Travel Art, de José Juan Gimeno
Galería Alba Cabrera
C / Joaquín Costa, 4. Valencia
Hasta el 13 de enero de 2019
Dice Italo Calvino en ‘Las ciudades invisibles’ que todas las bellezas que el viajero ya conoce, por haberlas visto también en otras ciudades, pueden adquirir, bajo una atenta mirada, el esplendor de lo visto por primera vez. Y cuando eso sucede, uno “se pone a envidiar a los que ahora creen haber vivido ya” un día igual a éste “y haber sido aquella vez felices”. Las ciudades que José Juan Gimeno muestra en la Galería Alba Cabrera poseen ese mismo misterio que salta a simple vista, a condición de detenerse ante ellas más allá de la urgencia del turista.
Por eso resulta apropiado el título de la exposición: Travel Art. Es decir, viaje y arte en franca comunión reveladora de lo que ocultan las grandes ciudades. En este caso, Nueva York y Maryland. Porque lo que diferencia al turista del viajero es precisamente la mirada atenta de éste, frente a la monótona de aquel, más preocupado por captar la imagen que atestigüe su paso por esa ciudad de postal, que de imbuirse de su misterio. Un misterio que Gimeno atrapa en sus cuadros leyendo, como se leen las líneas de una mano, las huellas de las casas de Maryland y las fachadas de Nueva York.
Como señala el propio artista, él parte de fotografías tomadas en esas ciudades para después irse olvidando de ellas. Hasta el punto que el referente, sin duda obvio para la mirada del turista, alcanza de pronto la singularidad de lo visto por primera vez, a la que alude Calvino. De la fotografía, pues, a la pintura. De la más estricta figuración, a la más inquietante percepción de un paisaje urbano deshabitado y en el que parecen aflorar ciertos fantasmas.
Resulta a este respecto igualmente apropiado el diálogo entre las obras en color, referidas a Nueva York y Maryland, y las difuminadas en blanco y negro, que aluden al encuentro con personas y detalles del viaje. Los fantasmas de las casas y fachadas estrechamente vinculados a esos otros diríase más explícitos, por la evocación sugerida en la tonalidad de grises. Fantasmas inscritos en las sombras de los bajos edificios de Maryland y en las fachadas de la gran metrópoli neoyorquina.
Ximo Rochera, escritor y fundador de ediciones Canibaal, apunta en el texto que acompaña a la exposición otro detalle: “En la actualidad dejamos constancia de nuestros viajes en las redes sociales. Para José Juan Gimeno esto no es así”, ya que la muestra es “un cuaderno de viaje”, que “nos transporta junto a él en un recorrido apasionante”. Por eso incluye ciertos iconos en sus obras, a modo de guiño irónico que alude a la forma en que nos recomiendan ciertos alojamientos en las páginas de viajes. Las redes sociales interfiriendo la belleza plástica de los lugares sin duda contaminados por esa mirada turística.
Los cielos más bien apagados, de un azul y un gris mortecino, contrastan con las fachadas coloridas. Aún así, hay algo inquietante en todas esas casas y edificios. Como si el color no pudiera suplir la nostalgia que supuran esos paisajes deshabitados. Como si el exterior evocara los fantasmas interiores que nos asolan a quienes habitamos un mundo agitado al tiempo que vacío. A ese vacío se asoma José Juan Gimeno, tratando de llenarlo con la poesía que destila su pintura.
Salva Torres
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