#MAKMAArte
Gran colectiva exposición 35 aniversario
Galería Alba Cabrera
C / Joaquín Costa, 4. València
A veces es fácil olvidarnos del tiempo. Empezar un proyecto y perder la cuenta de los años. Como poco a poco vas progresando y avanzando hasta que un día descubres que ya llevas treinta y cinco años dedicándote a esto. Fundada en 1986, la Galería Alba Cabrera celebra su trigésimo quinto aniversario con una exposición especial que rememora y festeja todos estos años. Una exposición que homenajea a los diferentes artistas que han colaborado con la galería. Una exposición que para Graciela Devincenzi, directora de la galería, supone “una puesta en valor de todos estos años” y el desarrollo del proyecto que es la Galería Alba Cabrera.
Un mosaico de cuarenta y cinco obras, cada una perteneciente a un artista distinto. Aunque únicas a su manera, la exposición se organiza a partir de las similitudes estéticas e incluso conceptuales de todas estas obras. Fotografía, collage, escultura, pintura, aguafuerte, serigrafía, óleos, acrílicos… toda una multitud de técnicas y expresiones artísticas.
En la exposición se puede encontrar una fotografía manipulada de Paco Díaz perteneciente a su serie ‘Migraciones’, donde se refleja el Mercado Central de Valencia en un contrapicado hacia el cielo destacando una serie de casas flotando. Las casas de las personas que emigran y deben dejarlo todo atrás.
También el escultor Jacinto Moros se halla presente. Sus obras, que parten de la madera, conforman un reto a la vista modelando y articulando el espacio a partir de madera y formica, que son sus materiales habituales. Y en línea con la escultura destaca también la ‘Chaqueta Z’ de Joan Cardells. Dos piezas de bronce rígidas y fuertes como un bloque que siguen la serie de chaquetas tan características del escultor. También podemos encontrar a Vicent Ortí con ‘Pensamiento I’ jugando con la dicotomía de la ingravidez y la apariencia pesada del metal. Una escultura que, al igual que Jacinto Moros, parece una investigación plástica sobre la modelación del espacio.
Como guiño a sus orígenes dentro del mundo del grabado encontramos unas cuantas piezas. ‘Enda IV’ de Eduardo Chillida es un sencillo aguafuerte formado por la colisión de rectángulos irregulares. Como venas que no encuentran la forma de seguir se atascan entre ellas y tan solo unas pocas parecen fluir sin problemas. El Roto, con ‘La mala noche’, una serigrafía que basa todo su potencial en apenas unos cuantos elementos figurativos, pero que despiertan y lanzan preguntas hacia el espectador, forma de hacer ya muy genuina del artista.
La gran variedad de propuestas artísticas de la exposición sorprende por cómo, pese a la gran divergencia de formas, todo parece convivir en armonía: surrealismo, fauvismo, expresionismo abstracto, grabados, fotografía, pintura figurativa, impresionismo, collage: la gran cantidad de recursos y expresiones artísticas que podemos conectar con la exposición es enorme. Cada uno puede encontrar algo que le llame la atención, que le sugiera y despierte preguntas.
Pero, aparte de las respuestas que cada uno pueda encontrar en esta exposición, también se puede apreciar todos los años transcurridos desde los inicios. Inicios marcados por la edición de grabados. Inicios humildes, pero prósperos que poco a poco fueron progresando. Por poner algunos ejemplos, fue en Alba Cabrera donde se editó el primer grabado de Manolo Valdés y también donde se han editado, varias veces, algunos de los trabajos de Eduardo Chillida.
Se pueden apreciar, igualmente, los diferentes cambios de la galería. Si en 1986 se inició como espacio dedicado al grabado, ya a partir de 1991 el proyecto se abriría hacia otras disciplinas artísticas. Incorporando la pintura primero, como manifestación artística individual e irrepetible, y, más tarde, la escultura y posteriormente la fotografía. Manifestaciones que podemos ver en la exposición con fotomontajes, grabados o pinturas al óleo.
Y es que Alba Cabrera es un proyecto personal, llevado contra viento y marea, una “carrera de fondo”, en palabras de la propia Graciela Devincenzi. Con momentos buenos, pero también momentos duros, como la pandemia. Sin embargo, la responsable de Alba Cabrera se muestra optimista cara al futuro, con las diferentes aperturas y el reinicio de las diferentes actividades artísticas.
También espera que vuelva el interés por el coleccionismo y se pierda el miedo a las galerías. Pone de manifiesto iniciativas como el Abierto València, para acercar el arte al público, ya que “no se puede apreciar lo que no se conoce”. Pero, pese a los problemas, los proyectos de la galería siguen adelante con diferentes presentaciones en ferias internacionales como el FIG Bilbao, en colaboración con los artistas Paco Díaz, Franchesca Poza y Tatiana Blanqué o la feria Art Madrid.
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