Estamos todas bien, de Ana Penyas
Premio Fnac-Salamandra Graphic
El pasado año el prestigioso Premio Fnac-Salamandra Graphic fue para el tándem formado por los valencianos Laura Pérez y Pablo Monforte por su novela gráfica Náufragos. Este año ha recaído también en una artista de la tierra, Ana Penyas que con su novela gráfica ‘Estamos todas bien’ rinde homenaje a las mujeres que crecieron en el franquismo. Una prueba más de la buena salud que goza la ilustración por estos pagos.
“Estamos todas bien surgió de un pequeño ejercicio de clase cuando estaba estudiando el último curso de Bellas Artes”, cuenta Penyas. “Constaba de ocho páginas de cómic en donde contaba un día cualquiera de mi abuela Maruja que vive sola y enganchada a los programas del corazón. La historia tuvo muy buena acogida y decidí introducir la de mi otra abuela, Herminia sobre su día a día como ama de casa. Después, animada por un editor que luego desapareció, me decidí a desarrollar una novela gráfica”.
A través de la rutina cotidiana y los recuerdos de sus abuelas, Penyas describe sus vidas desde el inicio de la dictadura franquista hasta nuestros días. “Mi intención es visibilizar la historia olvidada de todas las que vivieron acorde al rol de mujer que les tocó vivir. El sacrificarse siempre por los demás, su entrega total a los hijos, a la casa, al marido y de cómo se materializan estos valores en su mundo”.
Esta voluntad de recuperar una generación de mujeres ignorada concuerda con su opinión sobre el destino que sufren hoy las personas mayores. “La sociedad intenta ocultar a las personas mayores, especialmente, a las mujeres. Escondidas en el espacio doméstico, siguen ocupándose de los demás, hasta que su salud se lo permite. La sociedad debería reconocer el gran trabajo de cuidadoras al que se han consagrado la mayoría de ellas”. En otro orden de cosas, el envejecimiento de la población supone un problema real. “Más allá de la cuestión de las pensiones, creo que una sociedad envejecida acaba siendo más conservadora en todos los sentidos”, opina Penyas.
El compromiso social de la artista de 29 años se plasma también en otros temas como el de la gestrificación, un proceso urbano que supone la expulsión de los habitantes de un barrio a causa de su transformación y encarecimiento, un fenómeno que conoció en Barcelona hace unos años. Con una obra que refleja este problema ganó el pasado mes de julio el Premio Iberoamérica Ilustra.
Sobre la cuestión feminista tiene también ideas muy claras. “Todavía hay demasiadas asignaturas pendientes y cada generación de mujeres tiene sus propios retos”, afirma. “Hay todavía demasiados frentes abiertos desde feminicidios hasta la cosificación del cuerpo. Seguimos viviendo en una sociedad muy machista que se refleja en todos los aspectos, incluido la cultura. Por eso me parecía interesante trabajar la memoria histórica desde el punto de vista de dos mujeres que tuvieron una vida acorde con los roles de género que les tocó vivir. Entenderlas a ellas es también entendernos un poco más como sociedad y darles un hueco en la historia”.
Su próximo proyecto trata de los niños que durante la guerra civil fueron acogidos en Morelia, una ciudad de México y se quedaron para siempre allí. “La historia se centra en el trayecto del barco y permite que los niños de hoy en día que esté pasando por la misma tragedia puede empatizar con la historia. En el Mediterráneo sin ir más lejos. También estoy pensando en buscar una residencia artística en algún país de Latinoamérica, acabo de estar en México y la experiencia me ha resultado muy estimulante”, concluye la prometedora artista valenciana.
Bel Carrasco
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