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‘Something’s got to Give’, de George Cukor
Última película de Marilyn Monroe
Intérpretes: Marilyn Monroe, Dean Martin, Cyd Charisse, Tom Tryon
La Cabina 2022 – Inèdits
Festival Internacional de Mediometrajes de València
IVC La Filmoteca
Plaza del Ayuntamiento 17, València
Martes 15 de noviembre de 2022
Se ha hablado mucho de lo acaecido en torno al rodaje de ‘Something’s got to give’, película de 1962 dirigida por George Cukor y que sería, a la postre, la última película de Marilyn Monroe, fallecida en agosto de ese mismo año, lo cual impidió que la actriz pudiera acabarla. Las desavenencias entre ella y el director, motivadas por sus continuadas ausencias durante la producción del film y su falta de puntualidad -amén de otras circunstancias personales-, han reducido la película a todo ese cúmulo de hechos extra fílmicos.
Y cuando se ha pasado a abordar la película en sí, el famoso desnudo en la piscina por parte de la actriz -abundando en su cualidad de mito erótico del cine de Hollywood-, ha vuelto a eclipsar cualquier análisis de lo que ocurre en el interior del relato propiamente dicho. El Festival Internacional de Mediometrajes de València, La Cabina, ha propiciado su visión en La Filmoteca, dentro de la sección ‘Inèdits’, y la posibilidad de contemplarla alejados de todo aquel ruido, ampliado por las dudas en torno a su suicidio.
Lo primero que cabe decir es que ‘Something’s got to give’ es un remake de ‘Mi mujer favorita’ (My favorite wife, 1940), dirigida por Garson Kanin, con Gary Grant, Irene Dunne, Randolph Scott y Gail Patrick, encarnando los personajes que 22 años después harían Dean Martin, Cyd Charisse, Tom Tryon y la propia Marilyn Monroe. Y que ‘Mi mujer favorita’ es, a su vez, una versión del poema de 1864 ‘Enoch Arden’, de Alfred Tennyson.
Las películas se alejan del tono dramático del poema, para convertir el desasosegado ‘Enoch Arden’ en sendas comedias. En el poema, tres niños -el que da título al texto, Enoch Arden, junto a Philip Ray y Annie Lee- juegan a maridos y mujeres, siendo Annie la mujer de los otros dos en diferentes momentos. Ya de adultos, Enoch y Annie se casarán, dejando a Philip, igualmente enamorado de la joven, profundamente abatido.
En un viaje a China como contramaestre, Enoch se salva del naufragio del buque, yendo a parar a una isla donde subsistirá en solitario durante años, consiguiendo regresar tiempo después a su país. Cuando vuelve, descubre que Philip y Annie se han casado, y Enoch decide ocultar su identidad trabajando entre pescadores, para no alterar la paz del matrimonio de su amada Annie. Poco antes de fallecer, revelará a la mesonera donde se ha hospedado todo este tiempo, que él es Enoch Arden y que quiere trasladarle a su mujer y a sus hijos que ha vivido amándolos cerca de ellos.
Ambas películas siguen en parte la trama original, haciendo que el trío, en lugar de compuesto por dos hombres y una mujer, lo integren dos mujeres y un hombre, a los que se suma un cuarto hombre. En la isla del poema, a la que fue a parar Enoch, ya no prima la soledad, sino que en los relatos fílmicos es la mujer quien naufraga en compañía de ese cuarto hombre que ocupa ahora un papel colateral, pero fundamental en la trama.
En ambas comedias, además, la vuelta de la mujer a su hogar, tras años de ausencia por culpa del naufragio, no está acompañada de una actitud resignada y dramática, sino todo lo contrario: tanto la Ellen Wagstaff de ‘Something’s got to give’ (Marilyn Monroe), como la Ellen Wagstaff de ‘Mi mujer favorita’ (Irene Dunne) pelearán, cada una a su manera, por recuperar a sus respectivos maridos, de nombre Nick Arden (Dean Martin, en la primera, y Cary Grant, en la segunda).
Como la desaparición durante años conlleva la anulación matrimonial, Nick Arden tiene camino libre para volver a casarse, siendo la elegida Bianca Russell, papeles que interpretan Cyd Charisse (en el remake) y Gail Patrick (en la película de 1940). Al marido, aturdido por la reaparición de la mujer a la que daba por muerta, le costará deshacer el entuerto, de manera que será Ellen quien deberá urdir la estrategia que restablezca la relación conyugal perdida.
Ellen tendrá otro obstáculo añadido: ese cuarto hombre de la isla con quien compartió cinco años, despertando los repentinos celos de Nick. Un agente de seguros le hará saber al marido que, según consta en los documentos del caso, Ellen y Steve Burkett (tal es el nombre del acompañante náufrago) se hacían llamar Adán y Eva.
Ese es el nudo de la trama de ambas comedias: cierta supuesta infidelidad, los celos y el amor que, resentido, será objeto de determinadas pruebas para restañar sus heridas. Y en ambas, la mujer cumplirá el papel activo frente a la pasividad de un varón timorato al tener que afrontar el deseo femenino por partida doble. Son ellas, por tanto, las que irán desbrozando con su audacia el camino por el que a trompicones avanza un atolondrado marido.
Irene Dunne lo hará desplegando el ingenio y canalizando la torpeza de su marido, mientras sortea las vallas que ella le va poniendo en el camino de restauración del hogar. Marilyn Monroe llevará a cabo esa misma tarea con la intensidad propia del mito erótico que la caracterizó, cautivando la mirada de unos hombres -también de unas mujeres-, atónitos ante el magnetismo de un cuerpo que los desbordaba.
Marilyn Monroe no pudo acabar ‘Something’s got to give’ debido a su muerte inesperada, proyectándose en La Filmoteca de València el mediometraje que da cuenta de esa batalla de Ellen Wagstaff por recuperar su vida, la misma que perdió la actriz por culpa de su propio naufragio existencial. En ambos casos, una vida caracterizada por cierta fragilidad que solo el espejismo de su cuerpo imantando las miradas de los otros lograba vencer. Una victoria tan incompleta como su última película.
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