Gira ’15’, de Ara Malikian
Plaza de La Laboral
Laboral Ciudad de la Cultura de Gijón
Viernes 29 de julio de 2016
Sobre el pavimento de granito y frente a la iglesia elíptica que domina el patio central de la Universidad Laboral de Gijón, el inefable violinista, de origen libanés y abolengo armenio, Ara Mailikian ha congregado, a base de cordófonos y doble percusión, a más de un millar y medio de espectadores, emplazados bajo una tenue lluvia –que acentúa con mayor énfasis las isobaras propias de la idiosincrasia cantábrica– durante un generoso programa de 150 minutos, rubricado con un colofón clásico, a pie de obra, transitando entre la contenida y lírica emoción de los asistentes.
La premisa de su nueva participación por estos lares durante el presente curso –tras su concierto, en las postrimerías del pasado octubre, bajo los frescos de la Sala de Pinturas del teatro– partía con el objeto de conmemorar sus quince años de trayectoria ibérica y residencia en España mediante una atlética gira de título homónimo, cuya génesis cobraba forma, hace casi dos años, en la caja escénica del Teatro Real –coliseo operístico que supuso para Malikian su bautismo profesional como concertino en nuestro país–.
En la jornada precedente, el violinista hubo mantenido un peculiarísimo encuentro gastroacústico en los jardines e invernadero del NH Collection de Avilés, bajo el paraguas de ‘Las noches de la suite’, cuya singularidad residía en mantener un reducido e íntimo encuentro con el público, entre los risottos y aliolis de limón del chef José Ramón Otero y el encordado diapasón del guitarrista catalán José Luís Montón –con quien Ara Malikian ha publicado un par de álbumes de flamenco-jazz–.
Ya en jornada ulterior, frotaba en solitario las notas de ‘Dzovarev’, incoando lo que habría de ser, finalmente, un sobresaliente concierto grupal de violín, viola, violonchelo, contrabajo y percusión, transitando por arreglos de piezas de Vivaldi, Bach y Manuel de Falla y sus personalísimos homenajes al ‘Zyriab’ de Paco de Lucía, el ‘Zapateado’ de Pablo Sarasate o el ‘No Surprises’ de Radiohead’, vivificando los vestigios de su celebrada gira ‘From Bach to Radiohead’ y permitiéndose un guiño local con el estreno internacional de ‘Rapsodia gijonesa Nº 3’.
El instrumentista libanés, fecundo con el verbo caústico, disfrazaba con su humor de foso y experiencia tabernaria lo que anhelaba ser un ejercicio de elocuente pedagogía, granjeándose, entre piezas, la empatía de los espectadores, a quienes inoculaba, con el sedante de su anecdotario y una enérgica heterodoxia magnética, el deleite por sus arreglos y ciocarlias tradicionales, cercenando, de este modo, los elitismos asociados a la música culta y el estigma peyorativo emparentado con el solfeo popular, rubricando un concierto armado de virulenta entrega, generosidad e indubitable virtuosismo.
Jose Ramón Alarcón
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