‘Josep’, de Aurel
Animación
81′ Francia-Bégica-España | Les Films d’Ici, Les Films d’Ici Méditerranée, France 3 Cinéma, Lunanime y Tchack, 2020
Filmin
Realmente, ha sido una gozada inmensa toparme esta semana con ‘Josep’ en Filmin, incorporada a esa plataforma desde el pasado 31 de marzo. Había leído que era muy interesante la ópera prima del dibujante de prensa francés Aurel, que había obtenido varios premios de relevancia, pero no me imaginaba que llevara consigo tanta grandeza.
Digamos que ‘Josep’ lo tiene todo: está repleta de fotogramas impactantes, es real, dura, emotiva, hipnótica, sensible, con momentos sobrecogedores, con voces en francés, catalán y castellano, que la dotan de mayor realismo, con la música de Silvia Pérez Cruz y con las canciones que ambientan y la convierten en una creación formidable. Además, tiene ese plus de parecer un cómic en movimiento, entre técnicas de dibujo muy sobrias y tradicionales.
Además, toca un tema que históricamente es bastante tabú, como es el exilio de españoles republicanos en Francia. La trama se centra a partir de febrero de 1939, cuando una avalancha de medio millón de exiliados huye del fascismo franquista, cruzando la frontera de los Pirineos, en lo que se conoció como ‘La Retirada’ –por cierto, aquella a la que le dedicaron una memorable canción los valencianos Comité Cisne durante los 80, con el estribillo de «otra vez la libertad perdió, siempre es igual…»–. Ante la desbordada situación de gente, el Gobierno francés decide ubicarlos en campos de concentración.
Es allí, detrás de las alambradas, donde se vivieron episodios de gran humillación, de crueldad y de desprecio por los franceses, que los llamaban «espagnols de merde«. Entre condiciones de vida durísimas, sufrieron males como la sarna, la tuberculosis, los piojos…
Con dosis de realidad y de ficción, surge la curiosa relación entre los dos personajes principales de la película: por una parte, la verídica historia del dibujante comunista catalán Josep Bartolí y, por otra, la de la figura del gendarme francés que representa el aspecto más solidario de los que controlaban esa situación indigna, de marginación y de rechazo por parte de los altos estratos sociales franceses.
Tras su paso por varios campos de concentración, Jose Bartolí consigue escapar y huir a México, donde conoce a Diego Rivera y Frida Kahlo, aunque ello es, digamos, un extra suplementario que no me parece muy significativo, teniendo en cuenta el resto de contenido en esta película de animación.
Algunos aspectos paralelos más interesantes son la confluencia del activismo político con el talento artístico, así como lo relativo a la memoria histórica, esa que tantas veces se nos ha ocultado o manipulado a los españoles. Y, por supuesto, el vínculo que se crea entre pasado y presente a través de la relación y el relato del abuelo a su nieto.
‘Josep’ es una atemporal obra maestra que debería ver todo el mundo y que, fácilmente, puede impresionar a todo aquel que tenga un mínimo de humanidad. Contiene tanto, que sirve para abrir corazones, para generar empatía y solidaridad con el mundo de los refugiados y con los peligros de un fascismo que, con otros trajes, siempre nos acecha. Por eso, cuanto más se escriba y se hable de ‘Josep’ es mejor para todos. Porque los héroes nunca deben caer en el olvido. Josep es excepcional.