La Sonnambula

#MAKMAEscena
‘La Sonnambula’
Director musical: Maurizio Benini
Director de escen: Bárbara Lluch
Con Rocío Pérez, Serena Sáenz, Isaac Galán, Nadine Sierra, Jessica Prratt, Monica Bacelli y Gemma Coma-Alabert, entre otros
Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real
Un coproducción del Teatro Real de Madrid, el Teatro Nacional de Tokio, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y el Teatro Massimo de Palermo
Teatro Real
Pl. de Isabel II, Madrid
Del 15 de diciembre de 2022 al 6 de enero de 2023

El Teatro Real de Madrid presenta el 15 de diciembre, y hasta el 6 de enero de 2023, la ópera italiana ‘La Sonnambula’. Hito del belcantismo romántico, ‘La Sonnambula’ vuelve a los escenarios en una coproducción del Teatro Real de Madrid, el Teatro Nacional de Tokio, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y el Teatro Massimo de Palermo. La obra será grabada y difundida por Radio Clásica, RNE y contará con una serie de propuestas culturales que tendrán lugar en instituciones tales como el Museo del Romanticismo o el Museo Municipal del Arte Contemporáneo de Madrid.

La sencilla trama de la historia, inspirada en el ballet de ‘La Sonnambule, ou L’arrivée d’un Nouveau seigneur’, de Eugène Scribe, otorgó al libreto de Felice Romani una dura reputación que ha llegado hasta nuestros tiempos. La impecable dirección musical y escénica de Maurizio Benini y Bárbara Lluch, respectivamente, devuelven a la vida esta ópera compuesta por Vicenzo Bellini, en una serie de 13 funciones que ponen de relieve tanto el potencial artístico y como la, desgraciadamente, actualidad social patentes en el infravalorado libreto.

La historia transcurre en una aldea de los Alpes suizos, en un contexto en el que las supersticiones colmaban las inquietas mentes de sus habitantes. Amina y Elvino se predisponen a casarse, pero, en una noche previa a las nupcias, Amina, en una crisis de sonambulismo, termina en la habitación de Rodolfo, el conde, ante lo que la joven novia acaba abucheada por el pueblo y abandonada por su prometido.

La Sonnambula
‘La Sonnambula’. Fotografía Javier del Real corteaís del Teatro Real.

Lisa, que había tratado de seducir al conde, aprovecha el revuelo para emparejarse con el despechado Elvino, mientras que Amina, incrédula e inocente, tan solo es respaldada por la fiel Teresa y por el propio conde, que conocía los avances relativos al trastorno del sonambulismo, muy en boga en la comunidad científica de la época.

El desenlace de la historia llega a partir de una segunda crisis de sonambulismo protagonizada por Amina y representada en el segundo acto, una crisis en la que, estando todo el pueblo por testigo, Amina declara su incondicional amor por Elvino, arriesgando su propia vida en el camino. El final feliz tan común en esta clase de óperas semiserias es cuestionado en esta nueva representación de la ópera.

‘La Sonnambula’ nos ofrece una melodía más lineal y delicada que se traduce en un aporte de expresividad, por contraposición al dramatismo que vemos en otras óperas como ‘Norma’. El coro de ‘La Sonnambula’ cobra un papel protagonista, ya desde la primera escena se presenta como un solista más, una voz colectiva que constantemente trata de desacreditar a la joven Amina, juzgándola y negándose a empatizar con ella.

Las voces de los cantantes de esta ópera conllevan una extremada complejidad técnica. Si bien este tipo de óperas decimonónicas fueron compuestas pensando en unas voces concretas –Giuditta Pasta y Giovanni Battista Rubini, que estrenaron la obra en el Teatro Carcano de Milán en 1831, tal y como explica Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real–, los actuales cantantes deben apropiarse de estos papeles de gran dificultad.

Incide, así, Matabosch en la genialidad de Bellini, que otorga a las dos antagonistas –Amina y Lisa– el mismo registro vocal: las dos sopranos ligeras “cantan en la misma tesitura, pero al canto puntiagudo –vertical– de Lisa, se opone a lo largo de toda la obra el lirismo introspectivo –horizontal– de Amina”. Esta versión, además, recupera el aria de Lisa que históricamente se ha recortado de la representación, por lo que se realza el contraste entre ambas voces.

Nadine Sierra, una de las voces que encarna a Amina en la ópera de esta temporada, destaca ese toque de realismo mágico que tiene la ópera: si bien la historia se puede entender como un cuento, un suceso imaginado, la obra retrata la realidad de muchas mujeres. El teatro no es sino un reflejo de las condiciones humanas y dar voz a estos problemas supone un toque de atención para nuestra sociedad actual.

Quedan, así, en el aire las posibilidades que ofrece la obra, en palabras de Bárbara Lluch: “Esta es una dramaturgia que deja el final abierto, en manos de una heroína que, finalmente, va a tomar las riendas de su destino”. Una historia entre el sueño y la vigilia que pone de relieve la importancia de la aceptación social para con los lugares más recónditos de nuestra propia consciencia.