de plasmarlos sobre una superficie bidimensional, como talento para que el espectador sucumba a la plasticidad de un orden que de pronto se abre a múltiples dimensiones sensoriales.
“La geometría está en el origen de la vida, que es lo más inventivo e interminable que conocemos”, señala el pintor Pablo Palazuelo, en una cita tomada por Javier B. Martín, de Ars Citerior, a la hora de explicar la obra de estos artistas valencianos. Artistas que Manuel Chirivella concita en torno a ese discurrir por el sendero geométrico que les llevará a todos ellos, seguramente, al intento de “desvelar plásticamente la gran pregunta que siempre subyace: ¿Y si fuera cierto que todo se reduce a un problema geométrico?”. De nuevo Spinoza y, de nuevo, la necesidad de aprehender los afectos humanos mediante formas que, aparentemente, excluyen la pasión que tiende a escapar de los confines cerrados del cuerpo geométrico.
Ya sea mediante el Grupo Parpalló, que, como dice Manuel Chirivella, “todavía hoy representa el más relevante fenómeno de coordinación de artistas del ámbito valenciano con un innegable y compartido espíritu renovador de la vida cultural”, o a través de otros “asimilados” al grupo, al igual que los reunidos bajo el epígrafe de Antes del Arte (Sempere, Michavila, Yturralde, Teixidor o Calvo), para desembocar en los 80 y de ahí hasta la actualidad, lo cierto es que todos ellos ahondaron en la investigación de la geometría para extraer la esencia siempre esquiva del ser y su naturaleza, siguiendo las leyes de la proporción matemática y su correlato cosmológico.
Esa tensión entre lo abstracto y lo figurativo que se desprende de los afectos evocados en las diversas figuras, Alfonso de la Torre, estudioso de la obra de Castellano traído a colación por Javier B. Martín, lo explica aludiendo a este “pintor minucioso sobre el que se podría aplicar también el calificativo de lírico”. Un lirismo que sobrevuela el conjunto expositivo, ya sea mediante formas en las que impera el trazo rectilíneo, ausente de curvas, o donde proliferan los círculos y cuadrados, y donde el color adquiere las tonalidades acordes con la manifestación de ese lirismo a veces apagado, triste, melancólico, y en otras producto de una pasión más abrupta y exacerbada.
‘Una aproximación a la geometría valenciana’ ha sido fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento de Valencia y la Fundación Chirivella Soriano. Colaboración que la concejala de Cultura, Glòria Tello, confía en que sea “el principio para futuras colaboraciones” dada la afinidad con una institución privada que viene prestando indudable apoyo a la cultura valenciana, según palabras de la propia concejala. De momento, ahí está en el Museo de la Ciudad el fruto de este primer acuerdo. Una geometría en la que se dan la mano “orden y caos, fijeza y transformación en un incesante fluir que jamás concluye”, apunta el presidente de la Fundación, quién sabe si a modo premonitorio.
Salva Torres
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