#MAKMAAudiovisual
‘La antorcha de los éxitos (CIFESA)’
Dirección: Francisco Rodríguez
Producida por Sateco Documentalia
RTVE
“No se entiende la historia del cine español sin CIFESA”, resalta Francisco Rodríguez, director de ‘La antorcha de los éxitos’, el documental sobre la productora valenciana de la familia Casanova que pronto verá la luz, financiado en parte por RTVE y producido por Sateco Documentalia. Como no se entiende, a juicio de sus responsables, el nulo interés por parte de las instituciones valencianas.
“Con el dinero que da RTVE es muy difícil llegar al final, porque normalmente acabas en números rojos -no mucho, pero algo-, y pensábamos que no tendríamos problemas para encontrar financiación en Valencia, de ahí que nos hayamos llevado una gran sorpresa. Lo que no sabemos es si la falta de apoyo tiene que ver con la idea tópica de CIFESA como productora franquista”, subraya Rodríguez.
Ese tópico, que seguramente ha impedido adentrarse en la historia de una productora que marcó época dentro de la historia del cine español, es uno de los temas investigados por Francisco Rodríguez en su documental, al tiempo que sigue las vicisitudes de la familia Casanova y pone de relieve la magnitud de algunas de las 73 películas producidas por la marca valenciana entre 1932 y 1961.
“Esta especie de olvido hacia el trabajo ingente que se hizo en aquella época para intentar poner en marcha un Hollywood español, con mejores y peores películas, no es de recibo. Es una época que hay que revisar, contextualizando todo aquello y tirando abajo tópicos”, sostiene Rodríguez.
CIFESA (Compañía Industrial Films Española S.A.) fue creada por la familia valenciana de los Trénor, que la traspasó enseguida a los igualmente valencianos Casanova -Manuel Casanova y sus hijos Vicente y Luis-, despuntando muy pronto para llegar a ser ‘La antorcha de los éxitos’, cuyo logotipo evocaba la torre del Micalet de Valencia. El documental -del que hay una versión de 90 minutos y otra más reducida de 60- repasa la intensa historia de la productora, a través de diversos testimonios de expertos, con imágenes de sus películas y en escenarios de Valencia.
El hacer dos documentales, uno de 90 y otro de 60, tiene que ver, apunta Rodríguez, con las necesidades de programación de RTVE. “Yo siempre he querido hacer dos documentales de 55 minutos, a modo de miniserie, lo cual ya se hizo con el centenario de Miguel Hernández, pero estamos en lo mismo: hicimos dos capítulos y se pusieron seguidos, ya que al ser de casi una hora cada uno, pues te los ponen de madrugada. De manera que si tú quieres que el documental se vea en prime time, más vale que hagas caso a lo que te piden”.
En cualquier caso, RTVE ha sido la única entidad que ha participado en la financiación, porque nadie más ha querido entrar en el proyecto. “En Valencia ha sido imposible y no lo entiendo. Que À Punt no esté, lo mismo que el IVC, es increíble, cuando hablamos de un documental que trata de una familia valenciana, localizado enteramente en Valencia, de raíces valencianas, y que no tengas ni un céntimo de ayuda de la Comunidad Valenciana es alucinante”, lamenta.
Entiende que las ayudas al audiovisual por parte del Institut Valencià de Cultura (IVC) estén pensadas para productoras radicadas en la Comunidad Valenciana, pero, independientemente de que el tema nazca en Madrid, el documental -insiste su director- “se centra en la historia de CIFESA, que es valenciana”, por lo que se queja de que la radiotelevisión valenciana, con respecto a un documental “serio y hecho en profundidad sobre una productora valenciana, no tenga interés en ello”.
“Quienes estamos en el mundo de la cultura y hacemos estas cosas tenemos un primer deber, que es despojar de toda cuestión ideológica los productos culturales. Eso no quita para que tú cuentes las cosas como fueron. Yo no dejo de contar la andadura que tuvieron los Casanova a partir de julio de 1936, pero lo hago con certezas y sin regodearme en nada. No se trata de hacer militancia, porque eso es ya otra historia”, explica Rodríguez, con respecto a su idea de resaltar los logros de CIFESA, más allá de su etiquetado franquista.
Por eso hay que diferenciar, dice, la familia Casanova –“que algunos de sus miembros sí estuvieron ligados al franquismo”-, de las películas que hacían. “Vicente Casanova intentó traerse aquí películas argentinas más asociadas inclusive a la izquierda que a la derecha y, desde el régimen, se las tiraron abajo; la censura acabó con todo aquello. Independientemente de sus ideas políticas, valoraba el trabajo de los profesionales del cine. Insisto, hay muchas cosas que revisar, porque no se puede reducir todo a que CIFESA era franquista, porque no es cierto”, apostilla.
Si hubiera sido una productora franquista, “habría recibido ayudas del régimen, y el régimen tenía claro”, señala Rodríguez, “que el cine lo tenían que hacer las empresas privadas con su dinero”. También destaca la dura época que le tocó vivir a la familia Casanova, porque, durante la guerra, CIFESA dice que se partió en tres, pillándoles todo: “la República, el golpe de Estado, la propia guerra, el franquismo, la censura, y luego, por si fuera poco, la llegada del neorrealismo que acabó por hundirla”.
La productora estaba regentada por Luis Casanova –“que luego entró de lleno en el fútbol, acaparando todas sus energías”- y por Vicente, su hermano, que fue “el factótum de CIFESA”, quien con 27 años “era el rey del cine en España”, subraya el director. “Se fue a Berlín y volvió enamorado de todo aquello”. Se dice que llegó a sentir fascinación por Hitler y que incluso este lo recibió en el otoño de 1940: “Algo de eso había”, reconoce Rodríguez.
“Estuvo en un congreso de cinematografía organizado por [Joseph] Goebbels -ministro de Propaganda del Tercer Reich- y cuando se funda la Hispano-Film Produktion, Casanova no tiene ningún reparo en ceder a sus estrellas que tenía bajo contrato para que fueran a la Alemania de Hitler”.
Aun así, Francisco Rodríguez proclama que “en CIFESA no hubo un cine fascista”, evocando lo apuntado por el profesor de la Universitat Valencia, Vicente Sánchez Biosca. “A Casanova, incluso, le costó una barbaridad traer las películas de Alejandro Casona, que estaba fuera de España por republicano. De todo eso no ha trascendido nada y lo único que trasciende -algo que sucede mucho en este país, no solo con CIFESA- es que te cuelgan el sambenito y se acabó”.
El documental dice que hubiera sido más fácil realizarlo tirando, sin más, de las películas. “A ver, tú puedes poner fragmentos de las películas -que lo hemos hecho-, pero no se trata de poner ocho o diez películas, a tres minutos por película, y ya tienes el documental. Eso es absurdo. ¿El documental tiene fragmentos de películas? Sí. Pero tiene entrevistas con expertos que hoy pueden aportar mucho sobre este tema, como Emeterio Díez Puertas o José Luis Castro de Paz, además de un trabajo de documentación muy fuerte realizado a lo largo de mucho tiempo”.
También ha sido entrevistado Luis Casanova Iranzo, que vivió en primera persona todo cuanto aconteció en CIFESA. El documental, resalta su director, es variado y muy ágil. “Se trata de que todo esté en su justa medida, de manera que estén compensados unos elementos con otros, y que la hora y media se te pase rápida y no te enteres, porque el documental tiene siempre el peligro de que sea un ladrillo”, concluye.
- Luis Martín Arias, adiós a un polemista entrañable - 11 noviembre, 2024
- El Congreso Internacional sobre la ley de Trama & Fondo se cierra con la hybris o desmesura en el cine de Kurosawa - 9 noviembre, 2024
- Jesús González Requena: “La ley, en Freud, no es el poder, sino la limitación del poder; aquello que le pone freno” - 7 noviembre, 2024