Sinpiedad, de Bernardo Carrión
Editorial Almuzara
Érase una vez tres chicos amantes de la novela negra y de la literatura en general que soñaban con escribir una novela. Con ese propósito se apuntaron a un par de talleres literarios y luego afilaron los lápices en el colectivo Cuaderno rojo, llamado así en homenaje a Paul Auster. Pocos años después los tres lograron alcanzar su sueño y por el camino crearon uno de los festivales más vivos del calendario que gira en torno a misteriosas muertes: Valencia Negra (VLC Negra), que en su próxima edición, en mayo, invita al escritor suizo Joël Dicker e impulsa su faceta gastronómica con un encuentro en la Bodega la Viña, en la Font de la Figuera.
Tres autores y cuatro novelas en tiempos de atasco editorial. No, no se trata de un milagro ni de un cuento de hadas sino de la aventura real de Santiago Álvarez, Jordi Llobregat y Bernardo Carrión. Los dos primeros ya publicaron sendos títulos, el primero por partido doble. Ahora le toca el turno a Carrión que debuta con ‘Sinpiedad’ (Almuzara) un thriller sobre la corrupción, la crisis y una imaginaria venganza ciudadana.
“Desde que era adolescente quería escribir una novela, como tantos otros”, confiesa. “Me ha costado ponerme, sospechaba que es un trabajo duro y he podido comprobarlo con creces. La satisfacción al acabarla ha sido muy grande. Y es mayor aún después de haberla presentado, percibir el cariño de la gente y empezar a recibir sus impresiones. Estoy disfrutando, y me gustaría que los lectores de ‘Sinpiedad’ lo hicieran también. Significará que ha valido la pena escribirla”.
La acción arranca en Afganistán, en mayo de 2008, pero enseguida se traslada a Valencia, sus alrededores y a un lugar de Lugo. Carrión combina el conocimiento de la actualidad como periodista bien informado con un aliento creativo que le permite dar vida a una constelación de personajes que encarnan todos los pecados capitales. Pícaros, corruptos y depravados, pero también seres humanos y sensibles. Construye un relato crudo y descarnado que no excluye el humor y la ternura. Una fábula moral en torno a las secuelas del expolio que ha sufrido este país en manos de políticos corruptos y el efecto que ello ha causado en los más vulnerables.
“La novela transcurre entre los años 2008 y 2015”, dice Carrión. “Mantiene el decorado por el que hemos transitado y reproduce algunos de los hitos más significativos de la España de la crisis: la caída de Lehman Brothers, el 15-M, el paro desbocado o los recortes presupuestarios. Los personaje de ‘Sinpiedad’ viven esos años desde diferentes perspectivas, pero tanto los beneficiados como los desfavorecidos y sus formas de conducirse son reconocibles en la sociedad de hoy. No lo son sus identidades, todas inventadas”.
Carrión no se inspira en ninguno de los múltiples casos de corrupción que se han denunciado en los últimos tiempos. Según algunas estimaciones, sólo los políticos valencianos han saqueado hasta 15.000 millones de euros en las dos últimas décadas, una factura que, unida al despilfarro y la mala gestión, se tardará décadas en pagar. “Me quedo con la sensación de abuso de autoridad, de estar en manos de las élites extractivas y tener que soportar sus abusos”, dice Carrión. “He leído muchas noticias y análisis sobre corrupción en los últimos años, debo confesar que algunos casos me han tenido enganchado, me han convertido en un yonqui de la información. Así que me he inventado uno nuevo, podría hacerlo en la vida real después de leer tantas crónicas sobre el mismo asunto. He querido retratar cómo es la corrupción en la distancia corta: el comportamiento de sus protagonistas en el despacho, en casa, en el restaurante, en el mitin o en el yate del promotor”.
Para eso utiliza una galería muy variada de seres humanos. Un ex empleado de Lehman Brothers, un alcalde con ambiciones y sus más cercanos colaboradores, una diseñadora de interiores, un ex soldado, una carnicera o los periodistas de un diario digital. En la otra punta del mapa, Galicia, y en contraste con todos los anteriores, un informático singular que teje su red en las sombras.
“Al tratarse de una novela coral he disfrutado inventando todo tipo de personajes”, señala. “En el caso del ex empleado de Lehman Brothers, es el banquero de la historia y remarca el vínculo entre el estallido de las hipotecas basura y la crisis del ladrillo, y recuerda que la crisis es global. En el caso del gallego, necesitaba un lugar apartado para alguien que quiere retirarse del mundo y dedicarse a cultivar su intelecto. Encontré una aldea abandonada en Lugo por Internet. Hay muchas a la venta en Galicia, algunas a precios muy competitivos”, concluye Carrión.
Bel Carrasco
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