Coloquio ‘Fronteras en el Futuro’
Con Ángelo Néstore, Paloma Chen y Mar Reykiavik
Moderados por Isabel Puig
Las Naves
X Festival 10 Sentidos
21 de mayo de 2021
El Festival 10 Sentidos, que recientemente ha clausurado su décima edición, celebró, el pasado viernes 21 de mayo en Las Naves, el coloquio ‘Fronteras en el Futuro’, moderado por Isabel Puig, y con la participación de Ángelo Néstore, Paloma Chen y Mar Reykiavik, tres jóvenes especializados en diversas disciplinas que trabajan con la creatividad, la palabra, la imagen y el cuerpo como frontera, y que ofrecieron interesantes puntos de vista en torno al concepto de frontera.
El coloquio arrancó con la recuperación de ‘Future Desires’, un proyecto virtual planteado el año pasado, antes de la pandemia. Se trata de una plataforma web en la que quedaban recogidos los anhelos e inquietudes de los jóvenes, un repositorio de ideas abierto al público de todas las partes del mundo. Y es esta la esencia del coloquio: cercanía, rebeldía, romper con las fronteras, no solo geopolíticas, sino también sociales, cotidianas, personales.
Desde ese primer tímido gesto de quitarse la mascarilla (por supuesto, teniendo en cuenta las medidas de seguridad) y dejar el rostro desnudo ante gente desconocida, hasta la reflexión en torno a las lenguas como puentes, en vez de como barreras, ‘Fronteras en el Futuro’ ha supuesto un interesante coloquio en el que todos, de una manera u otra, nos vemos reflejados.
“Cualquier frontera es política –afirma Néstore–. Todas esas fronteras realmente son ficticias, y son fronteras que hemos creado para que el mundo se organice de la forma en la que se ha querido”. A través de su experiencia personal, nos habla de la identidad, de cómo se puede llegar a tener una mirada extranjera en aquellos lugares que te han visto crecer y, a la vez, sentirse reconocida en ellos, de esa dualidad de la migración que, en tanto que frontera cultural, resulta esencialmente profunda y personal.
Una idea sobre la que también reflexiona Paloma Chen, de quien rescatamos estos versos de su relato titulado ‘Las fronteras que unen’: “Mi casa es la frontera, allá donde los territorios diversos confluyen y delimitan territorios nuevos, nacidos de la desconexión y la soledad, pero que, de algún modo, se han hecho un hueco, sin empujar ni someter, sino abriéndose. Son las únicas heridas que no empeoran, si se abren”.
Chen nos habla de derribar fronteras, de asimilarse con el entorno, del cuerpo como territorio político y social, de nacionalidades y clichés, de racismo, de cómo esa diáspora se convierte en otredad, marginación y nostalgia, y de cómo se retroalimenta ese imaginario colectivo. “Vivimos en una cultura en la que prima la pregunta ‘¿De dónde eres?’, antes que la pregunta ‘¿Dónde estás?’”, afirma la joven poeta. Una reflexión en torno a la manera en la cual “la frontera que nos separa se puede convertir en un puente, en puente que une y en puente que conecta”, pues, tal y como decía Gloria Anzaldúa en ‘Borderlands’: “Para sobrevivir en las borderlands, debes vivir sin fronteras, ser cruce de caminos”.
Mar Reykiavik nos lleva al terreno de lo artístico y lo cotidiano, y habla de “cómo se activan y se desactivan las agencias de la frontera en una cotidianeidad”. La artista reflexiona sobre cómo desdibujar las fronteras de las disciplinas, busca “habitar ese espacio más medial, más ambiguo, donde se pueden activar también las dimensiones poéticas” y nos cuenta una anécdota de la infancia sobre la “confianza en lo performativo para lidiar con la realidad”.
Reykiavik piensa el mundo, lo social y lo político, desde la experiencia del cuerpo, y es esto lo que la lleva a romper esas rutinas o barreras cotidianas y, con ello, generar un cambio pues, tal y como afirma, “el pensamiento performativo nos permite cambiarnos para siempre”.
Fronteras culturales, fronteras de género, fronteras língüísticas… “El hecho de escribir en un idioma que no es el tuyo, te ayuda a escribir desde la lejanía del yo y te da esa plasticidad a la hora de escribir, es como si estuvieras jugando”, nos relata Ángelo Néstore, tal y como le contaba la poeta Chantal Maillard. Y es que las fronteras se construyen a nivel social, pero se viven desde un terreno íntimo y personal y, por lo tanto, trasgredir esas fronteras y no conformarse con lo establecido es, al final, la única manera de traspasarlas.
El presente coloquio ha enlazado a la perfección con el tema de esta edición del Festival 10 Sentidos, ‘Fronteras’, que crea un diálogo entre artistas, público, espectador, asociaciones, sociedad y comunidades, escuelas, estudiantes y espacios de formación, como escaparate de las artes vivas en València, todo ello desde un espíritu crítico y de reflexión en torno a la sociedad actual. La jornada se completó con los conciertos de Laborde, Loretta’s y Minima, tres actuaciones de la sección ‘Bandas sin Fronteras’ que se realizaron siguiendo todas las medidas de seguridad, demostrando, una vez más, que la #CulturaSegura es posible.