Rex Lupus. El Sexto Reino, de Mikel A. Toledo
NPQEditores
Valencia 2018
¿Sabe alguien quién era el Rey Lobo? Muy pocos conocen las hazañas de este personaje singular que, a caballo entre la historia y la leyenda galopó por la Hispania del siglo XII. Un musulmán de origen cristiano, un moro que mantuvo alianzas con los cristianos contra la invasión de los fanáticos almohades y sobre todo un gran monarca que luchó duramente para lograr el bienestar de su pueblo al que gobernó con inteligencia y una tolerancia inusual en su época.
Su memoria perdida en el túnel del tiempo retorna ahora en imágenes y a todo color gracias al empeño de Mikel A.Toledo (Pego, 1968), Miki, autor del cómic histórico ‘Rex Lupus. El Sexto Reino’ cuyo primer volumen acaba de aparecer en NPQEditores. Toledo es un artista polifacético que desde la temprana infancia sintió el impulso de relatar historias mediante imágenes, realizó 60 monumentos falleros entre 1993 y 2013, ha trabajado en un taller de ebanistería, como decorador de interiores y también es profesional del tatuaje.
Toledo tuvo noticia por primera vez de Abú Abd Allâh Muhammad ibn Sah´d ibn Mardánish, el llamado Rey Lobo de Valencia y Murcia en 2004 cuando se celebraba en su localidad natal, Pego, el 725 aniversario de la Carta pobla otorgada por el Rey Pedro III El Grande, hijo de Jaime I. El ayuntamiento le encargó una falla conmemorativa y al estudiar la vida de otro personaje histórico, al-Azraq tropezó casualmente con el Rey Lobo.
En 2012, su mujer le regaló una novela de Santiago Roa, La loba de al-Ándalus ambientada en el Reino de Mardánish, el reino de taifas más extenso de la península que abarcaba desde el Delta del Ebro hasta Almería incluyendo parte de Cuenca y Teruel y llegando hasta Jaén. La novela reavivó su interés por el personaje y encendió una llama que no se consume. Poco después se puso manos a la obra consagrándose a un proyecto de largo recorrido todavía en proceso de elaboración, pues su cómic histórico integra tres volúmenes.
Sólo en el primero ha invertido unas 4.500 horas entre documentación, elaboración de trama, guión, diseño y dibujos. Para empaparse tanto de los hechos históricos como de los detalles de la ambientación (arquitectura, vestimentas, armas, etcétera) realizó innumerables búsquedas en bibliografías de historiadores, archivos históricos, artículos de divulgación, además de visitar castillos y lugares que aparecen en su obra.
“El segundo libro está en pleno proceso de creación y tengo la esperanza de que éste será más rápido puesto que ya hay mucho trabajo adelantado, sobre todo en documentación, aunque la realización de las ilustraciones y el guión es muy laboriosa”, dice Toledo. “Dibujo a lápiz y la pintura aplicada con pinceles, es acuarela. Calculo que en año y medio, máximo dos, podremos editar el segundo libro”.
Cuando se novelan hechos históricos la mayor dificultad es ser fiel a la realidad, además de concretar y sintetizar los hechos en el mínimo texto posible para adaptarlo a la distribución de las viñetas y al lenguaje cómic. “Cuando pretende ser realista, el dibujo tiene que estar muy bien documentado: ropajes, armas, castillos, caballos, las perspectivas, las proporciones, los encuadres, los gestos, las manos. Todo es mucho más complicado que con un estilo y un color más simple. Pero la satisfacción que siento al ver por fin el libro publicado en papel y poder dar a conocer esta historia y estos personajes me compensa el esfuerzo que le he dedicado”.
¿Por qué el olvido ha ocultado la figura de este gran monarca? “A la historia oficial influenciada por los intereses de la iglesia católica no le interesaba recordar que fue un musulmán el que defendió con tanto ahínco los intereses de los reinos cristianos, mientras estos se desangraban en sus disputas intestinas”, responde Toledo. “Si se hubiera sido cristiano, seguro que habría sido recordado y ensalzado como ocurre con Jaime I”, concluye.
Abú Abd Allâh Muhammad ibn Sah´d ibn Mardánish, el Rey Lobo de Valencia y Murcia fue posiblemente la figura más determinante del S. XII en Hispania tanto para los reinos cristianos del norte como para los andalusíes musulmanes y mozárabes del Sharq, ya que impulsó el crecimiento económico desde la agricultura, intensificando toda una red hidrográfica de acequias, canales y albercas para el regadío; la artesanía, la seda, el papel, la arquitectura, las ciencias y las artes. Fomentó las exportaciones y tratados comerciales con las repúblicas de Génova y Pisa, países eslavos y oriente medio. Su reinado fue la época de mayor esplendor de Murcia y Valencia en la Edad Media.
Se aseguró unos ejércitos formidables mediante pactos con los reinos cristianos para defender su reino y en definitiva la península entera de la intransigencia almohade durante un cuarto de siglo. Luchó por la felicidad y la prosperidad de su reino y sus súbditos. Ninguno de los dos califas almohades contra los que luchó pudo nunca conquistar su reino. Asedió Córdoba durante casi un año; puso cerco a Sevilla, capital almohade, desafiando así a un poder militar infinitamente superior al de prácticamente toda la península y conquistó Granada poseyéndola durante más de medio año. Estableció ceca y acuñó moneda, la más importante fue el Morabetino Lupino de oro, moneda de gran valía y solvencia que circuló por toda Europa hasta finales del S. XIV. Consiguió un equilibrio social y religioso entre las tres religiones principales en su reino.
Bel Carrasco
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