La última confidencia del escritor Hugo Mendoza
Joaquín Camps
Editorial Planeta
Que una primera novela de largo aliento, sin ganar ningún premio literario, despierte el interés de una editorial importante es el sueño de todo escritor. Un sueño que ha hecho realidad el valenciano Joaquín Camps con ‘La última confidencia del escritor Hugo Mendoza’. Un título que lo acredita como nuevo y rutilante astro en la constelación Planeta.
“La idea matriz me vino a la cabeza hace cuatro años, un día que estaba en el aeropuerto de Bérgamo”, cuenta Camps, profesor de Recursos Humanos en la Universitat de València. “No me puse de inmediato a desarrollarla, la dejé reposar un par de meses y luego, a lo largo de otros tres, me dediqué a montar el armazón o estructura de la trama, aunque sobre la marcha introduje algún cambio. Soy organizado pero no rígido”.
El sólido armazón del argumento, lo bien que está cerrado, sin cabos sueltos deslumbró, primero a una agente literaria y acto seguido a los responsables de Planeta. La viuda de un famoso escritor presuntamente fallecido en el mar, Hugo Mendoza, recibe pruebas irrefutables de que está vivo. A partir de este enigma, el protagonista, Víctor Vega, un atractivo profesor universitario, se enfrenta a una carrera de obstáculos con la ayuda de una matemática obesa o una monja experta en informática.
La acción se desarrolla en las ciudades de Madrid, Valencia, la costa alicantina y escapadas a Barcelona y Londres. También aparece París, escenario de un paralelismo subliminal entre la figura de Mendoza y Cortázar. La calle Alcalá de Madrid es otro enclave carismático, con grandes iconos arquitectónicos como el Círculo de Bellas Artes o el edificio Metrópoli.
Extrañas sectas religiosas, mafiosos rusos, matones rumanos y editoras malignas desfilan por las casi 800 páginas de este relato bajo la sombra del escritor Hugo Mendoza. El mar es un espacio recurrente, dinamizador de los sentimientos de los personajes y catalizador de la historia.
¿Tiene Víctor Vera mucho de Joaquín Camps? “Es imposible que al escribir no aparezcan rasgos de uno mismo”, responde Camps. “Experiencias que has vivido y otras cosas que has leído. Todo se mezcla”.
Hacer pensar y entretener
Precisamente dotarlos de personalidad y sustancia es, según Camps, una de las principales bazas de su historia. “La escribí sobre todo para pasarlo bien, pero también procurando un equilibrio armónico entre el entretenimiento y la reflexión, entre el hacer soñar y el hacer pensar. Por otra parte, es un reflejo muy fiel de nuestra realidad, con amores, desamores y crítica social”.
Camps asegura que no siente la presión de su repentino y fulminante éxito a la hora de escribir una segunda novela. “Ésta la acabé hace ya tiempo y la tuve dormida en un cajón, así que empecé otra sin sentirme presionado por factores externos. Sí, la verdad es que floto en una nube, estoy viviendo un sueño», concluye.
Bel Carrasco
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