#MAKMAArte #MAKMABerlanga | Jose María Cruz Novillo
MAKMA ISSUE #04 | Centenario Berlanga
MAKMA, Revista de Artes Visuales y Cultura Contemporánea, 2021
Autor del cartel de ‘La escopeta nacional’ y de su reinterpretación para la portada de este número de MAKMA, hablamos con el decano del diseño español de su sobresaliente trayectoria, que ha determinado la identidad gráfica de nuestro país.
En 2019, Miguel Larraya y Andrea G. Bermejo dedicaron a José María Cruz Novillo el documental ‘El hombre que diseñó España‘. Un título que puede resultar contraproducente, por hiperbólico, a la hora de reivindicar la figura del artista y diseñador nacido en Cuenca hace 85 años. Pero el espectador que supere el acceso de escepticismo y contemple el desfile de proyectos y realizaciones puestos en pantalla por Larraya y Bermejo no tendrá más remedio que aceptar el fondo de verdad que hay detrás de una formulación tan categórica.
El estado de necesidad de un país que cuando llega la Transición estaba por adecentar visualmente encajó de manera natural con el talento sintético de un hombre forjado en la publicidad y que se inventó en España una disciplina que no existía. Él encabezó la puesta en orden de la iconografía institucional de la joven democracia española. Ministerios, partidos, medios de comunicación, empresas: ejecutó “una pasada por la Helvética” que era perentoria y que creó escuela.
Así que empecemos por aceptar que, en efecto, Cruz Novillo ha sido el hombre que ha diseñado España –“No fui yo solo, pero fueron muy pocos más”, puntualiza en los primeros compases del documental–. Aquel ilustrador que recién llegado de Cuenca entró a trabajar en la agencia Clarín de Madrid, tuvo la fortuna de ser enviado a Nueva York para participar en la preparación de la presencia española en la Feria Mundial de 1962.
Las cinco semanas que pasó allí fueron como un máster que le permitieron oxigenar y desarrollar su mirada. Y quizá introducir el ingrediente disruptivo que le haría formar parte de proyectos como el Grupo 13, la Sociedad de Estudios de Diseño Industrial, SEDI, o Temas de diseño –primera (y efímera) revista de diseño que se editó en España–.
“Nueva York siempre ha sido para mí una ciudad única, llena de interés. Y la España de la época era tan gris, tan plomiza, que cualquier viaje suponía un estímulo. Pero viéndolo con la distancia que da el tiempo, también es cierto que este país era un buen terreno de trabajo para un diseñador, dado que prácticamente todo estaba por hacerse”, explica para MAKMA.
Y a él le correspondió hacer buena parte de la tarea pendiente. Siempre con un ánimo más poético que funcional. Algo que puede resultar paradójico en un diseñador, pero no en un artista que ejerce el diseño. “Creo que la poesía es la forma más alta de la creación y, en ese sentido, conseguir que mi trabajo de artista plástico o de diseñador tenga valor poético es el mayor logro que puedo imaginar. Me gusta pensar que la poesía es siempre práctica y funcional. O, como dice Lewin, que no hay nada más práctico que una buena teoría. Y una de mis teorías es que la legibilidad de un cartel o la comodidad de una silla son importantes, pero no son lo más importante”.
El centenario de Luis García Berlanga también le incumbe. Suyo es el cartel de ‘La escopeta nacional’ –una de las películas emblemáticas del cineasta–, que él y su hijo Pepe, socios del estudio Cruz más Cruz, han reinterpretado para la presente portada con motivo del ‘Centenario Berlanga’.
“Cuando recibimos este encargo en Cruz más Cruz, rápidamente comenzamos a pensar en la mejor solución, y de una manera bastante natural empezamos a trabajar sobre el cartel de ‘La escopeta nacional’ tratando de sintetizar el espíritu de las películas de Luis, en las que ‘disparaba a todo lo que se movía’ en España”, detalla Cruz Novillo.
“Fue así como decidimos dejar todo el cartel en baja opacidad excepto las escopetas y lo nacional, sustituyendo, además, el título de la película por ‘Centenario Berlanga’, compuesto en la misma tipografía. Una metáfora muy sencilla a modo de acertijo visual resuelta técnicamente por nuestro compañero Pablo Sánchez, que vectorizó un cartel cuyo original creé en 1977 con escuadra, cartabón y compás”.
El encargo de aquel cartel vino del productor de la película, Alfredo Matas, por recomendación de un cliente habitual de Cruz Novillo, Elías Querejeta, “un hombre irrepetible y un amigo de verdad, para el que tuve la fortuna de hacer unos 40 carteles”. Como siempre que ha afrontado un nuevo trabajo, el diseñador no comenzó dibujando, sino escribiendo.
“Leí el guion de la película e hice el visionado del copión aún previo a la edición y montaje definitivo. Es el proceso habitual en este tipo de trabajos, y a partir de ahí procuro extraer la esencia de la película, que me permita realizar el cartel de la misma. Revisando mis archivos, veo que justo antes había hecho los carteles de ‘Elisa, vida mía’ [Carlos Saura, 1977] y ‘A un dios desconocido’ [Jaime Chávarri, 1977], que son formalmente muy distintos entre sí y también respecto al de la película de Berlanga”.
“No recuerdo qué me llevó a resolver ‘La escopeta nacional’ con mis recursos de dibujante –prosigue–, pero sí sé que mis posibilidades económicas en esa época eran limitadas y que tuve que hacerlo yo solo. Como digo en ‘El hombre que diseñó España’, qué envidia me daba leer en esos años revistas internacionales de diseño donde aparecían trabajos creados por grandes equipos de personas: director de arte, director creativo, tipógrafo, dibujante… De cualquier manera, quedé satisfecho con el resultado. Viendo el cartel más de 40 años después, me parece que el espíritu de la película se condensa en esos ocho personajes”.
Para entonces, la trayectoria de Cruz Novillo como cartelista ya sumaba una lista considerable de hitos reconocibles. “Yo había empezado a diseñar carteles en 1963, gracias a mi amistad con José Luis Borau, con quien formaba tándem de redactor y dibujante en la agencia Publicidad Clarín desde finales de los años 50. José Luis me presentó, hacia 1960, a José Luis Viloria y Julio Diamante, que me encargaron mis primeros carteles de películas. Y a otros cineastas que acabaron conformando la historia del mejor cine español: Saura, Erice, Miró, Armendáriz, Berlanga y, por supuesto, el propio Borau, entre otros”.
Y así hasta 80 carteles, en los que la única pauta fue tratar de ser “fiel al alma de las películas y original en la idea y la ejecución. Alguna vez he dicho que los diseñadores debemos ir en búsqueda de lo nunca visto”.
Berlanga, con quien trabó amistad a raíz del encargo para ‘La escopeta nacional’, fue uno de los padrinos de Cruz Novillo en su ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Junto con el recientemente desaparecido Alberto Corazón, es el único diseñador que ha accedido a la institución. Sus logros le avalan. Y el cine y su cartelismo forman parte indisoluble de su trayectoria.
Hoy, Cruz Novillo vive consagrado a su arte, a ese ‘Opus 14’ “de 3.400.000 años de duración que vive en Internet y que describo como ‘cronocromofónica’, pues está conformada por tiempo, color y sonido” (en su web cruznovilloopus14.com). Ya menos interesado en dar en la diana –que es lo que a su juicio debe hacer el diseñador– que en pintarla allá donde se haya clavado la flecha –que es lo que hace el artista–. Una imagen, otra de sus felices “ocurrencias”, como él las llama, que ilustra su práctica y su talento.
Borja Martínez
Periodista y director de la Revista Leer
Este entrevista fue publicada en MAKMA ISSUE #04 | Centenario Berlanga, en junio de 2021.
