#MAKMAObituario
Fallece Juan Vicente Martínez Luciano
Ex director de Sagunt a Escena y Teatres de la Generalitat Valenciana
Lunes 25 de abril de 2022
A Juan Vicente Martínez Luciano, Juanvi, lo conocí, como quien dice, al poco de aterrizar en Valencia. Compartimos jurado en el festival de teatro Escènia de Foios. Aquel primer recuerdo de un hombre calmado, sonriente incluso cuando la deliberación se ponía tensa, y de vasta cultura teatral apenas disimulada lo justo para no contrariar su inquebrantable pasión por la escena, fue adquiriendo carta de naturaleza cada vez que lo fui entrevistando a lo largo del tiempo, sobre todo últimamente como responsable de Sagunt a Escena.
No lo traté en privado, pero en los buenos ratos de conversación, al hilo de las entrevistas que se alargaban para irnos por otros derroteros ya no estrictamente profesionales, pude comprobar que a este doctor en Filología Anglogermánica y profesor titular de Filología Inglesa en la Universitat de València, le iba más el sol mediterráneo que la bruma inglesa: el estar bien consigo mismo, que el ser o no ser hamletiano.
Su naturaleza optimista, que él subrayaba con una sonrisa a prueba de frases lapidarias, diríase caracterizada por esta reflexión del humorista Perich: “El único animal capaz de reírse de sí mismo es el ser humano. No tiene ningún mérito: es el único que da motivos para ello”. Juanvi, sin proponérselo, puesto que era consustancial, ahora sí, a su flema inglesa, sonreía porque adivinaba que, bajo las palabras más sesudas, y no digamos las más idiotas, siempre había un hilo inteligente del que tirar.
“¡Hay vida después de Mérida!”, me dijo con talante reivindicativo en su tercer año al frente de Sagunt a Escena, cansado de que una obra representada a la vez en Mérida y en Sagunto solo apareciera en los medios como parte de la programación del municipio extremeño. Dijo que haría campaña de ello, hasta que Sagunto ocupara el lugar que se merece. Y es que a Juanvi le perdía o, mejor, le ganaba su pasión por el teatro.
No es que eludiera la política, pero sabía de las limitaciones que conlleva su práctica, igualmente resumida en esta sentencia de Perich: “Un político es el tío que tiene soluciones cuando está en la oposición y problemas cuando está en el gobierno”. Juanvi, que más que soluciones aportaba conocimientos en material teatral sin más florituras que las propias del gremio al que dedicó su vida, llegó a ocupar puestos de responsabilidad -entre ellos, director de Teatres de la Generalitat- con la sana intención de devolver al teatro lo que este le había dado a él.
Sin levantar la voz, más que lo justo para proclamar algunas verdades que, con media sonrisa, dejaban constancia de su entereza, Juanvi manifestó en reiteradas ocasiones los problemas derivados de la escuálida Administración pública: “El Institut Valencià de Culltura, en lo que a personal se refiere, está infradotado”. Lo sufrió en sus carnes en cada edición al frente de Sagunt a Escena, festival sin duda infradotado de personal y económicamente, pero del que fue tirando como tiran enérgicos los héroes del teatro clásico.
Y precisamente a ellos, a los clásicos, dedicó Juanvi una de las ediciones de Sagunt a Escena, porque, según él, permitían reflexionar sobre las pasiones humanas. Pasión de los fuertes con la que Juan Vicente Martínez Luciano, en paz descanse, ha terminado de irse hacia algún olimpo donde seguir proclamando que hay vida después de Mérida. Y, por el recuerdo dejado en familiares y amigos, diríamos que también hay un largo reguero de intensa vida después del propio Juanvi.
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