Fotografía y arquitectura moderna en España 1925-1965
Fundación ICO, Madrid
Hasta el 7 de septiembre
Comisario: Iñaki Bergera
De acuerdo con Thérèse Evette, existen dos tipos de fotografías de arquitectura: las que expresan y las que describen. La tensión entre ambos registros es continua aún cuando, en opinión de Alberto Martín, el primero suele aventajar al segundo como fiel suministrador de iconos inmutables y atemporales de la obra arquitectónica. Establecer las relaciones entre arquitectura y fotografía en España a lo largo de cuatro décadas, las que transcurren desde las vanguardias de los años veinte hasta las soluciones derivadas de la crisis del Estilo Internacional en los sesenta del siglo XX, es el propósito que guía el proyecto de investigación Fotografía y arquitectura moderna en España 1925-1965 a cargo de Iñaki Bergera, arquitecto, fotógrafo y profesor de arquitectura en la Universidad de Zaragoza. De su equipo forman parte investigadores de las universidades de Burgos, Coruña, Madrid, Navarra, Sevilla, Zaragoza y Valencia (Universidad Politécnica y Universidad Europea), quienes durante los últimos años han estudiado numerosos archivos públicos y privados para recopilar el material fotográfico que da testimonio de la arquitectura moderna en España.
Señala Bergera que uno de los propósitos que dirigen la investigación es acometer el estudio de la modernidad arquitectónica a través de sus fotografías, con el ánimo conciliar su «arquitecturalidad» con el registro indicial propio de la mirada de cada fotógrafo que, en ocasiones, es la del propio arquitecto: como autor o como responsable del encargo y, casi siempre, de la selección de imágenes para su archivo y difusión en publicaciones de arquitectura. El progresivo cambio en los códigos de representación de la arquitectura, acorde con la irrupción de los lenguajes de vanguardia que afectaron a todas las disciplinas, así como la atención creciente de los medios de difusión ilustrados por la arquitectura, explican que numerosos fotógrafos se especializaran en arquitectura. Atender a todas estas cuestiones, con las que elaborar una base de datos que actúe como «condensador documental» y sea el origen de reflexiones teóricas de carácter interdisciplinar, es el objetivo que este proyecto se plantea a largo plazo.
Uno de los primeros resultados de la investigación es la exposición que con el mismo título se presenta en la sede de la Fundación ICO en Madrid, incluida en el programa de PhotoEspaña, cuyo montaje, a cargo de Íñigo Beguiristáin & Vaillo + Irigaray Architects, es digno de mencionar y elogiar.
La selección de 200 fotografías en exposición no pretende, señala Bergera, ser un álbum completo de imágenes de la historia y etapas de la arquitectura moderna en España, ni tampoco presentar los edificios más destacados, ni siquiera mostrar las mejores fotografías; lo que se busca es componer una de tantas historias posibles de la fotografía: la que registra la arquitectura moderna en España. De esa historia rescatamos las imágenes que dan a ver la arquitectura moderna en la Comunidad Valenciana.
Dado que todas las fotografías seleccionadas de la Comunidad Valenciana corresponden a edificios realizados a partir de la segunda mitad de los años cincuenta del siglo XX, las miradas de los fotógrafos interpretan la nueva arquitectura con profesionalidad, acorde con la tarea que el arquitecto les encomienda, a riesgo de reiterar fórmulas que banalizan los esquemas modernos, como advierte Alberto Martín en el texto incluido en el estupendo catálogo de la exposición. Es obvio que la rigurosa selección de fotografías evita las excesivamente formalistas desde un punto de vista estético.
Joaquín del Palacio (Madrid, 1905-1990), conocido como «Kindel», comenzó a colaborar en la Revista Nacional de Arquitectura en los años cincuenta. Sus fotografías más conocidas son las de los Poblados de colonización en las que supo expresar la abstracción y sencillez compositiva de trazados y volúmenes. Así queda reflejado en las imágenes que realizó de los Poblados diseñados por el arquitecto José Luis Fernández del Amo (Madrid, 1914-Ávila, 1995) que, en opinión de Luis Fernández Galiano, se entienden mejor en términos de las artes plásticas: en todos ellos destaca la abstracción que arrojan los volúmenes de estricto rigor geométrico, el tratamiento de texturas y la querencia por lo esencial que evita lo superfluo. En 1953 Fernández del Amo proyectó el poblado de san Isidro de Albatera, en un lugar que había sido campo de concentración de prisioneros durante la inmediata posguerra. Y Kindel lo registró en sus fotografías.
En 1961, Fernández del Amo presentó en la VI Bienal de Arquitectura de Sao Paulo algunos de los proyectos de Poblados de colonización entre los que seleccionó los de Albatera y este de El Realengo. El jurado presidido por Niemeyer le concedió la Medalla de Oro. Kindel supo captar en sus fotografías la dimensión plástica de la arquitectura de Fernández del Amo. En las dos imágenes del poblado de El Realengo seleccionadas, Kindel incorpora la presencia de algunos de sus habitantes para acentuar los rasgos de la arquitectura, aunque se percibe cierta intención de carácter humanista, sobre todo en la fotografía de los niños jugando al fútbol en un paisaje seco y austero, ajeno al entretenimiento.
La saga de fotógrafos de Valencia integrada por Joaquín Sanchís Serrano, su hijo Manuel y su nieto José Manuel, era conocida como los «Finezas» por lo bien que vestían. El autor de las imágenes en exposición es Manuel Sanchís Serrano (Valencia, 1918-1996) que aprendió de su padre el oficio de fotógrafo. Tras lograr la popularidad con sus reportajes de fútbol decidió especializarse en arquitectura, a partir de los años cincuenta y durante los sesenta. Su atención a las peculiaridades que singularizan las obras de los arquitectos que le encargaron las fotografías queda de manifiesto en esta imagen de la fachada de la Facultad de Derecho de Valencia (hoy Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación), por ser precisamente la solución que Fernando Moreno Barberá (Ceuta, 1913-Madrid, 1998) dio a las fachadas según su orientación, uno de los elementos más innovadores del edificio: la norte es un muro cortina de superficies acristaladas sujetas con perfiles metálicos; la soleada queda protegida con un sistema de brise-soleils de hormigón.
A Manuel Sanchís Serrano, «Finezas», recurrió el arquitecto Juan Haro Piñar para fotografiar la estación de servicio de El Rebollet. La fotografía en exposición corresponde a la fachada del restaurante que proyectó junto con el servicio de gasolinera. Sergio Grande García ha descrito esta obra tan compleja como atractiva: espacio cubierto por una composición de superficies alabeadas en forma de paraboloide hiperbólico para la zona administrativa y comercial, mientras que los surtidores de gasolina se encuentran protegidos bajo marquesinas fungiformes de diferentes alturas que imprimen dinamismo al paisaje y suscitan la curiosidad del viajero.
El autor de la fotografía es Elías Gil Roca (1911-1995) aunque la firma «Navarte», una empresa de importación y venta de artículos fotográficos de Castellón que desde comienzos de los años sesenta hasta su cierre a finales de los ochenta equiparon a los fotógrafos de toda la provincia, además de revelar sus imágenes. Asimismo, la empresa recibía encargos que subcontrataba a fotógrafos profesionales como es el caso de Gil Roca que dejó el testimonio gráfico del empeño del arquitecto Luis Cubillo (Madrid, 1927-2000) por trasladar las soluciones y recursos de la arquitectura moderna a los espacios de liturgia.
Juan Miguel Pando Barrero (Madrid, 1915-1992) aprendió fotografía de arquitectura en el estudio de Mariano Moreno aunque no fue hasta la década de los cincuenta cuando trabajó en esa especialidad. Recibió encargos de Gutiérrez Soto, Sáenz de Oiza, Cano Lasso, Fisac o Moreno Barberá, autor de la Universidad Laboral de Cheste. Del arquitecto se ha destacado su obsesión por explorar la correspondencia entre la estructura y la forma, la repetición de elementos o la reducción formal, así como su atención a las condiciones climáticas que ya se han señalado en la Facultad de Derecho de Valencia. Los severos contrastes de luces y sombras de una arquitectura abierta y extraordinariamente rica en recursos permanecen en las dos fotografías de Pando en exposición.
Chus Tudelilla
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