#MAKMAArte
‘Javier Calvo. 2014-2022’
Comisaria: Mar Beltrán
Museo de la Ciudad
Plaza del Arzobispo 3, València
Hasta el 28 de mayo de 2023
“Mi trabajo no tiene ni una curva. Mira, vosotros veis ahí una curva; es mentira, yo rompo la recta. Hago una curva con ello, pero yo no hecho una curva en mi vida”, advierte un siempre pasional Javier Calvo frente a una de las obras que componen el ortodoxo recorrido por buena parte de su producción durante la última década y cuya travesía puede recorrerse en el Museo de la Ciudad hasta finales de mayo.
La exposición, comisariada por la gestora cultural Mar Beltrán, sitúa en rectitud cronológica una existencia enriquecida, en cambio, por las múltiples curvas vitales que han conformado la existencia del artista valenciano desde su primera formación académica en San Carlos, a partir de la que recala en el muy fascinante París de Mayo del 68, en plena explosión artística y creativa, tras recibir una beca del Centre Pompidou.
“Yo vivía en el bulevar Saint-Germain y pasaba todos los días por Denise René, la mejor galería de abstracción geométrica que hay”, recuerda Calvo, quien conoce y recibe, entonces, influencias de artistas como Jesús Rafael de Soto y otros autores venezolanos, precursores del arte geométrico y cinético, que se concitan en la galería parisina.
“Se da cuenta de que lo aprendido en la Academia de San Carlos está, hasta cierto punto, un poco estancado”, apunta Mar Beltrán. “Entonces, abandona la figuración y junto con un grupo muy importante de pintores valencianos, entre los que se encontraban Iturralde, Michavila y Teixidor, se dedica, ya de pleno, a la llamada abstracción geométrica, que será la característica fundamental a lo largo de su trayectoria artística”.
Un modo de edificar la concepción pictórica que en ‘Javier Calvo. 2014-2022‘ se formula a través de las siete series que gobiernan el pulso del más de un centenar de obras expuestas. “Yo trabajo por bloques temáticos emocionales y conceptuales”, puntualiza el artista, que aborda en la muestra temas como la ‘Vacuidad’ (2012-2014), “donde trabajo mucho la arquitectura del vacío”.
De su viaje a México y, en concreto, al parque eco-arqueológico de Xcaret (pequeña caleta), queda totalmente impresionado por los cenotes y las formaciones que allí descubre y comienza a estudiar su origen y simbología; estudio que refleja a la perfección en la serie ‘Abismos, Simas, Cenotes y Cráteres’ (2014-2016).
Por su parte, en ‘Rayo Abismal’ (2016-2017) continúa con su carácter investigador y comienza una serie de rayos con un estilo muy ortodoxo y lineal que, finalmente, el artista deriva hasta la explosión.
Enamorado de las Baleares, Javier Calvo reserva en el Museo de la Ciudad un espacio privilegiado a modo capilla, bajando la luz para mostrar las piezas (algunas de pequeño formato) de ‘Formentera Abismal, Vacío Formentera’ (2017-2018).
“Cada serie es un momento anímico en su vida, donde se reflejan ciertas características, unas positivas y otras negativas. La pandemia, por ejemplo, le supuso un vacío anímico insondable por no poder salir a la calle y, entonces, creó una serie que se llama ‘Callejón sin salida o Atzucat’ (2018-2020), que está presente en muchas obras de la selección. Es la oscuridad de no tener salida”, indica Mar Beltrán.
Dentro de esta serie observamos de manera preeminente una obra que, además, se ha elegido como portada del catálogo, con un punto de fuga que nos arroja al color blanco, y que la comisaria apunta a que “reproduce un vacío donde este blanco es la salida. El blanco es el color fetiche, junto con el azul, porque es símbolo de espiritualidad, de amplitud y totalidad. El blanco está entendido como el vacío; en la civilización zen y las filosofías orientales, el blanco o el vacío es el todo, frente a la civilización europea, para la que el vacío es la nada”.
“El blanco es el luto en muchos sitios”, asevera Javier Calvo. “Yo he hecho un estudio sobre el blanco como elemento emocional: el estar en blanco, la página en blanco…”.
En la serie ‘Por donde pasa el viento, Volviendo a Ítaca, Viaje a ninguna parte (2020-2021)’, Calvo concita, se cuestiona y reacciona ante determinados aspectos personales y vitales: “Dónde voy, qué hago o que no”. En estas piezas, el artista “realiza unas composiciones más difuminadas, con mayor sfumato, frente a otras con una técnica más finalizada, más académica”, detalla Beltrán. “Yo vaporizo el color. Soy muy gestual. Ahí, línea de respeto entre colores hay muy poco”, corrobora el artista.
La última serie cronológica de la muestra, ‘Vela latina’ (2022-2023) “es por donde pasa el viento, cuando se abrían las puertas durante la postpandemia. La geometría es mi base, el triángulo como elemento de movimiento es el cruce de vela latina”, concluye Javier Calvo.
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