Encuentro con Jane Goodall
Festival de elDiario.es
Plaça de l’Ajuntament, València
23 de septiembre de 2022
ElDiario.es celebra 10 años de periodismo independiente y, con motivo de este aniversario, ha traído hasta Valencia a personalidades de todo el mundo. Jane Goodall no ha podido visitarnos en persona, pero una entrevista en exclusiva suya ha sido proyectada en la Plaza del Ayuntamiento.
Cuando se habla de la lucha por la preservación de especies animales o de la biodiversidad, pocos son los que no han oído hablar alguna vez de Jane Goodall. Esta primatóloga y etóloga lleva toda la vida dedicada al estudio y la protección de los chimpancés y su hábitat natural.
Lo que empezó con un viaje a Tanzania para estudiar el comportamiento de estos animales —y así poder comprender o aproximarse a los primeros humanos de la historia— la ha convertido en una activista de relevancia mundial (pese a que, por aquel entonces, no tenía estudios en su haber ni una gran experiencia, y que tuvo que ir acompañada de su madre, único modo en que permitieron a una mujer joven viajar a África). “Fue en 1996; fui a un congreso como experta y salí de allí como activista”, recuerda.
Goodall basa su discurso en la esperanza alejándose del enfoque airado y catastrofista al que nos hemos podido acostumbrar en los últimos tiempos, con voces como la de Greta Thunberg (a quien le reconoce la gran concienciación que ha logrado). Esta se refleja en su podcast, ‘Hopecast’, o su último libro, ‘El libro de la esperanza’.
Asimismo, para ilustrar esta esperanza cuenta una de las anécdotas que más la ha marcado. Narra cómo, al recibir aviso sobre la disminución alarmante de la población de chimpancés y de uno de los bosques más importantes de África, viajó allí y, trabajando codo con codo con la población local, logró que ambos se recobraran. “La naturaleza se recupera. Si nosotros le damos la oportunidad, vuelve a crecer y a recuperar lo perdido. El bosque volvió a crecer”.
Sin embargo, esta historia entraña una enseñanza más, porque el motivo principal por el que se estaban talando los árboles era la desesperada necesidad que tenía la gente de la zona por plantar comida. En muchas ocasiones, no podremos hacer nada por el medio ambiente si no ayudamos a la gente.
Y en cuanto a nuestra sociedad, Jane Goodall, que se crió apenas sin recursos durante la II Guerra Mundial, cree que hoy en día hay mucha gente que vive por encima de sus posibilidades, gastando aquello que no necesita. Sostiene que aquellos que niegan el cambio climático lo hacen por miedo a perder ganancias. “Los beneficios se han convertido en lo más importante para demasiadas personas”.
Con todo, también aquí hay esperanza. Goodall cuenta la conversación que mantuvo con un empresario que había hecho de su compañía una empresa ética y las tres razones que le dio para ello: “La primera, que una vez leyó una frase que decía que gastamos bienes a más velocidad que la tierra puede reponer y pensó que, de ser así, su empresa terminaría acabándose; la segunda, que la mentalidad de los consumidores había cambiado y demandaban que fueran responsables con el medioambiente”.
“La tercera razón que me dio fue que su hija de ocho años había vuelto un día del colegio diciéndole que le habían contado que su empresa estaba destruyendo el planeta, y no podía hacer eso porque también era el suyo”, añade. Los jóvenes están cambiando de mentalidad, están arremangándose y cambiando las cosas, trabajando por el futuro porque es el suyo.
La primatóloga anima encarecidamente a los medios de comunicación a que muestren también estas historias, que se enseñe a la gente lo que es capaz de hacer cuando actúa y, aunque declara que jamás dejará de viajar, alega que ya no es necesario. Desde su silla, gracias precisamente a los medios, a Internet o a sus diferentes organizaciones, puede alcanzar a millones de personas.
Jane Goodall también deja caer una advertencia: los animales están siendo maltratados, el tráfico de animales en todo el mundo y su cría masiva en granjas hace que el salto de un virus de estos a los humanos sea sencillo, y el SARS-CoV-2 podría no ser el único.
Por último, Goodall da un consejo a todos aquellos que piensan que no pueden hacer nada o no saben por dónde empezar a ayudar: “Observa la zona y la comunidad en la que vives, mira qué problemas tiene y en qué puedes ayudar”. Es mediante las pequeñas acciones cuando ves a otros cientos de personas haciendo lo mismo, cambiando el mundo, cuando te das cuenta de que no estás solo y cuando aparece la esperanza. “Hope is about action”.
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