#MAKMArte
Entrevista con las artistas Anna Roig Llabata, Inma Liñana y Elisa Torreira
‘Estudio Taller Espacio Liminal’
Calle Bretón de los Herreros 6, València
VI Biennal de València Ciutat Vella Oberta
Exposiciones: hasta diciembre de 2023/enero de 2024 (según salas)
Circuito del Arte: hasta el 3 de diciembre 2023
Anna Roig Llabata se coliga con Inma Liñana y Elisa Torreira para habitar la extinta Galería Rita García a través del proyecto ‘Estudio Taller Espacio Liminal’, inscrito en la sexta edición de la Biennal de València Ciutat Vella Oberta. Un proyecto efímero que aúna el pasado y el presente de este emblemático espacio en el que no solo se expondrá una pequeña muestra de la trayectoria artística de cada una de ellas, sino que, también acogerá la acción performática de la artista Elisa Torreira.
Una muestra que revela una obra artística total, en la que las artistas dialogan con el espacio como taller de experimentación a través de sus vivencias personales y empíricas, en lugar que volverá a cerrar sus puertas cuando finalice la Biennal.
Por ello, desde MAKMA conversamos con Anna Roig, Inma Liñana y Elisa Torreira en el propio enclave para descubrir la esencia del proyecto, que supone toda una declaración de intenciones, invitando a la reflexión y la meditación sobre la materialidad artística.
¿Cómo es y qué significa para vosotras trabajar juntas? ¿Qué vinculo profesional tenéis? ¿Cómo surge esta colaboración expositiva?
Anna Roig (AR): Yo a Elisa [Torreira] sí que la conocía previamente; somos amigas, nos conocimos en una muestra donde las dos exponíamos. Antonio Olmos fue el culpable de que nos conociéramos, que también es artista y comisario de la exposición en ese momento. Era un festival de poesía en Talavera de la Reina y partíamos con piezas de poesía visual; el caso es que a partir de ese momento nos hicimos amigas y, a partir de entonces, quedábamos para hacer fabadas y paellas [risas].
También hablábamos muchísimo de arte y ella me contó esta instalación, esta acción –digo instalación porque es permanente, pero se convierte en acción cuando ella la habita–. Cuando llegué aquí, pensé que era el sitio perfecto, una habitación donde puedes ver lo que sucede dentro, pero no oírlo, con lo cual tienes una percepción parcial de lo que está ocurriendo. Siempre he querido exponer con Elisa por esto y por otras de sus piezas. Es una fotógrafa impresionante, muy delicada y me gusta mucho.
A Inma [Liñana] no la conocía personalmente, pero me gustaba muchísimo su obra; la sigo en redes. Entonces, se lo propuse y me dijo que sí enseguida –las dos me dijeron que sí enseguida, eso fue fenomenal, no les tuve que convencer de nada–, así que intenté articular un proyecto que nos uniera a las tres, muy sencillo. La idea ha sido, simplemente, ocupar este espacio como un lugar de experimentación en varios aspectos. Tampoco voy a destripar mucho porque es mejor que la gente venga y lo experimente.
Este espacio ha estado muchos años cerrado, se creó como galería y ahora volvemos a tener la oportunidad de convertirlo en un espacio artístico que se volverá a cerrar cuando pase la Biennal. Es un espacio liminal –título de Elisa, por cierto–, un espacio transitorio, de paso, un lugar que no tiene más importancia que el transcurso. Aquí, hemos experimentado y seguimos experimentando ciertos aspectos del mundo, de la creación, de la exhibición y de la comunicación del arte, porque estamos organizando actividades donde la comunicación es importantísima.
El ‘Estudio Taller Espacio Liminal’ fue inaugurado como la Galería Rita García, regentada por Rosa García y su hermana Yolanda. Me resulta muy bonito que la conexión entre el pasado y el presente de este espacio sean las mujeres. ¿Cómo lo percibís vosotras?
AR: Este proyecto es la vinculación de las cuatro mujeres con el arte en un mismo espacio. El arte es un eje que nos vincula a través del mismo.
Inma Liñana (IL): Cuando Anna [Roig] me comentó el proyecto, le dije que sí precisamente por eso. Esta sala fue, en su momento, una galería puntera dirigida por una mujer –con lo complicado que es siempre eso–, así que dije que sí enseguida, por estar con ellas y, sobre todo, por estar en el espacio. Era una propuesta muy atractiva en todos los sentidos.
Elisa Torreira (ET): Además, creo que recuperar la memoria, en general, es bastante atractivo, ¿no? Entonces, ese ejercicio ya se está realizando, cumpliendo su función en sí mismo.
AR: Rita es una más de nosotras. Si te fijas en los cuatro círculos que hay en el escaparate, están nuestros tres nombres más el de Rita García; es una más de lo que estás viendo, de esto que estamos presentando, juega tanto como que es una más, como homenaje a un trabajo que prácticamente no existe en redes, del que prácticamente no hay nada de información.
Este espacio se abre en los años 80 y se cierra hace dos décadas, en 2003, así que decidimos hacer un homenaje al trabajo de esta mujer, que no ha trascendido y que además no está en Internet. Si tú buscas “Rita García” encuentras panfletos de las exposiciones y el logotipo, pero no encuentras nada más; esta cuestión nos interesaba mucho porque el espacio tiene una personalidad muy importante, muy visual, que además se hizo con esa intención.
IL: Tanto Elisa como yo estamos felices y agradecidas con Anna por pensar en nuestro trabajo para formar parte de este proyecto que despierta, por unos días, una galería tan emblemática como lo fue Rita García, dirigida por Rosa García y su hermana Yolanda. Mil gracias a Fernando Saludes y a Claudia por permitir y facilitarlo todo, han sido unos cómplices de lujo.
En cuanto a la parte efímera que tiene este proyecto, ¿qué opináis sobre la desmaterialización artística y sobre la comprensión del arte como producto de un momento concreto?
ET: En este caso, la obra efímera es el proyecto, no tanto las obras puntualmente físicas que tú te las llevas a tu casa –me parece fabuloso que se hagan estas cosas–. Además, yo vengo un poco de ese campo: yo hago cosas efímeras que suceden hoy y mañana no suceden, y pasado no se sabe si van a suceder; estas se pueden morir, se pueden extinguir o pueden desarrollarse. Eso sí que me parece experimentación total y cumple la función del proyecto de base.
IL: Hay piezas, como bien dice Elisa, que se descolgarán y se podrán exponer en otras paredes, pero nunca va a ser el proyecto que hay aquí, en el que las instalaciones en concreto se han adaptado, son site especific para cada espacio. La habitación del fondo, la de Elisa, está puesta pensando y respetando el espacio y haciendo que forme parte de todo. La obra ya no se volverá a ver, pero eso tiene un encanto superlativo, ¿no? Creo que le añade mucho valor.
AR: Entonces, fijamos esa cosa efímera, la fijamos en este momento, en el espacio y en el tiempo. Si te la pierdes, si dejas de visitarla, ya no la vas a volver a ver, empieza y acaba, como la vida. Y, respecto a esa cosa efímera, yo también me he traído una obra que estoy desarrollando aquí, sobre la marcha. Esta es una obra que la traía más o menos pensada y la voy a desarrollar aquí. ¿Qué pasa? ¿Cuál es la diferencia?
Es una obra sobre el running y, a mí, este espacio me permite correr para probar. Yo he hecho carreras para poder hacer esta pieza, en la que llevo trabajando un año –que se dice rápido– y la pienso acabar en quince días aquí. He hecho carreras, he leído libros sobre running y sobre la filosofía del correr, que es superinteresante, y aquí el espacio te permite una serie de movimientos que yo no puedo realizar en mi taller habitual. El movimiento permite el pensamiento: cuanto más andas, mejor piensas, y si piensas mientras andas, mejor todavía.
¿Cómo estáis sintiendo la interacción del público con vuestra propuesta? ¿Qué esperáis de esta sexta edición de la Biennal de València Ciutat Vella Oberta?
IL: Expectativas cubiertas y superadas hasta el día de hoy. La verdad es que viene mucha gente y nos pregunta muchísimo. Por parte de la organización se está difundiendo todo, están retuiteando, están reposteando, están haciéndonos un seguimiento de todas nuestras publicaciones individuales. Hay mucho mimo y cariño, además de un gran esfuerzo para poder coordinar todos los espacios que están abiertos al mismo tiempo, ya que muchos son museos con una programación controlada con antelación.
Consecuentemente, he de expresar mi agradecimiento total a la organización. Por otro lado, respecto a las rutas por los talleres y la programación que nosotras tenemos prevista, pues muy similar, se le está dando difusión, la gente acude… O sea, que sí, sí que hay un compromiso real y con unos resultados que para nosotras son satisfactorios. Nos están dando mucha visibilidad.
AR: La gente que viene a visitarnos nos hace preguntas y se interesa por lo que estamos haciendo, también se llevan los papeles e interaccionan con nosotras y con las obras, no solamente entran y se van. Hay un interés y unas ganas, es una maravilla, porque muchas veces nos plantean cuestiones que ni siquiera nosotras nos habíamos planteado.
ET: Es más, a mí me están escribiendo de la acción por privado.
AR: Le está escribiendo la gente a la que le ha hecho la acción, porque su acción es muy curiosa, es una pasada.
ET: Yo solo voy a decir que es un experimento más en el que podemos hasta bailar…No se sabe qué va a pasar, no hay ningún guion.
Además, la exposición tiene una muestra de los trabajos anteriores de cada una de vosotras. Echando la vista atrás, ¿cómo calificaríais vuestra vida artística hasta el punto en el que os encontráis ahora? Por otro lado, ¿Cómo os veis en un futuro? ¿Hacia dónde queréis ir a partir de ahora?
ET: Considero mi trayectoria artística como una suerte de encuentros en los que el factor humano ha sido y es determinante para realizar mi trabajo. Del futuro, siempre incierto, espero seguir permitiéndome ejercitar mi ecléctico modo de crear, en libertad y con el mínimo de concesiones.
AR: Mi trayectoria hasta hoy ha sido una constante búsqueda e investigación en diversos ámbitos. Dentro de mi faceta de artista plástica he desarrollado mi trabajo en dos líneas: una investigando el color y su desarrollo en la mancha expresiva gestual, y otra más enfocada hacia la poesía visual.
En esta serie, ‘FRÁGIL-DIFÍCIL’, uno las dos líneas. La presencia del color y la textura que expreso en alguna de mis obras creo que va a cobrar más protagonismo acompañando a esos objetos curiosos, que tanto disfruto incluyendo en las nuevas piezas que quiero hacer. También, espero seguir colaborando en otros proyectos con mis compañeras de aventura y que Claudia Saludes continúe dando vida a este espacio tan excepcional.
IL: Esta exposición es un paso más en el camino que decidí tomar hace años, con alguna pequeña pausa para disfrutar del paisaje, pero avanzando. Me siento afortunada, tengo muy buenos compañeros de viaje, familia, amigos, colegas y la Galería T20, que es todo lo anterior.
Para terminar, me gustaría saber qué es el arte para Inma, Anna y Elisa.
ET: Para mí, el arte es esa válvula de escape que me permite respirar mejor entre tanta sórdida realidad.
AR: Para mí, la creación artística es una necesidad, una especie de bendita maldición que me permite conocer, investigar y expresar el tiempo que me ha tocado vivir, el pasado de un lugar tan rico culturalmente como València y la gente que tengo la suerte de ir conociendo a lo largo de mi vida. Como dice Inma Liñana –palabras que también hago mías–, los artistas somos catalizadores de nuestro entorno, de nuestro tiempo, y nosotras, como mujeres artistas –como me dijo un día Aurora Díaz-Plaja–, somos traperas de tiempo. Es lo más valioso que poseemos.
IL: El arte es un lenguaje que nos permite entender. Los artistas somos catalizadores de lo que sucede o nos sucede. Hay una necesitad de comunicación intrínseca en el ser humano. Creo firmemente que el arte nos hace mejores.
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