#MAKMALibros
Entrevista a Jordi Llobregat
12ª edición del Festival VLC Negra
Del 19 al 19 de mayo de 2024
Magia negra, humor, una writer’s band noir, cine negro, una Yincana Criminal, dos Murder Parties, y mucha literatura negra. Del 9 al 19 de mayo, València vuelve a ser el escenario de algunos de los más oscuros delitos, pecados y persecuciones ya creados por la ficción. En su decimosegunda edición, el festival Valencia Negra presenta nuevas actividades e, incluso, empieza antes.
«Nos planteamos siempre qué podemos innovar y qué podemos mejorar, cómo podemos llegar más y mejor a los ciudadanos de Valencia. Porque buscamos también a la gente que no quiere leer o que no lee, para hacerles descubrir que el mundo del libro no solo son páginas y tinta negra, sino que son muchos mundos, son lugares de reflexión, son formas de hacernos mejores, más críticos», razona el director del festival, Jordi Llobregat.
Además de deleitar al público, la variada programación del 12º Valencia Negra corresponde a la abrangencia y flexibilidad del propio género. «Hay gente que puede hacer domestic noir, hard boiled, thriller, histórico-noir, cozy… Tienes desde el ‘Ripley’ de Highsmith a Dolores Redondo con las tormentas –ejemplifica Llobregat–. Es decir, cada año hay subgéneros dentro del género, lo cual hace que sea mucho más rico».
Este año, como de costumbre, el festival representa toda esa diversidad invitando a una panoplia variada de escritores. Entre los locales están Elisa Ferrer, Josep Vicente Miralles, Anna Moner, Ramón Palomar y Silvestre Vilaplana. También estarán presentes autores nacionales como Víctor del Árbol, Alicia Giménez Bartlett, Carme Chaparro, Rosa Montero y Mikel Santiago.
Mientras la nómina de extranjeros incluye a autores como Matthew Blake, Ragnar Jónasson, Anders de la Motte, Alan Parks, Claudia Piñeiro y Lucie Rico (en colaboración con el Festival de Toulouse).
Mención aparte merece Dennis Lehane, quien recibirá el Premio González Ledesma este año. El autor estadounidense participará de un encuentro online exclusivo para los espectadores de Valencia Negra. El 10 de mayo, los asistentes del evento podrán disfrutar, en la Fundación Bancaja, de una charla con el afamado escritor como si fuera ‘Uno de los nuestros’.
El festival contará, además, con la participación de dos directores y guionistas de cine «que también tienen una relación muy especial con la literatura», Rodrigo Cortés y Daniel Monzón.
La aportación de estos profesionales al evento tiene relación con la constatación de que «el noir posiblemente es el lugar donde mayor posibilidad hay de trabajar también otras disciplinas», según comenta Llobregat. Con la pasión de un aficionado, él nos habla del cómic noir y del cine negro y nos cuenta que ya programaron incluso espectáculos de teatro y exposiciones fotográficas.
Con brillo en los ojos, Llobregat menciona a John Connolly, Joël Dicker, Donna Leon y otros escritores del género. Cuenta, sin soberbia, pero con visible satisfacción, que se siente privilegiado de haber entablado amistad con algunos de los autores que participaron de las anteriores ediciones del festival. Y confiesa la ambición de traer algún día a Stephen King, aunque no sea un autor reconocido por dicho género.
Jordi Llobregat es espontáneo, extrovertido y asertivo. Habla con confianza y simpatía, y no se pierde la oportunidad de hacer alguna broma sobre su propia calva. Su personalidad entusiasta contrasta con el universo sórdido y mordaz de algunos de los ámbitos en los que suele trabajar, ya que, además de empresario (al frente de Amundsen | Estrategia y Comunicación), es cocreador y director de Valencia Negra, amén de escritor de novela noir.
¿Por qué leemos novela negra? ¿Por qué son tan adictivas? Le preguntamos entonces.
«Creo que, de alguna forma, todos somos voyeurs. Todos queremos observar por una mirilla lo que está del otro lado. Y el género negro te lo permite. Porque, en general, la novela negra trata temas que nos gusta observar, pero sin mancharnos de sangre, digamos».
«Es el atractivo de acercarte al abismo, y hay autores que te llevan muy cerca del abismo o que te muestran una parte de la sociedad muy difícil, muy dura, que no solemos ver. Y eso te remueve», añade.
En su libro ‘No hay luz bajo la nieve’ (Destino, 2019), Llobregat ya había hecho semejante defensa del género a través de un breve diálogo entre dos de sus personajes, el teniente Jean Cassel y Beátrice Dalmau:
–Es decir, los Pirineos nacieron a partir de una desgracia.
–¿No es así como empiezan todas las historias hermosas?
–Tiene razón, sin tragedia no hay redención posible.
Ahora bien, como tampoco hay historia sin conflicto, no podemos obviar que la novela negra también se enfrenta a los suyos. El primero de ellos es el debate terminológico y semántico. Están los que hacen énfasis en la diferencia de las novelas negra y policíaca, y los que prefieren utilizar otras denominaciones, como novela detectivesca o de crímenes. Asimismo, siguen habiendo detractores del género, que lo ven como un mero producto de entretenimiento, alejado de la gran literatura.
Mientras tanto, en un pasaje de ‘Irène’ (Alfaguara, 2015), Pierre Lemaitre propugna que, en la literatura, el crimen es tan antiguo como el amor. Otro que trató del tema fue John Banville (‘Benjamin Black’), en su visita a Valencia Negra en 2018, insistiendo en que, si está bien escrita, la narrativa policíaca puede ser tan buena como cualquier otra. Juan Madrid (en Catalunya Plural, 2021) apuntó, a su vez, lo que tiene la novela negra de desafío al sistema.
Opinión similar ya había demostrado también Henning Mankel, en una entrevista concedida a El País, en 2004, al decir: «Escribo en la tradición literaria más antigua, la que utiliza el espejo del delito y del crimen para reflejar la sociedad. ¿De qué hablaban las tragedias griegas sino de crímenes? Cuando me preguntan cuál es la mejor historia criminal, siempre contesto que ‘Macbeth’, de Shakespeare».
Aunque el género tiene raíces antiguas, el término «novela negra» es relativamente reciente –influido por la revista estadounidense Black Mask (década de los 20) y por la série noire (década de los 40) de la editorial francesa Gallimard–. Sin embargo, lo que quizá más se transformó desde los tiempos del célebre autor inglés es que el género negro es hoy uno de los más cotizados en lo que a los lectores se refiere, tiene cada vez más editoriales y buenos autores.
En la decimosegunda edición de Valencia Negra, el público podrá conocer a casi cincuenta de ellos. Según Llobregat, «traer autores que no hubieran venido de otra forma a València siempre ha sido uno de los objetivos del festival». En efecto, uno de los grandes logros del evento es haber invitado a creadores de la talla de Jonh Connolly, James Ellroy y Donna Leon, entre muchos otros.
Llobregat se entusiasma al contarnos sobre la participación de Donna Leon en 2018, aplaudida de pie por los más de doscientos asistentes que colmaban el Teatre Talía donde entonces se presentó. Al calor de esos recuerdos, el director de Valencia Negra nos hace una breve reseña sobre la evolución del festival:
«Cuando empezamos, a nivel de público, había dieciséis personas de media en las actividades y, posteriormente, hemos tenido años con más de ciento veinte personas de media, hasta llegar a pasar quince mil personas en total por el festival. En el primer año, fueron cuatro o cinco días de evento, de ahí pasamos a una semana y luego a diez, once o doce días. En actividades, empezamos con unas veinte y alguna vez ya hemos pasado de cien».
Absolutamente consolidado, Valencia Negra es, actualmente, uno de los mayores y más interesantes certámenes del género, y no tiene nada que envidiar a otras citas ya célebres del panorama nacional como la Semana Negra de Gijón, Barcelona Negra o Getafe Negro.
El director de contenidos de VLC Negra, Santiago Álvarez, lo resume con dos palabras: «Responsabilidad e ilusión». La primera, por haber cautivado ya al público valenciano y sentirse comprometidos con el intento de hacer un festival mejor cada año.
La ilusión, a su vez, se debe al éxito que sigue teniendo el evento, a su impacto positivo en la ciudad –ya que, además de incentivar la lectura, movimienta el sector editorial y refuerza la marca de València–, y al hecho de seguir logrando demostrar la importancia de la cultura –objetivo principal desde la creación de Valencia Negra–.
Jordi Llobregat y Santiago Álvarez se conocieron en un taller de escritura ministrado por Antonio Penadés. Más tarde, en la época de la crisis, cuando algunas personas «empezaban a vilipendiar la cultura como algo no necesario», ellos decidieron, junto a un tercer amigo, demostrar que era todo lo contrario, que la cultura seguía sí siendo fundamental. «Y ¿cómo lo demuestras? Por la gente interesada», apuntala Llobregat.
Empezaron creando Valencia Negra, en 2013, y actualmente promueven también –desde el Laboratorio cultural de Amundsen– otros festivales literarios, como Xábia Negra, Torrent Histórica y Bétera Fest.
«La lectura es un hábito. La cultura es un hábito, el consumo cultural. Necesitamos establecer instrumentos para que la gente pueda acceder. Entonces, el festival es un instrumento. Hay muchos más, pero este es uno», alega Llobregat.
Valencia Negra es, de hecho, un instrumento que da acceso a manifestaciones culturales variopintas. Además de los ‘Encuentros con Autores’ –que suman veinte cinco en esta edición–, de los ‘Clubs de Lectura’ –que este año llegan a los dieciséis– y del clásico ‘Ciclo de Cine’ –que esta vez sigue el rastro de las mujeres fatales–, hay novedades.
La primera es que el festival empieza antes –«como las Fallas», advierte Llobregat con hilaridad–. Las fechas oficiales son del 9 al 19 de mayo. Sin embargo, la turbidez comienza ya a dominar la ciudad desde el lunes, 6 de mayo, con la nueva sección ‘OFF Valencia Negra’. La charla sobre cine ‘Hay una cabeza de caballo en mi cama’ y la ‘Masterclass – Cómo escribir mejor’ son algunas de las propuestas para estos días previos.
El 6 de mayo empieza también la Yincana Criminal del 12º VLC Negra. Una competición en que el público podrá ponerse en la piel de un Sam Spade, una Petra Delicado o un Pepe Carvalho –u otro detective de su preferencia– para investigar pistas dispersas por las bibliotecas municipales del cap i casal, y solucionar tres misteriosos casos criminales.
Asimismo, las votaciones para elegir las obras que llevarán los premios de mejor vovela, millor novel.la y best novel están abiertas desde el 25 de marzo en la web del certamen. Los galardonados serán anunciados el jueves, 9 de mayo, en el evento de inauguración oficial del festival, en San Miguel de los Reyes.
La siguiente semana también reserva sorpresas. A partir del 15 de mayo tendrá lugar ‘Espai Valencia Negra’. Esta nueva sección de actividades escénicas incluye espectáculos de magia negra y de humor, juegos de rol –las Murder Parties– y un concierto de la writer’s band Sympthy For The Noir, formada por Mikel Santiago, Pedro Feijóo, Santiago Álvarez y Galder Creo.
En esta decimosegunda edición, las sedes principales del evento son: Fundación Bancaja, FNAC, Colegio Territorial de Arquitectos, Filmoteca, Casa del Libro y otras librerías y bibliotecas de la ciudad. A estas se suman tres nuevos espacios: el Loco Club y los dos centros culturales ahora gestionados por Amundsen: CC. Aben Al-Abbar (Camins al Grau) y CC. Alquería d’Albors (Rascanya).
Jordi Llobregat aclara que casi todos los actos de Valencia Negra son de entrada libre, hasta cubrir el aforo, con excepción de las sesiones en la Filmoteca y en el Loco Club. Santiago Álvarez añade que los clubs de lectura son abiertos, pero se requiere inscripción. Y concluye: «El 90 % de las actividades de Valencia Negra son gratuitas, porque es como queremos que sea la cultura, accesible para toda la ciudad. Eso sí, los libros, hay que comprarlos».
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