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‘Earth: A retrospective’
El último grito y la Colecció Per Amor a l’Art
Comisariado: El último grito (Roberto Feo y Rosario Hurtado)
En el marco de València Capital Mundial del Diseño 2022
Bombas Gens Centre d’Art
Avenida Burjassot 54-56, València
Del 7 de julio de 2022 al 4 de junio de 2023
El último grito, dúo de diseñadores formado por Roberto Feo y Rosario Hurtado, apela al “efecto Kuleshov” para explicar la perspectiva adoptada a la hora de hilvanar la exposición ‘Earth: A retrospective’, que Bombas Gens acoge para celebrar sus cinco años de existencia. El efecto en cuestión se refiere a lo que el teórico del cine David Bordwell resumió así: “Lo que sucede entre cada toma, sucede entre tus orejas”.
El director Alfred Hitchcock lo explicó de forma un poco más extensa, aludiendo a las relaciones que establecemos entre las imágenes. Puso el caso de su propio rostro enfrentado a dos planos distintos: el de una mujer con un niño y el de esa misma mujer sola en la misma posición, pero con gesto más erótico, dando lugar a interpretaciones distintas de su mirada. En el primero, parecía la de un hombre bueno observando una imagen entrañable, mientras en el segundo, su expresión -idéntica a la anterior- adquiría por contraste tintes más rijosos.
Ese efecto Kuleshov, acompañado de una inclinación hacia la ciencia ficción por parte de El último grito, es lo que hace que ‘Earth: A retrospective’ contenga la extrañeza de la Tierra vista con los ojos de quien halla conexiones inesperadas entre las imágenes, propiciadas por la suma de dicho efecto y cierto universo desalentador: “Es un poco distópico”, aseguró Roberto Feo.
Una distopía que bien pudiera quedar reflejada mediante estos pensamientos recogidos en la parte de la exposición titulada ‘Secuenciando’: “¿Cómo imaginar un soplo de brisa, el perfume de una flor o el humo asfixiante de un incendio abrasador? ¿Quiénes son estas gentes? Tantas personas… sus rostros nos suenan, pero nada más, apenas conseguimos reconocernos en ellos… ¿Seguimos siendo humanos? ¿Por qué se ríen? ¿Por qué pelean? ¿Por qué aman u odian, construyen o destruyen? ¿Podemos sentir nostalgia de algo que acabamos de saber? La tierra…”
‘Earth: A retrospective’ pone precisamente el acento en ese extrañamiento, que es tanto como decir el de El último grito cuando se metió de lleno en la Colecció Per Amor a l’Art, con el fin de seleccionar las aproximadamente 300 obras, de las más de 2.000 de dicha colección, que integran la muestra. “Los comisarios juegan con nuestras obras, que mudan de piel al observarlas con su propia mirada, haciendo que la colección no se agote”, señaló Susana Lloret, vicepresidenta de la Fundació Per Amor a l’Art.
La Tierra de El último grito es una Tierra a la que la directora de Bombas Gens Centre d’Art, Sandra Guimaraes, se refirió en los siguientes términos: “Es como el título de una película misteriosa que invita a la reflexión”. Reflexión en torno a esa “arqueología de lo desconocido”, por cuanto habla de un “mundo del que careces de referencias”, apuntó Feo, para aludir a su vez a la incertidumbre: “No sabes si estás en un sueño”, añadió.
Un sueño trufado a su vez de pesadillas, ya que se van sucediendo obras coloristas y amables (José María Sicilia, Irma Blank, Nobuyoshi Araki, Carlos Garaicoa) con otras más inquietantes y misteriosas -la mayoría-, subrayando esa distopía que atraviesa el conjunto (Akira Sato, Paul Graham, Eikoh Hosoe, André Kertész).
“La ciencia ficción te da esa distancia para hablar de la memoria”, manifestó Hurtado. “No es nostálgica, pero toda fotografía se refiere al pasado”, apuntó Feo, para quien los cuadros y las imágenes fotográficas, al estar juntas, “se alejan de la intención del artista”.
De hecho, la obra de Inma Femenía, ‘Transversal’, con la que el espectador se sumerge en el sueño aludido nada más entrar a la exposición, adquiere nuevas interpretaciones en diálogo con otras ajenas a su plástica. La propia artista reconoció su sorpresa, a pesar de haber contribuido al montaje de esa primera parte de la muestra. La pieza de Femenía ocupa la sala a modo de cortinas o veladuras que otorgan ese carácter onírico a la Tierra distópica de El último grito.
Ya no estamos en tiempos de Galileo, pero Susana Lloret aludió al supuesto carácter estático de la exposición -en tanto sucesión de obras ligadas mediante el montaje-, para decir que, al entender el diseño como acción, “parece que las cosas en esta muestra se mueven y no están quietas”, provocando una “experiencia inmersiva”. En este sentido, Roberto Feo trajo a colación la “geografía creativa” de Kuleshov, de nuevo para poner el énfasis en la emergencia de un espacio distinto e innovador gracias al montaje.
“Trabajamos con el lenguaje del cine”, dijo Hurtado, añadiendo que les interesaba “menos la película” y más “su parte física”, lo que hay detrás del proceso fílmico: los objetos, la escena, la iluminación, la huella de los actores; la materia de la expresión, por encima de su significado. De manera que las obras seleccionadas para ‘Earth: A retrospective’ sobresalen como estrellas de un firmamento mayor que es el conjunto expositivo.
El visitante, al formar parte de ese sueño creado por El último grito, debe interpretar las imágenes como si estuviera en un diván viéndolas pasar, sorprendido -como en el universo onírico- por sus extrañas relaciones. “Hay conexiones que ves como si fueran stills [fotos fijas] en movimiento”, expresó Feo. Una de las tantas retrospectivas posibles de una Tierra vista desde el planeta singular de esta pareja de diseñadores afincados en Londres. Una Tierra donde, aludiendo a Kurt Vonnegut -autor de ‘Matadero cinco’ y al que Feo y Hurtado se suelen referir-, no existe el orden, debiéndonos adaptarnos al caos. Un caos organizado como sueño a partir de tan misteriosa geografía creativa.
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