‘Mondo’, de Ismael Teira
Novella Gallery Sagunto
Avenida del País Valenciano 33, Sagunto (València)
Hasta el 22 de mayo de 2021
‘Mondo’, aclara Ismael Teira, refiriéndose al propio título de su exposición, viene del latín mundus, es decir, lo limpio y libre de cosas añadidas o superfluas. Y es así, limpiando o despojándose de todo aquello que perturba la visión del mundo que pretende acercarnos mediante la obra plástica, como el artista crea las dos piezas expuestas en Novella Gallery de Sagunto (València). Ese despojamiento, similar al que practica el poeta con el lenguaje, no es tarea fácil, sino un proceso laborioso de búsqueda paciente del sentido en medio del caos.
“Puede que no me lleve mucho tiempo pintar mis cuadros, pero sí me lleva mucho tiempo pensarlos”, remarca el artista. De manera que, si un poeta es un mundo encerrado en un hombre, por seguir al escritor Víctor Hugo, entenderán que el mundo al que presta toda su atención Ismael Teira tenga tanto que ver con él, con su experiencia, y que solo una mirada atenta, sin duda poética, puede llegar a desentrañar.
En este caso, como en otros anteriores del propio artista (‘Cielo español’, ‘Compostela: caminos del deseo’), la mirada gira en torno al camino, al viaje y al desplazamiento, derivándose de ello una perplejidad por el movimiento del ser humano a la hora de trazar vías por las que transcurre su vida. Lo que hace Teira, en cualquiera de los trabajos que aborda, es observar cuanto le rodea, siempre ligado a su ámbito más próximo y existencial, y dejarse atrapar por aquellas cosas que a simple vista parecen fútiles, pero que al pasar por el tamiz de su mente inquieta se transforman en piezas enigmáticas.
Pongamos por caso ‘Todos los caminos conducen a Roma’, pintura acrílica sobre lienzo protagonizada por una serie de números romanos, cuya sola disposición, nada arbitraria, invita a la reflexión en torno al sentido de su formulación. “Es un ejercicio poético. No soy experto en carreteras, ni ingeniero de caminos; soy un artista cuya obra está siempre relacionada con el caminar o el trayecto en carretera, que a veces coincide con el trazado de vías romanas”, explica Teira, para agregar: “Quito España, quito las carreteras y me quedo con los puntos de destino de cada una de las nacionales, nombradas tradicionalmente con números romanos”.
Lo que hace el artista es evocar España a su manera, “sin banderas y desde la plástica”, trazando con esos números el perfil de una geografía que enlaza Irún, La Junquera, València, Cádiz, Badajoz y A Coruña. “A mí me inspira el lugar donde vivo, donde estoy. Como acostumbro viajar de València a A Coruña, de la Nacional III a la VI, evoco lo que me inspira ese trayecto y sus radiales”.
En la otra pieza, ‘La mayoría de los coches del mundo’, se puede ver una serie de cuadrados blancos y negros, igualmente establecidos, de forma que invitan a la elucubración en torno a su disposición. “Esta bandera de cuadros, que a primera vista parece una bandera automovilística, se compone de 56 cuadrados, porque el 56% de los coches del mundo son blancos o negros. De ellos, el 38% son blancos, y 18% son negros. De esta manera llevo la estadística a un gráfico hecho a mi manera, perfilando ese damero que representa la proporción de vehículos blancos y negros que hay en el mundo”.
Un damero que el espectador, intrigado por esa sensación del blanco que parece dejar inacabado el cuadro, tiene que completar con su imaginación, más allá del dato estadístico del que ha partido el propio artista para impulsar la suya. Números romanos y cuadrados blancos y negros que, en el fondo, remiten a una experiencia ligada al territorio y al automóvil, como vehículo con el que atravesarlo, pero también como vehículos de la más honda necesidad creativa enlazada con la plástica.
“Creo que la mayoría del arte contemporáneo requiere la participación activa del espectador”, señala Teira. Participación para la cual se hace necesario despojarse de la simple contemplación, para explorar esos caminos, sin duda nada trillados, a los que el artista nos invita con su obra conceptual. En este sentido, conviene advertir lo que la palabra concepto encierra, en tanto acción de concebir, de representar mentalmente una determinada situación, en contraste con lo inconcebible al que nos llevaría su rechazo, por la simple falta de entendimiento acerca de lo que el artista nos propone como enigma a descubrir.
“Siempre otorgo una enorme importancia a los títulos. No podría hacer una obra y titularla Sin título”, explica. De ahí que el ‘Mondo’ al que alude en su exposición tenga que ver con el mundo reducido a su mínima expresión, liberado de las cosas superfluas que el artista tiene que dejar finalmente de lado para que alumbre su idea. Una idea representada plásticamente o traducida al lienzo, tras pasarse horas y horas condensándola en su imaginación hasta concebirla ya depurada y limpia.
“Me considero un pintor, porque lo que hago es pintura y ocasionalmente fotografía, gestos poéticos”. Todo ello encaminado a la gestación de lo que bulle en su interior: “Me interesa mucho lo desapercibido”, concluye Ismael Teira, cuya obra está preñada de ideas que él gesta en sus desplazamientos por ese mundo al que siempre llega por los caminos más inadvertidos.
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