Tipografía, imagen absoluta
Alumnos del Master de Artes Gráficas. UPV de València
Sala de la Torre Árabe del MuVIM
C/ Quevedo, 2. Valencia
Si Platón levantara la cabeza. En Fedro, pone en boca de Sócrates sus sospechas de que la escritura, frente a la palabra hablada, sea fuente de engaño debido, atención, a su componente visual. Si el lenguaje pierde su capacidad de representar el pensamiento y, con él, la posibilidad de adquirir un conocimiento que alcance la verdad interior del sujeto, entonces la escritura sería diabólico reflejo del mundo, carente de profundidad. Quizás resulte exagerado, pero esa concepción platónica del lenguaje no hace más que subrayar el peligro que conlleva quedarnos con uno de sus registros, el visual, en detrimento de otros, por ejemplo, el más hondamente simbólico.
Cuidado, pues, con ese ojo que, como los insectos a la luz, termina atrapado en una sucesión de seductoras imágenes. En el fondo, es lo que vino a decir el tipógrafo Ricardo Rousselot, al hablar del “resurgimiento de la caligrafía”. Frente al gélido trazo que provocan sobre la pantalla las teclas de un ordenador, tan disciplinadas y mansas, Rousselot percibía una recuperación del lenguaje como fuente de experiencia táctil y adquisición de conocimiento. “La caligrafía provoca tanta alegría como tocar el piano”, afirmó en franca oposición con aquel otro dicho de ‘la letra con sangre entra’. De manera que la escritura, tocada de primera mano, puede llegar a emitir notas musicales con las que construir una partitura más íntima y personal.
Incluso llegó a distinguir entre la caligrafía del boli y de la pluma. “La pluma se agarra al papel como si fuera un patín de hierro, mientras que el bolígrafo no se agarra”. Y puestos a patinar, la tipografía fue presentada como ese lenguaje no codificado, que permite la emergencia de la imagen, una vez liberada de sus ataduras lingüísticas en su sentido más cerrado. Que es lo que hacen, finalmente, los 16 alumnos del Master de Artes Gráficas de la Universitat Politècnica de València, en la muestra Tipografía, imagen absoluta, instalada en la sala de la Torre Árabe del Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MuVIM).
Jennifer Martínez (Tipos), Daniel Mata (Sin City), Belén Ballesteros (EZ+NO), Teresa Arroyo (t, j, f), Jesús Balaguer (Cocinando tipografía), Victoria García (Con D de hilo), Tamara Atallah (ceci n’est pas une typographie), Elena Ruiz (Paperboard U), Miguel Vicente (Queer sensation), Andrea Ferrandis (Las suecas andan sueltas), Elisa Cubells (Sencillamente e), Carmen Navarro (Tipografía, estética y mucho arte), Edgar Muria de la Cruz (G de war), Begoña Jordá (Sin título), Vicente Solbes (White elephant) y Elena Tarazona (Figuras) juegan con las letras y palabras en busca de sentidos ajenos a los estrictamente codificados que ofrece el lenguaje.
Unos lo hacen jugando directamente con las letras, que terminan ocupando toda la imagen. Otros las utilizan como medio para expresar ideas que van de lo metafórico a los humorístico, pasando por la denuncia explícita o más o menos encubierta. Un total de 16 imágenes absolutas, como reza el título de la muestra, que dejan clara su liberación alfabética, para adentrarse en los terrenos de la pura estética o del cartel ilustrado. Alegres caligrafías que, así en conjunto, suenan a esas teclas del piano a las que aludía Ricardo Rousselot. Un piano más cerca de la improvisación del jazz, que del lenguaje clásico.
Salva Torres
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