El Secreto de la Filantropía

#MAKMAArte
‘Identidades femeninas en la Colección Luis Trigo’
Comisariado: Ana Arribas y Luis Trigo
Fundación El Secreto de la Filantropía
Casino de Agricultura
Comedias 12, València
Del 2 de junio al 15 de octubre de 2022

Decía la novelista Gertrude Stein, en uno de sus poemas: “Una rosa es una rosa es una rosa es una rosa”. Esa reiteración de lo que para ella era una rosa, a modo de eco y reverberación de lo polisémicas que pueden ser las cosas y las personas, es fácilmente trasladable al concepto de identidad, ya sea de hombres o de mujeres. Identidad que ciertas ideologías quieren fijar para someter la complejidad humana al lecho de Procusto.

La Fundación El Secreto de la Filantropía muestra en el Casino de Agricultura un caleidoscopio de mujeres, a partir de la Colección Luis Trigo de pintura, como reflejo precisamente de lo múltiples que pueden llegar a ser, en este caso, las ‘Identidades femeninas’ aludidas en el título de la exposición comisariada por Ana Arribas y el propio Luis Trigo.

Ese carácter poliédrico no solo se debe al tiempo histórico que recoge la muestra -pinturas de 1800 a 1970-, sino que obedece a los diferentes rasgos de conducta y afectividad revelados en los 31 retratos que conforman la primera exposición fruto de la colaboración entre ambas entidades, hermanadas por un mismo objetivo de “acercar la cultura a la gente”, como apuntó Trigo y apostilló después Yuri Aguilar, miembro de la Junta Directiva de la Real Sociedad Valenciana de Agricultura.

‘Después del baile’ (1923), de Anselmo Miguel Nieto, en la exposición ‘Identidades femeninas en la Colección Luis Trigo’. Imagen cortesía de la Fundación El Secreto de la Filantropía.

“Es una exposición muy completa y abarca muchas tendencias”, subrayó Arribas. Aunque cronológicamente la obra más antigua se deba al anónimo que pintó ‘La reina María Luisa a caballo’ (1800), y el más reciente a esa ‘Mujer sentada’ (1970) de Josep Maria Mallol, lo cierto es que el conjunto expositivo se circunscribe a finales del siglo XIX y principios del XX. Pinturas de artistas de la talla de Zuloaga, Madrazo, Casas, Anglada Camarasa, López Portaña o el mismísimo Sorolla, cuya pieza de la condesa de Albox, cedida por el Museo Ibáñez de Olula del Río (Almería), es la única que no pertenece a la Colección Luis Trigo.

Un caleidoscopio de mujeres tan distintamente pintadas como igualmente diferentes en cuanto a su alcurnia, si bien el porte a veces tenga más que ver con la personalidad impresa en su rostro y ademanes, que con la sola pertenencia a cierta clase. De hecho, las hay reinas, duquesas, marquesas y damas de la alta burguesía que, en ocasiones, ya sea por la propia anatomía o el trabajo del artista, aparecen tan pronto fieles a su magnificencia como dejando entrever ciertas grietas en su linaje.

Por el contrario, otras mujeres, de clase más popular, lisonjeras e incluso frívolas, aparecen retratadas con la dignidad de las más nobles damas, o simplemente manifestando con su porte más sencillo el descaro de quien se siente protagonista de la historia que, en aquellos momentos, empezaba a cambiar. “Hablamos de un periodo muy convulso, en el que la mujer comienza a tener protagonismo”, señaló Arribas.

‘Mujer tumbada’ (1908), de Hermenegildo Anglada Camarasa, en la exposición ‘Identidades femeninas en la Colección Luis Trigo’. Imagen cortesía de la Fundación El Secreto de la Filantropía.

Hay pinturas de mujeres mostradas en plano general, también planos medios, incluso el busto tradicional y primeros planos. Mujeres que miran directamente a los ojos del artista y, por extensión, del espectador que ahora las mira, encontrando en sus figuras un aluvión de detalles acerca de la posición que ocupaban, la imagen que pretendían transmitir y, de forma sin duda más sutil, lo que en sus rostros escapa a la férrea identidad impresa en la pintura.

También las hay con la mirada más perdida, risueñas o malévolas, incluso quienes nos dan la espalda, como sucede con la ‘Mujer vestida de rojo sentada en una silla verde’ (Ramón Casas). ‘Identidades femeninas’ tan plurales como tendentes a ser etiquetadas por su rango y condición. No hay desnudos en la exposición, aunque la ‘Mujer tumbada’, de Anglada Camarasa, manifieste la “pulsión erótica muy fuerte que trajo el decadentismo y el simbolismo”, señala Arribas en el catálogo de la exposición.

‘Joven’ (1920), de Maroussia Valero, en la exposición ‘Identidades femeninas en la Colección Luis Trigo’. Imagen cortesía de la Fundación El Secreto de la Filantropía.

Destaca la presencia de Maroussia Valero: “De los treinta y un retratos que componen esta muestra, solo existe uno pintado por una mujer. La deducción se establece por sí sola”, explica la comisaria, quien resalta la “manera de pintar muy moderna” de la única artista mujer que recoge la exposición. Pintora que pudo abrirse camino en su profesión merced a los contactos de sus parientes varones y, como agregó Víctor Segrelles, coordinador de la muestra, porque contó a su vez con el apoyo inestimable de Zuloaga, quien escribió “una carta en la que apuesta por ella”.

La Colección Luis Trigo cuenta con alrededor de 300 obras, en la que la presencia del retrato femenino “de calidad es muy relevante dentro de la colección”, destacó el propio Trigo, para quien el secreto de esa filantropía contenida en el nombre de la Fundación reside en “darnos cuenta que el dinero no es un fin en sí mismo, sino que adquiere su valor positivo cuando revierte a la sociedad”, pronunciándose a favor de una mayor comunicación “entre las administraciones públicas y las entidades privadas”.

‘Mujer con uvas’ (1918), de Emilio Ferrer, en la exposición ‘Identidades femeninas en la Colección Luis Trigo’. Imagen cortesía de la Fundación El Secreto de la Filantropía.

“Los propios valencianos no son conscientes de la riqueza cultural y patrimonial que poseen”, subrayando Trigo que la mayor presencia en el Museo del Prado corresponde a obras de artistas valencianos. “Espero que esto sea contagioso”, refiriéndose el comisario y presidente de la entidad filantrópica a la muestra recién inaugurada en el Casino de Agricultura y donde próximamente “seguirán ocurriendo cosas”, en forma de exposiciones, presentaciones de libros y otros eventos culturales para acercar ese patrimonio a la sociedad.

‘Identidades femeninas en la Colección Luis Trigo’ es el comienzo de la andadura para poner en comunicación dos mundos, “el de los recursos y el de las necesidades”, sostuvo Trigo. Los primeros recursos ya están ahí, en esos 31 retratos ofrecidos para satisfacer las necesidades de quienes quieran reflexionar sobre la poliédrica identidad femenina y, por extensión, humana. “Cuantas más identidades tiene un hombre, más expresan a la persona que ocultan”, sentenció el escritor John Le Carré. A simple vista, pero ocultas, 30 mujeres -y un solo hombre- nos contemplan en el Casino de Agricultura hasta mediados de octubre.

‘Dama con rosas en la playa de Zarautz’ (1940), de Ignacio Zuloaga, en la exposición ‘Identidades femeninas en la Colección Luis Trigo’. Imagen cortesía de la Fundación El Secreto de la Filantropía.