#MAKMAArte
‘Jaume Plensa. Poesía del silencio’
Comisariado: Javier Molins
Fundación Bancaja
Plaza Tetuán 23, València
Del 25 de noviembre de 2022 al 19 de marzo de 2023
Dice Jesús González Requena, en ‘El texto y el abismo’ [Maite Gobantes], que “el poder de las palabras es determinante para construir los espacios humanos”, ya que, a su juicio, solo hay dos cosas: “Por una parte está lo real -el caos- y por otra están los textos”. De ahí que el artista sea, en su opinión, “alguien que necesita desesperadamente crear formas para sobrevivir y eso tiene que ver con que vive muy cerca del caos”, de manera que está “más expuesto” a la angustia existencial.
“Todo individuo, todo ser humano, se construye narrativamente”, concluye González Requena, cuyas reflexiones parecen pensadas para explicar la obra de Jaume Plensa, sobre todo la que acoge Fundación Bancaja, centrada precisamente en ese “amor por la palabra” manifestada por el propio artista durante la presentación de ‘Jaume Plensa. Poesía del silencio’. Porque es así, a base de palabras que va integrando y, diríase, encarnando en su trabajo, como sus dibujos y esculturas -de diferentes tamaños y formatos- alumbran vida en medio del caos siempre latente.
De hecho, ‘White nomad’ (‘Blanco nómada’) –la escultura de acero inoxidable que representa una figura humana hecha con letras de diversos alfabetos y colocada junto a la entrada de la Fundación- y ‘Together’ (‘Juntos’) -pieza similar con forma de mano- pretenden servir de “puentes para unir a las personas”, subrayó el artista, consciente de la dificultad de la tarea en un universo dominado por el “ruido mediático”.
De manera que la palabra, por un lado, surcando ese caos de lo real, y el silencio, por otro, a modo de introspección para llegar al “conócete a ti mismo” del pensamiento griego -sentencia atribuida a Heráclito, Sócrates o Pitágoras, entre otros-, atraviesan el conjunto de la exposición comisariada por Javier Molins, quien resaltó la importancia atribuida por Plensa a la Declaración Universal de los Derechos Humanos que el artista veía “como gran poema”.
El centenar de obras que conforma ‘Poesía del silencio’, la mayor retrospectiva de Jaume Plensa -tomando como referencia ese carácter literario del punto de vista adoptado-, gira en torno a esos dos ejes: palabra y silencio. “Llevo hablando mucho del silencio en los últimos años”, afirmó el artista, para dejar constancia de lo “muy ruidosos” que somos, de ahí que intente “fabricar silencio en una época tan ruidosa”.
El caos que Plensa surca, para que mediante la palabra y el silencio podamos alcanzar el más pleno sentido de la existencia, comparece en su obra como fondo inquietante que él amortigua con aliento poético.
Un aliento que reconoció especialmente inspirado en la obra de Vicent Andrés Estellés, quien dijera: “Perquè hi hauré un dia que no podrem més i llavors ho podrem tot’ («Porque habrá un día que no podremos más y entonces lo podremos todo»).
Plensa parece haber recogido tamaña enseñanza del poeta que marcó su vida “profundamente”, para producir su obra una vez superada la fase del hartazgo que conduce a la irrupción de una potencia vivificadora. O, mejor dicho: aprovechando el ruido, que provoca el cortocircuito del lenguaje, opta por el silencio como garante del sentido perdido en medio de tanta palabrería. “También es un homenaje al poeta como alma de la sociedad”, apuntó, siendo esta, igualmente, una de las citas que atraviesa la exposición.
Esta otra viene a secundar el amor por la palabra que nutre al conjunto: “Una letra no parece nada, es algo humilde, pero unida a otras forman palabras, y las palabras forman textos y los textos, pensamiento”. La “dualidad” que vertebra su obra, aludida tanto por Molins como por el presidente de Fundación Bancaja, Rafael Alcón, tiene que ver con esa permeabilidad del texto para construirnos como seres humanos, pero también para inscribir en su seno cierta violencia destructora de la propia condición humana.
Por eso los dibujos y esculturas de Jaume Plensa supuran esa confianza en la letra, la palabra y el texto, pero sin dejar de traslucir en su obra el fondo oscuro que la amenaza. Así, ‘Song of songs’, la cortina realizada con letras que vibran, una vez liberadas, como dijo el propio artista, “de la prisión blanca que es el papel”, es ejemplo vivo de esa dualidad entre la palabra liberadora -en tanto abierta al mundo- y la palabra angosta -en tanto cerrada a un único significado-.
‘Poesía del silencio’ es un canto al lenguaje como lugar meditativo, “un espacio físico, un edificio de letras sonoras que habitamos y compartimos en la voz”, señala Plensa en otra de las citas que recorren la exposición. Un lugar sexuado, más allá de la impronta freudiana, del que el artista huye: “Estaba tan cabreado con Freud que hice esto [la pieza ‘Extermination’ de un falo tirado por cuerdas para su derribo]. Toda esa idea fálica que es horrorosamente despreciable”.
Aún así, la estela psicoanalista aparece en esta otra reflexión de Plensa: “El útero y la boca son las dos cavidades más fundamentales del cuerpo: en una nace la vida y en la otra nace la palabra”. Cierta escatología, de nuevo, dándose la mano: “Nacemos entre heces y orina” (San Agustín), y pronunciamos palabras, a veces luminosas y a veces siniestras.
El centenar de piezas de la exposición de Plensa en Fundación Bancaja está datada entre 1990 -dos años después de que la galería Rita García acogiera la primera muestra del artista en Valencia en 1988- y la actualidad. Piezas todas ellas que hablan del amor por la palabra envuelta en silencio, inscrito en una obra que da pie a la contemplación estética y a la reflexión ética, porque, después de todo, “la verdadera materia de la escultura son las ideas”, subraya Plensa.
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