#MAKMAEscena
‘El desig de la joventut’ (‘El deso de la juventud’)
Dramaturgia: Daniel Tormo, Anna Marí, Maribel Bayona, Guada Sáez y Mohamed Dourasse
Dirección: Josep Valero
Intérpretes: Gautier Basset, Finja Bonekamp, Paul Bosse, Mohamed Dourasse, Sara Galbis, Alan Goleac, Gabriella Guadagna, Pauline Jubil y Marta Sawicka
Escena Erasmus | CRIT Companyia de Teatre
De gira por la Comunidad Valenciana hasta el 21 de julio de 2022
Más allá de las aglomeraciones del botellón, del fragor de los festivales de música, de la búsqueda del placer instantáneo a través del sexo y de las drogas, existe una juventud seria y responsable, preocupada por su futuro y el de la humanidad. Una juventud de la que surgirán los líderes del mañana, de quienes dependerá en gran parte que el ritmo depredador que imponemos al planeta se frene a tiempo para evitar que la especie humana caiga en el abismo de la autoaniquilación. Una juventud vapuleada e idealizada a la vez por el sistema; la única esperanza de alcanzar un deseable porvenir.
Un muestrario de jóvenes en positivo, veinteañeros universitarios con espíritu crítico y artístico y un elevado nivel de conciencia social, forman el elenco del montaje que se estrena como todos los años por estas fechas: el proyecto teatral Escena Erasmus, creado y dirigido por CRIT Companyia de Teatre y promovido y financiado por la Universitat de València. Nueve actores y actrices de seis nacionalidades europeas diferentes que, a lo largo del pasado curso, se han involucrado por amor al arte en una meta común: llevar la vitalizadora semilla del teatro hasta el último rincón de la Comunidad Valenciana.
Son los intérpretes de ‘El desig de la joventut’ (‘El deso de la juventud’), un espectáculo tierno, divertido y esperanzador que aborda en clave ligera, pero sin renunciar a un análisis en profundidad, un amplio abanico de temas. La guerra de Ucrania, la dependencia virtual, el cambio climático, la implicación política o la manera de entender la sexualidad. Un montaje caleidoscópico, ágil y dinámico elaborado partir de un intenso diálogo entre los jóvenes actores y un grupo de dramaturgos que ya han dicho adiós a su juventud.
La obra se estrenó el pasado 1 de junio en la sala Matilde Salvador del Centre Cultural La Nau y, posteriormente, emprendió la ruta ‘Las Pequeñas Europas’ a lo largo y ancho de la Comunidad por una quincena de municipios valencianos. Un proyecto promovido por el Área de Cultura de la Diputació de València que renueva el espíritu nómada del teatro universitario, ambulante y de caracter popular encarnado en la mítica La Barraca de Federico García Lorca y Eduardo Ugarte.
Durante los cálidos meses de junio y julio, la juvenil troupe recorre la geografía difundiendo la magia del teatro. El objetivo es prender un chispazo cultural en cada pueblo y tender un puente entre los universitarios y sus habitantes.
«En principio, queríamos hacer un espectáculo fácil y sencillo, pero cuando estalló la guerra de Ucrania tuvimos que dar un giro para reflejar la actualidad», dice el director del montaje, Josep Valero. «Con ese objetivo reunimos testimonios de antiguos estudiantes de Escena Erasmus de Ucrania, Rusia y países del Este de Europa que muestran cómo se vive la tragedia desde dentro, y su opinión sobre el conflicto con testimonios desgarradores, como el de una joven ucraniana residente en Italia que regresó a su país para luchar».
La idea inicial era adoptar una postura neutral, sin tomar partido, pero la actitud de los jóvenes es unánime y sin medias tintas. Un rechazo total a las guerras que consideran detestables. Apenas hace un siglo, los hombres de su edad de distintos países de Europa partían alegremente al matadero, carne de cañón, jaleados por sus mujeres, imbuidos de ardor guerrero y fervor patriotico. Las tornas han cambiado, y un sector importante de la juventud proclama alto y claro un “no” firme a los conflictos bélicos.
La función trata, además, de otras muchas facetas de la realidad sobre las que los jóvenes reflexionan y opinan. «Me ha impresionado mucho su elevado nivel de conciencia sobre el cambio climático, el fuerte vínculo que tienen con sus familias y su visión de las relaciones amorosas en general», apunta Valero. «No son reivindicativos por la vía política como lo fueron los jóvenes de los sesenta y setenta, pero toman partido por las causas que defienden de otra manera. Se podría hablar de un posicionamiento líquido, con muchos y variados matices. También se aprecia en ellos un incipiente rechazo a la tecnología y un mayor aprecio a las relaciones humanas, más cálidas y directas».
Los jóvenes no pueden sentir nostalgia del pasado debido a su breve recorrido vital, pero los de nuestro tiempo experimentan una suerte de añoranza del futuro, que en cierta manera les ha sido robado. «Demuestran una fuerte militancia verde, consideran que tener hijos contamina muchísimo y contemplan la familia como una especie de tribu», concluye Josep Valero.
El espectáculo se gestó a partir de cinco sesiones de diálogos entre los intérpretes y los dramaturgos –Daniel Tormo, Anna Marí, Maribel Bayona, Guada Sáez y Mohamed Dourasse–, que elaboraron una serie de escenas en las que se plasma de forma simbólica los distintos temas que se plantean. La pérdida de la memoria analógica, las críticas a ciertas formas de lucha política como la música o la canción protesta, el reencuentro con la juventud perdida y la despedida del esplendor en la hierba en forma de rap.
A lo largo de los meses de junio y julio, ‘El desig de la joventud’ se representará en El Genovés, Alpuente, Calles, Aldaia, Faura, Polinyà del Xúquer, Ontinyent, Palmera, El Puig, Llíria, Alzira, Macastre, Gandia, Benigànim y Bellreguard.
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