#MAKMAEscena
‘TranSisters (Clara, Rampova & Me)’
Con Graham Bell Tornado
Dirigido por Jacobo Julio Roger
Carme Teatre
Gregorio Gea 6, València
Sabado 17 (a las 20:00) y domingo 18 de septiembre (a las 19:00)
“Perversidad, perversidad, formas de ser de una extraña mujer. Algo que flota en el ambiente a mi alrededor: provocación…”. Una deleitosa protervia cantada por Rampova Cabaret en los sótanos de aquella francachela de nocturnidad y alevosía queer que amanecía, siempre, al levante de las transiciones para desmaquillar, con su verbo ilustrado, el acervo de la buenas costumbres.
Porque Rampova y Clara Bowie dinamitaron con su Ploma 2 toda aquella lóbrega ortodoxia valenciana, catolicísima y franquista, oreando al personal a golpe de flabelos vindicativos y lentejuelas insomnes. Y se entregaron a la cruzada disidente armadas con el ilimitado recurso de las razones escénicas, aupadas sobre el proscenio con una mezcla indeclinable de erudición, ingenio y carmesí noctívago.
Un kabaret subversivo cuya contienda divergente y proto-cuir revigoriza su legado a través de la figura de un ínclito del ecogénero y el retromodernismo punk, Graham Bell Tornado, quien retorna a la sala Carme Teatre con ‘TranSisters (Clara, Rampova & Me)‘ para transmutar su tributo a Ploma 2 en vigente discurso.
“Soy una dama o soy un señor. / Esa es la cuestión. / ¿A quién le puede importar?”, cantaban Clara Bowie y Rampova a ritmo del ‘Cabaret’ de Bob Fosse. ¿De qué modo influye esta interrogante planteada por Ploma 2 en la constitución de ‘TranSisters como declaración de intenciones?
Es parte fundamental de la obra. La base de mi relación con Rampova es que las dos jugábamos con el género, tratando de ir más allá del binarismo masculino/femenino. No nos interesaba imitar mujeres como hacen las drags y las transformistas, nos interesaba sabotear el sistema de control de género, cosa que Ploma 2 hacia también.
Aparte de una filosofía, es una forma de vida y ellas, como yo, encarnamos esta visión en nuestras vidas, en nuestro día a día, y no solo en los escenarios. Hoy hay más libertad de expresión y conceptos como transgénero y no binario son bien conocidos, pero es gracias a la lucha de personas como Clara y Rampova que las actitudes y la sensibilidad han cambiado.
El espectáculo tomó forma definitiva como homenaje conjunto a Clara Bowie y Rampova, especialmente tras el fallecimiento de esta última el pasado verano y a unos meses de ser estrenado en la novena edición de Vociferio, Festival de Poesía de València. ¿Cómo ha evolucionado su propuesta desde entonces?
En principio propuse un espectáculo histórico sobre Clara Bowie al festival, basado en entrevistas con personas que la conocieron de la escena underground valenciana de la época. Iba a ser una colaboración con Rampova, pero con su fallecimiento repentino tuve que cambiar el enfoque y dedicar a las dos esta historia.
En su funeral pudimos conocer a la familia de Clara y me ayudaron a entender mucho mejor a este personaje fascinante a quien me habría encantado conocer. La propuesta era muy arriesgada porque las emociones todavía están a flor de piel, pero el director Jacobo Julio Roger me ayudó a encontrar el equilibrio. Estaba muy nerviose en el estreno, pero la respuesta del público fue más que positiva. Ahora, para el reestreno hemos modificado algunas canciones y revisado los textos para asegurar que el aspecto político de la obra de Ploma 2 no se pierda.
“No somos normales ni anormales, sino paranormales”, aseveraba Rampova, a mediados de los noventa, entre la cacofonía escénica de un lóbrego camerino de la Asociación de Vallecas. ¿Rendir este tributo heterodoxo a Ploma 2 busca vivificar las letras de aquellas canciones y resituar sus identidades periféricas en el epicentro de las reivindicaciones contemporáneas?
Sí. Las temáticas que tratan en sus canciones –el feminismo, el racismo, el antimilitarismo, la homofobia– todavía están vigentes y hay una nueva generación que no conoce su trabajo. Entonces, he regrabado las bases musicales con el productor Juli Mekánika, que trabajó con Ploma 2, para dar a las canciones un toque más moderno. Pero aparte de actualizar algunas referencias, las letras son las mismas que ellas cantaban.
El transgénero es un fenómeno que pasó de ser totalmente desconocido en los 80 a salir en televisión, está en las calles, en todas partes. Sus ideas, que hace 30 años eran vanguardistas, ahora forman parte de nuestras identidades contemporáneas. La obra forma parte de la revisión de memoria histórica de la época franquista y de la transición que por fin podemos hacer. La única canción que he escrito para la obra trata sobre la ley de peligrosidad social, porque me pareció muy importante hablar de esta ley que se aplicó varias veces a Rampova.
Un elemento determinante del presente espectáculo gravita en torno a tu propia biografía sobre los escenarios en compañía de la figura de Rampova, con quien fraguaste contacto a tu llegada a la ciudad, hace ya dos décadas. ¿En qué medida este vínculo te permitió consolidar una relación umbilical con el mapa contracultural del que procedía Ploma 2? ¿De qué modo se emparentaba con la propuesta artística que venías desarrollando en la escena underground londinense?
Conocí a Rampova un año después del fallecimiento de Clara. Me introdujo en el mundo de lo que yo llamo “la rumba valenciana”: artistas folclóricas afincadas en València, en los años 70, que eran inspiraciones para ella. Me fascinaron.
Para Rampova y para mí, el arte, la vida y la política van de la mano. Además, me presentó a Sor Kampana y otras artistes reivindicatives del momento y actuamos muchas veces juntas en diferentes contextos. Apoyamos movimientos sociales y aprendí mucho sobre la política y la historia local y nacional.
Cuando organizamos la exposición sobre la obra de Rampova en nuestra casa-museo La Erreria (House of Bent), en 2009, tuvimos la oportunidad de mirar el archivo de Ploma 2 y ver videos de sus actuaciones y escuchar cintas de casete de los programas de ‘La Pinteta Rebel‘, en Radio Klara que sonaban al lado de sus cuadros y comics en la exposición.
Yo venía de Londres trabajando una línea de performance mezclada con el cabaré, que luego cristalizó en una escena efervescente de burlesque, que es cabaré sin crítica social. Para mí, este componente reivindicativo es superimportante, la conciencia política de Ploma 2. De hecho, estaba trabajando en una obra de teatro musical llamada ‘Choose Your God/ess’ (‘Elige tu Dios/a’), una satira sobre los realitys que estaban de moda en ese momento, pero donde todes les concursantes eran travestis, drags y freaks. ¡¡¡Nos anticipamos al ‘Drag Race’ años antes de RuPaul!!!
Este proyecto acabó tomando la forma de un cortometraje, producido por Anna María Staiano, con un elenco de muchas de las artistas de la escena underground londinense del momento: Ernesto Tomasini, Empress Stah, Thierry Alexandre entre otres. Grabamos las ultimas escenas aquí, en València, con Rampova, Tracy, EuroGloria y otras drags divinas de la escena local. Incluso hicimos una versión en castellano en el Teatro Jorguina con Rampova ¡como productora!
En el artículo ‘Ploma 2: la alocada banda’, publicado en el diario Levante en 1982 –incluido entre la documentación gráfica de ‘Kabaret Ploma 2 Socialicemos las lentejuelas’ (Editorial Imperdible, 2020), el periodista Rafael Ventura encabeza su crónica aseverando que “El mundo de noche valenciano crece y se multiplica al amparo de una nueva permisividad. Ploma 2 es una rara flor. (…) Han venido a remover el ambiente y las conciencias”. Sin embargo, ¿se enfrenta ‘TranSisters’ a los céfiros de un nuevo puritanismo para agitar la escena en condiciones semejantes?
A principios de los 80, España pasaba por un boom de experimentación, donde parecía que todo era posible. El ambiente ahora es muy distinto, aunque hay algunas cosas parecidas. Estaban al principio de la irrupción de la pandemia del sida y el comienzo de una época de políticas reaccionarias contra la homosexualidad, similar a lo que está ocurriendo ahora mismo en los países del este de Europa e, incluso, aquí o en Francia con los partidos de extrema derecha.
Hay una nueva generación que ha aprendido a expresar su disidencia de género y su sexualidad libremente, pero como no han tenido que luchar por ello hay una falta de conciencia política. No ven las conexiones que existen entre las distintas discriminaciones hacia otras razas, otras clases sociales, otras especies. Es muy cómodo quedarte en tu gueto, pero tenemos que permanecer siempre vigilantes y alzar la voz para denunciar cada injusticia y no solo para defender nuestros propios derechos.
¿Sería factible Ploma 2 en la actualidad?
Por supuesto. Lo estamos haciendo.
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