Álvaro Pichó. Episodios

#MAKMAArte
‘Episodios’, de Álvaro Pichó
Coordinada por Lucía Peiró
Sporting Club Russafa
Sevilla 5, València
Hasta el 12 de marzo de 2023

No puedes pasar. No puedes verte. Solo vas a comprender si te transformas en niño, pero será difícil que te atrevas, y a lo mejor tampoco te dejan.

Sirvan las frases de arriba a modo de hipótesis conclusiva de la instalación ‘Episodios‘ (2023), de Álvaro Pichó. Preocupado en su praxis artística por el movimiento (en tanto performer, por supuesto, pero también en sus scrollmovies o en sus imágenes vivas), estos ‘Episodios’, con un carácter claramente deambulatorio, de vía, remiten desde su título a una serie de piezas independientes y a la vez a una obra (¿cerrada?) unitaria.

‘Episodios’ es un trayecto: rondas por la instalación y esta te va invitando a una serie de actos que resultan en frustraciones anímicas y que se enraízan en lo más profundo del hecho de ser humanos. Te enfrentas con ellas sin quererlo, como si fuera una anomalía cuanto sucede. ¿Y qué es? No pasar, no ver, no comprender. Por más pretensión que nos colme de ser materia, de ser visibles, de ser compactos, no somos, al cabo, sino descartes de algo y para alguien. Tres episodios concretos marcan este transcurrir.

No puedes pasar’
‘Episodios 1’, de Álvaro Pichó. Foto: Josep Carles Laínez.

Somos minotauros sin saberlo, y buscamos la salida de un laberinto al cual se nos impide penetrar. Para situar la paradoja de estar en un espacio y no permitírsete el avance, de ver y al tiempo imaginar lo que no ves, de no poder penetrar en lo que consideras, desde una subjetividad enfermiza, que tienes derecho a ver, me valen los dos versos iniciales del poema ‘Muerte sin fin’, del mexicano José Gorostiza: “Lleno de mí, sitiado en mi epidermis / por un dios inasible que me ahoga”.

Esa es la sensación de quien franquea, ya desde el comienzo, la primera puerta de estos ‘Episodios’: sentirse sitiado en el punto de partida. ¿Qué cercena tu necesidad de introducirte en un ámbito que semeja algo en construcción, incluso frágil? Un pasaje angosto, una luz difusa, un punto de fuga nos convoca…, pero es inaccesible.

No puedes verte
‘Episodios 2’, de Álvaro Pichó. Foto: Josep Carles Laínez.

Frente a un espejo te construyes, edificas tu relación contigo mismo y con los demás. En las residencias de ancianos, los eliminan: que nadie contemple su decrepitud. El espejo ha de retornarnos nuestra imagen plena y pletórica; si no es así, es una trampa. Nos miramos a los ojos, nos acercamos, realizamos muecas, detectamos anomalías, renegamos, sonreímos, le sacamos los dientes a nuestra propia imagen… Una superficie plana abraza cuanto significamos. Pero en el ‘Episodio 2’ no sucede así. Al contrario. Eres fragmento encarado a una pureza física y lumínica: postes y trazos y reflejos quiebran tu imagen, e imposibilitan la mostración por entero de lo que consideras tu yo.

Álvaro Pichó, por consiguiente, torna su instalación una suerte de herramienta para una performance íntima (de hecho, en el listado de materiales de cada una de las piezas aparece el espectador junto a la madera y a la pintura). La paradoja: no va a producirse tal acto performativo; en el primer caso, reprime la posibilidad de avanzar por un pasadizo que sugiere un camino transitable, y, en el segundo, obstruye tu propia contemplación con los tres colores que podrían evocar un homenaje al famoso cuadro de Kandinsky y, sobre todo, al de Mondrian, pero también un aspecto más lúdico y matérico que opera de transición hacia el último episodio.

No (te) comprendes’
‘Episodios 3’, de Álvaro Pichó. Foto: Josep Carles Laínez.

Del arte, a veces, solo quedará el juego. La creación es la verdadera conciencia artística, no la mostración de la obra concluida ni tampoco su basamento teórico, sino el proceso; ese hacimiento manual nos devuelve a la forma y a lo visible, como reza el subtítulo de ‘Episodios’: ‘Del espacio a las formas, de lo invisible a lo visible, de la duda a las certezas’.

Los trozos minúsculos que contemplamos en la tercera y última pieza de estos ‘Episodios’ han puesto en duda la sobriedad del poste erecto para devenir una suerte de fragmentos fosilizados; por otra parte, el reflejo del amarillo, el rojo y el azul se solidifica ahora, y se nos ofrece directamente, visible. ¿Qué son estas piezas sino ensamblajes descartados? ¿Por qué necesitamos asemejarlas a algo?

‘Episodios’ es un tríptico cuyo subtítulo nos sume en un vaivén que no sabemos cómo gestionar. Somos descartes, decía, y el gran reto de una obra de arte no sería tanto admirarla, cuanto recibir de ella la referencia de nuestra pequeñez y de nuestra vulnerabilidad: No puedes pasar. No puedes verte. Y corre el tiempo en dirección contraria a nuestro deseo… ¿Solo un dios puede salvarnos?

Álvaro Pichó. Episodios
El artista Álvaro Pichó junto a una de las obras de la instalación. Foto: Josep Carles Laínez.