Refugio antiaéreo de Bombas Gens
Fundació Per Amor a l’Art
Viernes 22 de diciembre de 2017
La Fundació Per Amor a l’Art añade un nuevo atractivo a su centro de arte. Tras la restauración del refugio antiaéreo descubierto en las instalaciones de Bombas Gens, este importante elemento patrimonial será ya visitable. Así lo anunció la directora de FPAA, Susana Lloret, en la presentación para medios de comunicación que organizó la entidad. “Al principio, cuando lo encontramos durante las obras de recuperación de la antigua fábrica, pensamos que era una carbonera porque estaba lleno de escombros. Pero cuando descubrimos lo que era en realidad y tomamos conciencia de su importancia, decidimos que teníamos que restaurarlo para compartirlo con el público”.
Y es que nos encontramos ante un refugio de especial valor, puesto que es uno de los pocos ejemplos que quedan en Valencia de tipología fabril y el único visitable. Construido con una estructura de hormigón armado, consta de una sala principal de 21,64 m2 y 2,78 m. de altura con dos accesos: desde el interior de una de las naves y desde el patio.
“El refugio conserva elementos característicos de este tipo de construcciones, tales como los letreros con mensajes dirigidos a los ocupantes del mismo. En ellos se dan una serie de recomendaciones de uso e higiénicas y de seguridad. Han sobrevivido también al paso del tiempo el zócalo original de pintura, los tubos de cerámica que actuaban como respiraderos, la roza por donde iba el cableado de la luz y algunos soportes de madera de las bombillas”, explicó Paloma Berrocal, arqueóloga del proyecto.
Los trabajos de rehabilitación han consistido principalmente en una limpieza en profundidad para eliminar la gruesa capa de hollín que presentaba como resultado de su uso como carbonera durante años, y una extracción de sales producidas por la humedad y el abandono. También se han consolidado los rótulos originales y se ha efectuado una reintegración cromática de la policromía del espacio. “Simplemente lo hemos rescatado del abandono en que estaba, porque la verdad es que goza de un excelente estado. Todo es original, no ha sufrido ninguna intervención posterior. Ha sido como encontrar una cápsula del tiempo”, aseguró la restauradora Sofía Martínez.
Una cápsula prácticamente virgen que llevará a los visitantes hasta 1938, fecha probable en que se construyó el refugio para dar cobijo a los trabajadores de la antigua fábrica. Según los testimonios orales que han llegado a nuestros días, esto es así porque la factoría fue incautada durante la Guerra Civil por el bando republicano para fabricar bombas de mortero, y por tanto se convirtió en un objetivo militar. La fábrica, dedicada hasta entonces a la elaboración de bombas hidráulicas, estaba preparada para fundir metales y eso fue aprovechado en el conflicto bélico.
Después de años en el olvido, esta historia se volverá a contar en Bombas Gens a través de actividades didácticas para escolares, y de visitas guiadas por mediadores patrimoniales. Desde la organización se ha advertido que, por el limitado aforo del espacio, sólo se podrá visitar previa reserva.
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