La resistencia invisible de lo cotidiano II: equívoco
Aitor Lajarín y KIm Schoen
Fundación La Posta
C / Pintor Fillol, 2. Valencia
Inauguración: jueves 19 de febrero, a las 19.00h
Hasta el 18 de abril, 2015
Uno de los aspectos claves para entender el mapa de conocimiento proyectual trazado en la Fundación La Posta es el diálogo entre arte, tecnología, ciencias sociales y arquitectura. Este marco de actuación multidimensional genera sinergias capaces de plantear las cuestiones más importantes en la actualidad y en ese contexto nos sentimos capaces de aportar algo al discurso cultural actual como una organización constituida sin ánimo de lucro. Esta nueva forma de multi-dimensionalidad es, en palabras de Mosquera, “una prisión sin muros”, y nos recuerda que el mejor laberinto en el mundo es el desierto y que en la mayor parte del siglo XXI los artistas han encontrado refugio entre sus espacios olvidados.
Con la atención puesta en ese diálogo entre disciplinas que tiende a generar la tensión necesaria para la creación y que de alguna forma define y tamiza las identidades de los actores culturales del siglo XXI, hemos esbozado ‘La Resistencia Invisible de lo Cotidiano’, una iniciativa que se completa con dos exposiciones (La Resistencia Invisible de lo Cotidiano I: Reificación / La Resistencia Invisible de lo Cotidiano II: Equívoco) y que persigue habilitar esos espacios generados entre diferentes territorios del conocimiento para hacerlos visibles y respirables.
Creer firmemente en la capacidad del arte como elemento transformador en cualquiera de los ámbitos vitales pero esencialmente del tejido social, y admirar la capacidad que posee para vehicular pensamientos y sensaciones que de otra forma no serían incorporados ni estructurados como componente estética y experiencial particular, nos lleva a observar la relación entre arte, cotidianeidad y resistencia entre semejantes, y no entre opuestos, e idear una serie de diálogos entre artistas que trabajan aspectos vinculados con esos procesos.
Esta relación entre arte, la cotidianeidad y la resistencia entre equivalentes y no entre opuestos, nos ha llevado a plantear una serie de diálogos entre artistas que trabajan aspectos relacionados con esos procesos. En un momento social muy comprometido, donde la estructura se desmorona y el sistema muestra demasiadas heridas abiertas, la idea de una resistencia invisible que fluye desde los trabajos seleccionados nos sirve como reactivo de la función transformadora del arte. Hemos buscado establecer un diálogo entre agentes que se mueven en un entorno global pero que alcanzan a resolver a través de sus trabajos problemas específicos. Esas “diferencias similares” permiten que los trabajos aborden perspectivas diferentes sobre temas comunes generando voces individuales totalmente integradas en un proyecto conjunto.
Para ‘La Resistencia Invisible de lo Cotidiano II: Equívoco’, la segunda parte del proyecto, los artistas invitados a participar son Kim Schoen y Aitor Lajarín. De ellos, además de su matiz transnacional y su visión global, nos seduce la capacidad que tienen para trabajar muchas de las cuestiones tratadas anteriormente desde la abstracción o la ficción, utilizando diversas técnicas y disciplinas como el vídeo o la instalación. Suzanne Cotter se refirió acertadamente a la desconfianza de la imagen como un documento fiable en la historia. Esa falta de objetividad mencionada por Cotter sirve como recordatorio de que la ficción juega un papel extremadamente importante en la construcción de la realidad y de que en muchas situaciones esa ficción es un paliativo que tiene un potencial extraordinario para curar y regenerar.
Tanto Aitor Lajarín como Kim Schoen plantean ficciones necesarias dentro de lo cotidiano y ambos artistas establecen nuevos limites de lo imaginable con su trabajo ya sea desde el absurdo, el realismo o la ironía.
La video instalaciones y fotografías de Kim Schoen juegan con las retóricas de la exhibición, representando la vulnerabilidad de los agresivos monumentos del paisaje comercial con sus video instalaciones. Reconstruyendo las formas visuales y lingüísticas de la retórica, Schoen explora la maleabilidad del discurso y su traslación a textos e imágenes. En su trabajo performativo el impacto de las influencias literarias en la repetición vacua de la cultura de consumo, ayuda a formar una visión holista mucho más compleja que une imagen y cuerpo en un espacio donde el sin sentido y la observación documental ya no pueden ser separados.
El trabajo de Aitor Lajarín por su parte utiliza elementos arquitectónicos, espaciales y urbanísticos como vehículo para comentar cuestiones tanto políticas como sociales en torno a lo urbano en general y al momento actual que viven determinadas ciudades en particular. Su trabajo visual ofrece pequeños actos de sutil rebelión e irreverencia en respuesta a determinados patrones, conductas y órdenes hegemónicos establecidos en nuestra parte del mundo supuestamente desarrollada. Aitor, para ofrecernos alternativas a las condiciones de vida marcadas por un capitalismo tardío, presenta absurdas ficciones paralelas al ser y estar establecido.
Juan Fabuel
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