Jaime Hayon

#MAKMAArte
‘InfinitaMente’, de Jaime Hayon
Comisariada por Hayon Studio
València Capital Mundial del Diseño 2022
Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC)
Sala Ferreres-Goerlich
Del 22 de septiembre de 2022 hasta el 16 de abril de 2023

Adosar la mirada junto al fecundo territorio del diseño y pretender escrutar sus razones, más allá de la epidermis que lo constituye, implica que aquellos que observamos con cierta inquietud –seamos peritos en la materia, avezados diletantes o, incluso, paseantes neófitos– tratemos de encaminar las primeras inquietudes en torno de una interrogante que gobierna su pulso.

“La pregunta suele ser recurrente: ¿es el diseño arte? Así, en abstracto. Como si el arte fuera la meta de llegada del diseño, para sacar a este de su encorsetada misión funcional apenas aderezada con cierto gusto estético. Y como si el arte, per se, no requiriera más explicación, ya que su sola mención viniera a dignificar todo aquello que pretende cobijarse bajo su ilustre sombra”.

Una dubitación con la que desde MAKMA ISSUE #05 | DISEÑO hemos procurado alumbrar todo un orbe de ponderaciones en torno al diseño de la mano más de una treintena de profesionales que nos han auxiliado a medir la cadencia de sus contracciones y aventurar un insólito mapa de conceptos, juicios y proverbios.

Y bien pudiéramos sumar a semejante proyecto polifónico el horizonte creativo de Jaime Hayon, Premio Nacional de Diseño 2021, cuyas dos décadas de trayectoria se concitan, con naturaleza inédita y retrospectiva, en la exposición ‘InfinitaMente‘.

“Todo al final es observar”, corroboraba el diseñador durante la presentación de una muestra comisariada por Hayon Studio y organizada y producida el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana (CMCV), y que el Centre del Carme Cultura Contemporània (CCCC) acoge en el marco de la programación de València Capital Mundial del Diseño 2022.

Observar “las artesanías de todo el planeta, los mundos perdidos, festivos, el color, viajar” para “dignificar, cambiar o distorsionar todas estas materias” con las que Jaime Hayon edifica sus particulares arterias creativas, mediante “una cabeza que es designer, pero también es artista”.

Por ello, Hayon se define a sí mismo como “una persona que trabaja libre con la pintura, con la escultura, con el color, pero que también trabaja con la producción para las empresas”. Proyectos que en ‘InfinitaMente’ transitan desde la instalación y la consumación de piezas artísticas a los predios del encargo de proyectos que han consolidado su rúbrica en el contexto internacional del diseño.

‘Cabinet of Curiosities’, de Jaime Hayon. Fotografía cortesía del CCCC.

De este modo, circulamos el trecho por los bosques cactáceos de ‘Mediterranean Digital Baroque’, creado en 2003 para la galería londinense David Gill, en cuyo seno habita un sístole surreal y antiminimalista de “cerdos supersónicos”, rojos exclamativos y delirios manga. “Fue un momento en el que pude poner mi mundo gráfico, el que habita dentro de mí”, recuerda.

Un quimérico universo expresivo, gestual, a partir del que enlazar sucesivos proyectos cuyos estímulos germinan de la diversidad cultural y se apropian, entonces, de su relato. Una narración que rumia sobre los sofás ‘FAVN’ y la confortabilidad danesa de Fritz Hansen, tendido bajo la iluminación marroquí de sus ‘Ma-Rock’ o frente al cristal soplado de las ‘Aballs’ de la barcelonesa Parachilna.

Luminarias con las que desnudar, también, el cuarto de estar de las rarezas, colmado de reliquias y artefactos, rudimentos exóticos, máculas del viaje… Un gabinete de curiosidades imprescindible para relegar el visillo y huronear entre los orígenes del ingenio.

Un ‘Backstage’ de confesas referencias, aspiraciones e influjos, en tanto que “la exposición enseña bastante bien de dónde vienen las ideas”, admite Jaime Hayon, no sin antes revelar que se reconoce como “una persona bastante compleja: yo voy al psicólogo todo el rato. Hay muchas cosas por investigar y explorar”.

Detalle del conjunto de tapices ‘Masquemask’, de Jaime Hayon, creados para el LODZ Design Museum. Foto: MAKMA.

Una sesión continua sobre el diván de las tribulaciones. Cuitas entintadas de exuberancia fantástica, lúdica y onírica por la pintura fresca del hastío. Un hallazgo inédito y silente bajo el reto industrial de sus tapices enmascarados –’Masquemask’– o sobre el ‘Embraced’ circular de Lladró, abrazado a emotivas hilaridades e ironías. “En la vida hay que jugar seriamente, un juego serio: serious fun, algo que te tomas con mucha disciplina”. Porque “se puede jugar con el color, con las formas, con la contrariedad, con lo que cuentas. Es una narrativa viva que siempre nos deja un poso detrás que es interesante”.

Una fábula que situar sobre el pináculo de todos los sucesos inopinados. “A veces, hasta la cosa más grotesca te puede llevar a la idea más profunda”, sostiene Hayon, aupando su discurso sobre el balancín cerámico y galliforme su ‘The Green Chicken’. “Todo es muy colorido, todo parece que tiene humor, vida, pero es muy profundo, a partir, en algunos casos, de relatos muy duros. ‘The Green Chicken’ lo hice porque en Shangnái a las prostitutas las llaman chicken”.

Detalle general de ‘InfinitaMente’, con la pieza ‘The Green Chicken’ al fondo. Foto: MAKMA.

“Un objeto que juega con la expresividad escultórica, la materia y la propia historia” –encargado por la Contrasts Gallery de Sanghái en 2006– erigido monumentalmente sobre todas las limitaciones con las que la funcionalidad pretende obstaculizar las citadas confluciencias entre arte y diseño.

Quizás, entonces, frente a ciertos óbices de la razón, no reste más que trabajar “de un modo muy intuitivo. Es lo más importante de todo. El tiempo que tengo para pensar es el tiempo que tengo para hacer. Por eso, las cosas llegan mano a mano, observándolas y transcribiéndolas”, concluye Jaime Hayon.

Jaime Hayon
Jaime Hayon, Premio Nacional de Diseño 2021, junto a una de sus piezas. Fotografía de Brava cortesía de Hayon Studio.