Artefactus Espai d’Art
C/ Mestre Ángel Palencia, 6. Xàbia (Alicante)
Hasta el 28 de marzo de 2015
“Es la Arquitectura una ciencia que debe ir acompañada de otros muchos conocimientos y estudios, merced a los cuales juzga de las obras de todas las artes que con ella se relacionan. Esta ciencia se adquiere por la práctica y por la teoría.
La práctica es una continua y repetida aplicación del uso en la ejecución de proyectos propuestos, realizada con las manos sobre la materia, correspondiente a lo que se desea formar. La teoría, en cambio, es la que puede explicar y demostrar, de acuerdo con las leyes de la proporción y del razonamiento, la perfección de las obras ejecutadas.
Por tanto, los arquitectos que sin teoría, y sólo con la práctica, se han dedicado a la construcción, no han podido conseguir labrarse crédito alguno con sus obras, como tampoco lograron otra cosa que una sombra, no la realidad, los que se apoyaron sólo en la teoría.»[1]
Quizás sea la necesidad de transmitir la esencia de la arquitectura a través de mis piezas lo que ha hecho de ellas una arquitectura que nace de las manos, es como si proyectar fuera dibujar en el aire. La arquitectura como una medio de expresión que busca las formas, los volúmenes, la simplificación, las proporciones.
Recuerdo durante mi formación la necesidad de resolver los proyectos intentando conseguir que cumplieran las tres cualidades conocidas como las virtudes de Vitruvio: firmitas, utilitas, venustas. Que funcionara pero al mismo tiempo que fuera resistente, que sea resistente y además bello. Este intento de cumplir lo aprendido me ha llevado a crear una arquitectura que está pensada para ser llevada, son objetos que se adaptan, se transforman en la piel, se convierten en parte fundamental, hasta alcanzar el carácter de lo escultórico.
¿Pero qué hay de la necesidad de que la pieza “resista”?, pues bien esta primera condición ha provocado que mi formación en el conocimiento de las estructuras se traslade a este nuevo campo, ahora no se trata de calcular un edificio, se trata del estudio y del análisis de la pieza, la cinemática aplicada, teniendo en cuenta su evolución en el tiempo bajo la acción de las fuerzas. El interés por aplicar el movimiento, no basta con que sea estática, necesito que varíe y es en esta búsqueda del equilibrio donde se generan las formas.
Introduciendo conceptos y elementos estructurales como las rótulas la pieza va modificando su posición, para que no sea un único objeto, sean dos, tres o más…. El movimiento y con él la versatilidad, la capacidad de adaptarse con sencillez a diversas funciones, adquiriendo el carácter de lo inconstante.
Siempre he tenido una fascinación especial por las máquinas, o mejor dicho por su interior, el sistema mecánico que permite su funcionamiento, sus engranajes, ruedas, cadenas, resortes… en definitiva el sentido de la obra mecánica. Es por ello que las piezas han evolucionado buscando esta semejanza, convirtiéndose en artificios mecánicos o artefactos, pero no en sentido peyorativo, sino según el origen etimológico de la palabra, “arte factus” la obra mecánica hecha con arte. Esta relación condiciona los materiales con los que la obra se realiza, ya no se trata de manejar la plata, el oro… en los que pensamos directamente cuando hablamos de joyería. Se busca la experimentación con otros materiales, el latón, el cobre, caucho, neopreno… usados a escala industrial y raramente aplicados en este ámbito.
Sin embargo no sólo es el interior de la máquina lo fascinante, sino también su exterior, “la carcasa” el armazón exterior que sirve de soporte y protección de la pieza. El contenido queda expuesto o incluido en un elemento al que también se le confiere dicha versatilidad, no quedándose exclusivamente en la función de proteger sino que además debe permitir exponer la pieza. El diseño de la máquina como un todo, no sólo su interior (la pieza) sino también su exterior (la carcasa).
El resultado es un objeto que no se puede clasificar dentro de joyería, ni dentro de la escultura, ni en la arquitectura, es el resultado de los vínculos existentes entre las diversas materias, una reflexión sobre el arte, donde se interrelaciona la mecánica, la escultura, la joyería y la arquitectura.
Verónica Adlert
Verónica Adlert es Doctor Arquitecto por la U.P.V. y profesor asociado en el Departamento de Mecánica de los Medios Continuos y Teoría de las Estructuras de la misma Universidad desde julio de 2014. También es miembro del Equipo Coordinador de la Titulación “Especialista Universitario en Rehabilitación de Edificación” en el Centro de Formación de Posgrado de la U.P.V. Ha colaborado en el Departamento de Mecánica de los Medios Continuos y Teoría de las Estructuras en diversos trabajos profesionales de cálculo estructural desde el año 2000, mucho antes de acabar sus estudios en la Escuela de Arquitectura con una calificación en su Proyecto Final de Carrera de Matrícula de Honor en el año 2006. Además de todo esto ha realizado el Máster Oficial en Conservación del Patrimonio Arquitectónico, especialidad Técnicas de Intervención, dentro del programa de doctorado en Arquitectura, Edificación, Urbanística y Paisaje de la U.P.V. en 2009 con una calificación de Matrícula de Honor.
[1] Marco Lucio Vitruvio Polión ”Los Diez Libros de la Arquitectura” Libro Primero, Capítulo I, p.5, Ed Iberia, S.A., 2000.
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