‘El mejor verano de mi vida’, de Dani de la Orden
Kinépolis Valencia
Av. Francisco Tomás y Valiente s/n, Paterna (Valencia)
Julio de 2018
La anterior película de Dani de la Orden, ‘El pregón’ (2016), me pareció en su momento (y todavía a día de hoy) una de las grandes historias de humor, quizás la mejor película del género española de los último años, muy por encima de la sobrevalorada ‘Ocho apellidos vascos’ (Emilio Martínez-Lázaro, 2014) y su secuela (aunque ésta me gustó más). Por desgracia para los espectadores y para la ficción nacional, la producción no tuvo el éxito esperado –y eso que contaba con un reparto de lujo, con Buenafuente y Berto Romero a la cabeza–.
Sea como fuere, fue un gran instante para poder conocer cómo se las ingeniaba el director de ‘El mejor verano de mi vida’. Y no nos ha decepcionado en su cuarto trabajo. La trama sirve para divertirnos y para ensalzar al protagonista, Leo Harlem, y su fino humor. Leo lleva el peso de la historia, donde también tiene un papel muy destacado Alejandro Serrano, el hijo de Harlem en la película.
Me encuentro en los preestrenos del Festival Antonio Ferrandis de Paterna, concretamente en el Kinépolis, para interrogar al director y, lo primero, darle las gracias por su anterior largo, y lo segundo, entrar a conocer en qué consiste la comedia para él.
“La comedia es eso, colocar el pulpo en un garaje o el garaje en el pulpo» (hace una pausa en su discurso y piensa lo que ha dicho). «Hay comedia que funciona por peripecias y hay comedias que funcionan por meter a un personaje que no quiere estar ahí, y se puede reír de eso”, explica de la Orden.
En la historia no hay tiempo para el mando caca-culo-pedo-pis ni para la chufla absurda, aquí hay verano, aventura, alegría en un road movie estival y familiar. “La película es un riesgo, porque es la antítesis de la estructura de guión convencional. Hay un momento donde la película pierde cualquier conflicto y a Leo Harlem le va muy bien; (…) una vez que el niño conoce la verdad, las cosas solo van a mejor».
«Teníamos que tener claro que la comedia iba a funcionar y luego ya volvemos a los conflictos y entra el tema de la película: el sentido del humor como núcleo y pegamento de cualquier relación, la facilidad de cómo los niños se enteran de cosas, van apareciendo temas muy humanos, muy blancos y naif. Creo que las películas bienintencionadas las hemos perdido un poco, a no ser que sea de dibujos. Yo soy defensor de ‘Vacaciones’ (2015) y de ‘Señora Doubtfire’ (1993) y me gusta mucho la comedia familiar banca”, sentencia. Estamos ante una gran película, que si bien está por detrás de su anterior obra, entretiene y es muy divertida.
Javier Caro
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